Manchas del psicoanálisis

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Sheri Storm se había divorciado recientemente y acudió al psiquiatra Kenneth Olson para tratarse de un insomnio leve y una ansiedad moderada. Una vez comenzada la terapia empezó a sufrir migrañas, vértigos, dolores de espalda, nauseas, trastornos intestinales e insomnio grave. Tras de soportar sesiones de hipnosis, tomar litio, Prozac, Desyrel, Tegretol, Xanax, Cytomel, medicamentos para la migraña, una rotación de inductores del sueño, amital sódico e internamiento en hospitales mentales, Storm empezó a ‘recordar’ que su padre la había sometido a abusos sexuales a la edad de tres años, la había obligado a participar en actos de bestialismo y en rituales satánicos y sacrificio y antropofagia de bebés humanos, creyendo poseer hasta 200 personalidades diferentes. Hoy en día, muchos años después de aquello, Storm sigue atormentada por los ‘recuerdos’ de las demoledoras escenas ‘resucitadas’ en la consulta de su terapeuta.

La técnica de la recuperación de la memoria reprimida implantó en la paciente falsas evocaciones.

En una encuesta que comprendía 183 casos de represión de recuerdos de abusos sufridos en la infancia, un equipo financiado por el estado de Washington seleccionó al azar 30 de ellos para su estudio. Se extrajo la siguiente información:

  • El 100% de los pacientes informó de torturas o mutilaciones, aunque ninguna pudo ser corroborada.
  • El 97% recuperó recuerdos de abusos en rituales satánicos.
  • El 76% recordó actos de canibalismo con bebés.
  • El 69% recordaba haber sido torturado con arañas.
  • El 100% seguía bajo terapia 3 años después.
  • El 10% manifestó haber tenido pensamientos suicidas antes de la terapia; el porcentaje se elevó al 67% al seguir la terapia.
  • La hospitalización aumentó del 7 al 37% consecutivo a la terapia.
  • Las automutilaciones aumentaron desde el 3 al 27%.
  • El 87% de los pacientes tenía un empleo antes de la terapia; al cabo de tres años de terapia sólo lo tenía un 10%.

Todos estos datos, extraídos de la revista Mente y Cerebro, nº 34, muestran a las claras dos cosas: que los efectos de la terapia mencionada pueden ser terribles; y que el negocio de sanador, por el hecho de que se prolonga indefinidamente, resulta bien lucrativo. Cierto es que en la técnica mencionada el psicoterapeuta es mucho más inquisidor que lo debe ser el psicoanalista, pero ambos parten de las mismas premisas, que los abusos sexuales en la infancia son la causa de gran parte de los trastornos mentales y de personalidad que se dan en la madurez.

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A Freud no le pasó inadvertida esta circunstancia: Primeramente abandonó el método de la hipnosis que utilizó en la primera época porque  se percató de lo ilusorio de muchas de las «confesiones» de los pacientes interrogados hipnóticamente, y algo después,  también tempranamente, en carta a su amigo Wilhelm Fliess de 21 de septiembre de 1897, asevera «…la conclusión de que en el inconsciente no hay «indicio de realidad», de tal manera que es imposible distinguir la verdad de la ficción teñida de afecto.».  Tal reconocimiento vale tanto para la introspección que realizan los pacientes como para la introspección del propio Freud en la que «recordó» el amor por su madre, así que, de haber actuado en consecuencia, le tendría que haber llevado a reorientar la teoría, pues indicaba que los datos extraídos mediante la asociación libre eran meros indicios dudosos, pero no realizó tal reorientación. En realidad, el citado reconocimiento significaba el derrumbe total de la teoría, pues derrumba el pilar justificador, destruye el aval que avala a todo el edificio, borra el tinte científico con que se había embadurnado.  Freud se debió sentir como aquellos personajes de dibujos animados que andando  sobre lo  que consideran suelo firme, miran de pronto  hacia abajo y ven el abismo a sus pies; debió verse sentado sobre la rama que estaba cortando.

Pero algunos seguidores de Freud fueron mucho más freudianos que él mismo, y en los años 90, en USA, eran mayoritarios entre los psicoanalistas.  Durante la década de los 90 los tribunales tuvieron que dictaminar en varias decenas de miles  de denuncias de incesto que las denunciantes alegaban haber tenido lugar durante su infancia.  Tardó un tiempo en ponerse claro que en todos los casos las pacientes habían ‘recordado’ el incesto a preguntas (intencionadas) de los distintos psicoanalistas. Una investigación más exhaustiva determinó que en la mayoría de los casos se trataba de falsos recuerdos inducidos durante la sesión de psicoanálisis.

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El psicoanálisis nunca ha presentado prueba alguna de sanación (no les ha hecho falta, el negocio de diván siempre ha marchado viento en popa). Un caso que pretendió ser prueba de sanación fue el del llamado «hombre de los lobos», un tal Sergei Pankejeff, que sufría una neurosis grave, y que fue tratado por Freud. Mediante la interpretación de sus sueños, se concluyó que sus dolencias se relacionaban con traumas sexuales de la infancia. Freud aseguró haber encontrado la pista que llevaría a su sanación por un lapsus cometido por el paciente al comunicar un número distinto al que dibuja, que es el V. Freud encuentra en esta cifra-letra la forma de una mariposa, la abertura de las piernas de una mujer… Cuando se le comunicó el origen de su problema, curó. Pero la historia es diferente. La periodista Karin Obholzer investigó el caso y descubrió que nunca había curado, sino que fue empeorando de forma ostensible hasta su muerte, así como que cobraba un sueldo mensual a cargo de la Fundación Sigmund Freud con el propósito de mantenerlo oculto en Viena para que el fraude no se hiciera público.

