Hay muchos motivos que llevan al embeleso y todos tienen en común que el embelesado tiene el sistema de atención focalizado y a pleno rendimiento, pero quiero referirme al embeleso, harto frecuente, que practican aquellos individuos que solemos calificar como distraídos. Claro está, si usted lleva al psicólogo a un niño que se embelesa con frecuencia le puedo asegurar que le diagnosticará “déficit de atención”, pero esto de los psicólogos y el déficit de atención es otra historia.
El embelesado al que me refiero representa en su imaginación una fantasía que discurre por los meandros de placer del cerebro y que es generada e impulsada por los vientos del deseo. El tema del embeleso surge a partir de deseos insatisfechos. En su pensamiento el embelesado se ve triunfante en una competición; o bien imagina escenas en las que la chica de sus sueños cae rendida a sus pies ofreciéndole su amor eterno; o la empresa que sueña construir es todo un éxito que causa la general admiración; o imagina un escenario en donde hermosas odaliscas representan sus juegos eróticos preferidos; o, simplemente, traza los hechos de un pasado que le resultó satisfactorio, y los mejora y se recrea en ellos y los proyecta hacia el futuro repetidamente…Pero, claro, hay embelesos para todos los gustos. En cualquier caso, no suelen ser pensamientos que se busquen sino que surgen por sí solos en las ocasiones en que la realidad resulta aburrida o desagradable y la mente está poco disciplinada.
Mientras dura el embeleso el embelesado cae en un ensimismamiento agradable que, placenteramente, le evade de la realidad. Ni que decir tiene que la conciencia apenas participa en esa representación si no es ofreciendo su escenario de actuaciones y manteniendo la atención en estado de firmes. El subconsciente es el manantial de donde fluyen esas bocanadas de quietud agradable que aíslan al sujeto del agobiante mundo. Les suele ocurrir con más frecuencia a los sujetos que poseen una desbordante imaginación y buenas capacidades intelectuales.
El tema del embeleso puede ser seleccionado repetidamente o puede aparecer en nuestra mente como por encanto, pero su argumento lo traza el deseo, que hace discurrir la navegación por placenteras aguas. ¡Y qué decir de los protagonistas de la obra!: se someten mansamente a los dictados del deseo y actúan para la satisfacción de éste.
Poco tiene que ver el embeleso con el duermevela, aunque en uno y otro caso la maquinaria de la razón se mantenga en suspenso. El duermevela (y los diccionarios se muestran erróneos al respecto) lo forman esos instantes en los que el ámbito onírico aún no se ha retirado y la conciencia está desperezándose; en el que el fluir de los sueños se percibe conscientemente; en el que el subterráneo de la conciencia aún no se ha cerrado. En el duermevela podemos ver las simbólicas figuras de los sueños caminando desorientadas entre los dos ámbitos. Pero también la conciencia mueve al pensamiento a participar en la obra, y hace desfilar a sus propios personajes, que en argamasa se mezclan con los del sueño y se diluyen, apareciendo y desapareciendo de repente, hasta que la conciencia toma el mando y cierra los portalones del subterráneo.
Recuerdo que hace años tuve un duermevela que, por su duración, resultó ser muy extraño. Desperté con la clara imagen de un sueño dibujada en la conciencia. Era el marco de una ventana –sin paredes ni adornos ni sujeción alguna—en la que se sentaba una mujer de la que surgía una luz blanca brillante. Me resultó desconocida. Tomé consciencia de la imagen pero ésta no marchaba; incluso la pude meter en mis pensamientos y examinarla. Creo recordar que tardó un buen par de minutos en evaporarse.
Hola Fernando / Andrea. ¿ como estáis ? Lastima de vuestra presencia en este barrio que me lo han cambiado, el PSC es una mueca de partido y ya sabes de lo que pienso del Secretario Pedro Sanchez , mas tonto que nada….aun no sabe como son los catalanes…en fin, este domingo ya nos ves a salir a patear para que no se independicen….coño que se vayan a Andorra que la tienen cerca y que pongan las cuentas allí con los Pujol….Alavedra, Pernafreta, Mas, Duran, etc… esta totalmente fraccionada la escuela publica y privada, cada cual mete mas cizaña en la juventud. Mañana estos van armarla otra vez en la calle y los de la CUP / Podemos frotándose las manos. Por aquí lo que mas nos fastidia es que los peques ven la tensión en todos y no es nada agradable. Ayer mientras ellos estaban en la playa nosotros circulando a dar pasitos por el paseo de gracia….fíjate como íbamos. Una abrazada Santi / Nanda
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Hola Santi y Nanda, me imagino la tensión que deberéis estar viviendo. Cada vez nos alegramos más de habernos venido. Allí están alborotando nazis y bolcheviques por igual, la CUP, Podemos y la antigua CIU. La única respuesta posible es la de moverse y no dejarse amilanar. A ver si el Rajoy tiene narices y deja de ser un cobarde. De lo del Pedro Sánchez, es otro idiota que no sabe si va o si viene. Un abrazo
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El embelesado, embelesarse es muchas veces un sencillo e íntimo placer… Confieso…
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Placer divino
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El embeleso de que hablas obedece en mi opinión a la generación imaginativa de futuros esplendorosos y al mismo tiempo posibles desde la óptica de nuestras capacidades, ilusiones y deseos y cumplen con la doble función de explorar el futuro para encontrar nichos de oportunidades y para autoconvencernos de que nuestros esfuerzos tendrán, al final, una gran recompensa que nos anime a mantenerlos.
En cuanto al dormivela, creo que se producen por un desajuste de los mecanismos que se ponen en marcha cuando nos introducimos o salimos del sueño, haciendo que las ensoñaciones sean percibidas como realidades tangibles y se vuelven así más valiosas porque conservan el sello de lo real, es decir, de la perdurabilidad que es lo que les falta a las fantasías oníricas.
Saludos cordiales.
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El que describes es un tipo de embeleso, el del cuento de la lechera. Creo que hay de otros tipos, por ejemplo, el de quien huye de una realidad que le resulta hiriente y se refugia en las fantasías que surgen de su imaginación. La verdad es que el duermevela puede resultar exquisitamente agradable (siente uno una sensación de placer embriagadora), pero en otros casos, cuando es una pesadilla la que se nos introduce desde el sueño, el malestar es inaguantable. Deseémonos tener muchos duermevelas del primer tipo. Un afectuoso saludo
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Me recuerdo pocas veces embelesada.
Una de ellas, era que un caro sueño se hizo realidad. Me veo sentada en el jardín, y aún siento en mis manos la taza de té caliente.
Nadie me ofreció mayor delicia, era una fusión de ilusiones, deseos, ensueños.
Como siempre es un placer leerte.
Abrazos.
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Hola Stela, bonito embeleso. Yo, en cambio, recuerdo una embelesada infancia, menos mal que pronto aterricé en el suelo de la realidad.
Abrazos
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