Yo no sé si acogerme al diván o al confesionario.

7 comentarios en “Manchas del psicoanálisis

  1. La mayor parte de la gente que ha oído hablar de Freud, piensa que se trata de un gran científico que revolucionó la psicología y la terapia de las enfermedades mentales. Es muy conveniente recordar, como tú haces con claridad y fundamento, la clase de elemento que fue el tal Freud y los peligros (aparte del de vaciarte la cartera) que esconde su mistificado método psicoanalítico.

    Le he mandado una copia de tu articulo a una amiga (médica) que asiste con asiduidad a actos de encumbramiento y veneración de Freud y del psicoanálisis y me ha explicado que solo estoy dejándome llevar por mi odio irracional hacia el susodicho. Debe ser cosa de un trauma sexual de la infancia, ya olvidado.

    Saludos.

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    • Hola Yack. Me temo que nosotros debemos de tener un complejo de Edipo no superado, que hemos sufrido incesto en la infancia y que nuestras personalidades son múltiples; si no, no se entiende que descreamos de lo aquello de lo que viven tantos afamados doctores que cobran a 100 o más euros la hora por escuchar.
      Un saludo

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  2. La mayor parte de la gente que ha oído hablar de Freud, piensa que se trata de un gran científico que revolucionó la psicología y la terapia de las enfermedades mentales. Es muy conveniente recordar, como tú haces con claridad y fundamento, la clase de elemento que fue el tal Freud y los peligros (aparte del de vaciarte la cartera) que esconde su mistificado método psicoanalítico.

    Le he mandado una copia de tu articulo a una amiga (médica) que asiste con asiduidad a actos de encumbramiento y veneración a Freud y al psicoanálisis y me ha explicado que solo estoy dejándome llevar por mi odio irracional hacia el susodicho. Debe ser cosa de un trauma sexual de la infancia ya olvidado.

    Saludos.

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  3. Hoy me atrevo a preguntar. Estoy pasando un momento difícil, son más de tres meses de un cambio total..No se puede dar vuelta la vida, es muy difícil olvidar. La soledad trabaja arduamente e impide ver otras posibilidades. Me aconsejó una médica ver a un sicólogo. Ahora debo agregar a la angustia, el que un accidente doméstico, me ha dejado el rostro sumamente lastimado, algo que con cicatrices o sin ellas, carece de importancia ante tantos problemas por solucionar. Todos me dan ideas, algunas imposibles de realizar.
    Yo había leído con anterioridad tu escrito, y los comentarios, en éste momento pienso…
    No terminaré siendo dependiente de alguien desconocido para mí?
    Si hay algo que me agrada de todo lo que escribes, es el alto nivel en que lo haces y la claridad de los mismos.
    Gracias por tu tiempo.
    Un abrazo..

    .

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    • Amiga Stella, siento esos momentos difíciles por los que estás pasando y me gustaría tener un antídoto contra ellos que ofrecerte, pero todo cuanto puedo darte son remedios de mi propia experiencia que en circunstancias pasadas a mí me funcionaron. No soy psicólogo, soy físico, y no niego que existen psiquiatras y psicólogos con conocimientos y remedios beneficiosos para sus pacientes, pero sí que me hecho precavido ante los que practican el psicoanálisis de manera rutinaria y sin más conocimientos que cuatro ideas caducas.
      De mi experiencia he extraído algunas reglas. Las que más me ayudaron en su momento ante las dificultades son éstas:
      La de apoyarse en amigos a quien hablar y con quien sacar los cienos que empantanan el espíritu;
      Tomar a las cosas, las circunstancias y los hechos como lo que son, relativos, percibir que todo pasa y que los estados de ánimo cambian con el tiempo, y que vemos a personas felices con grandes desgracias acumuladas, pero que han sabido salir del pozo, que se puede salir de él con esfuerzo;
      Elaborar proyectos, hacer surgir intereses de los adentros, lanzarse a nuevas empresas;
      Confiar en la fuerza de uno mismo para hacer un agujero por donde entre la luz al final del túnel, animarse, transformar el sufrimiento en ímpetu;
      No dejarse caer en la molicie ni en el autocompadecimiento;
      Viajar, perderse en nuevas rutas, conocer nuevas gentes;
      Hablarse a uno mismo con voz que resuene en los adentros. Recuerdo que una cierta época en que tenía responsabilidades sociales y que tenía frente a mí a un grupo de gente agresiva que pretendía hundirme, me fue un elixir estupendo el repetirme frecuentemente (cada vez que el temor hacía acto de presencia) “con dos cojones”.
      Y finalmente, no adormecerse en el recuerdo, sino tender a la laboriosidad sistematizada cuando ello ocurra.

      Mucho me gustaría que estos remedios que me resultaron útiles te resultaran a ti también. Ante dificultades que se hacen rutina, algún fármaco que facilite el dormir o quite el nerviosismo puede ir muy bien si se toma de forma pasajera.
      En todo caso, aquí tienes mi correo, joyazam@gmail.com para todo cuanto esté en mi mano y para si necesitas hablar con alguien en ciertos momentos de la soledad agobiante.
      Un abrazo

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  4. Gracias por responderme con esa profundidad que te caracteriza, y que observo en todos tus escritos.
    Lo único que puedo decir en éste momento es que voy a tratar de llevar de la mejor manera posible lo que me ocurre. Lamentablemente, me enredé en un cable de luz, y caí sobre un mueble y me lastimé muchísimo la cara. Lastimada por dentro y por fuera. Pero de pedacitos también se forman superficies agradables.
    Eso espero y desde mi sitio lo mejor para ti.
    Un fuerte abrazo.

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