EL VOLTEO CULTURAL

Abuelos sin nietos

De manera general, cada etapa de la vida ofrece una función social. La juventud y la infancia son épocas de relación y de abrir los ojos a la realidad. Luego comienza la lucha por la vida, esto es, la búsqueda de pareja sexual, la crianza de los hijos, el afán de alcanzar una posición social… Hasta hace poco, la vejez tenía como función principal el proveer de afecto y cuidado a los nietos, pero ha dejado de ser tal. Ha dejado de ser tal porque las parejas ya no tienen hijos, por lo que los «abuelos» ya no tienen nietos a los que cuidar. Por esa falta de función social, me temo que pronto los poderes económicos y la bárbara grey juvenil reclamen la eliminación de la vejez o su encierro en reservas «indias».

Suplantación

Se produce un tránsito directo desde el egotismo juvenil hasta  intentar gozar la vida sin tasa. Por esa subordinación a la «felicidad del hoy», las relaciones de pareja son de quita y pon, de hoy sin mañana, y los posibles hijos un estorbo que apartar. Un buen can los reemplaza sin quebranto alguno, al contrario, presenta evidentes ventajas. Al perro se le educa con cierta facilidad, es solícito, afectivo, juguetón, buen compañero de viaje, y en algunos casos, parece ser, compañero sexual. La función del can entre los humanos fue la de cazador, guardián, defensor, ayudante de pastor…, siendo ahora la de hijo, amante, compañero del alma.

Democratización cultural

La sociedad se ha democratizado a tutiplén. En derechos, riquezas y valor social  — excepto en méritos—, nadie quiere ser menos que nadie, así que, para igualar, la ignorancia, la incultura y la necedad se han convertido en valores sociales. La estupidez de un necio vale hoy lo mismo —o más— que la afilada opinión de un sabio. Ya no se hace cine para disfrutar de inteligentes diálogos ni se escribe para ilustrados  sensibles, tal como se hacía unas cuantas décadas atrás (los menos cultos se esmeraban en aprender de novelas y películas, en culturizarse, porque la cultura era considerada un bien). Hoy en día se proclama con orgullo no leer, se celebran las faltas de ortografía, la necedad se contagia por las redes, la incultura  se venera y se presume de ella.

Incultura en el hemiciclo

Tal democratización afecta también a la política; la incultura ha puesto sus garras en el hemiciclo del Congreso y de las instituciones políticas en general. En España, personajes como Lastras, Ábalos, Patxi López o Irene Montero, altos cargos del gobierno, bárbaros en el poder,  añaden a su incultura su sectarismo. Por el contrario, se condena al ostracismo al político que destaca, al que muestra inteligencia y capacidad. Es el mundo al revés: ¡muera el mérito!, ¡mediocres al poder!, ¡invirtamos todos los valores!, parecen decirnos los adalides de la «democratización» de la Inversión.

Inversión de la cultura en la Universidad

Antes que en la política, el germen de la inversión de la cultura y de los valores tiene lugar en la Universidad. Las del Reino Unido y de Norteamérica se llevan la palma. En muchos departamentos de Ciencias Sociales de esos países se clama por prohibir a Platón, Aristóteles, Homero, Mark Twain, Rudyard Kipling, y una larga lista de escritores y filósofos por sus ideas «fascistas». En algunas escuelas de Barcelona se prohíben los cuentos de Blancanieves, la Cenicienta, Hansel y Gretel… por machistas. Hacer desaparecer la cultura de la Universidad parece ser el reclamo, y sustituirla por estudios de género un fin.

Estorninos y grajos

La inversión se produce hasta con los pájaros que viven en nuestras ciudades, sobre todo en las pequeñas; la población de gorriones ha sido casi totalmente desplazada por córvidos. Grajos, grajillas, urracas, estorninos, habitan hoy en día nuestros parques. Gracias a la protección que los volteadores culturales les dispensan, hoy los graznidos, la suciedad venida del cielo, las majestuosas bandadas, forman parte del paisaje urbano. La democratización y el volteo cultural se han logrado. La barbarie perruna, la ignorancia, los nuevos valores, ya se han instalado entre nosotros. Poner todo patas abajo es nuestro lema.

El miedo a volar y la envidia

Es cierto que muchos no son conscientes de ello, que la brillantez con que lucen en su cerebro idealidades como nación o comunismo, o la ridícula identificación de la igualdad con la justicia, o, más comúnmente, un fuerte resentimiento social, les impiden ver lo que queda entre sombras: la terrible opresión que ejercen sobre los ciudadanos los sistemas políticos que se rigen por modelos totalitarios de colectivismo. Creo que una inmensa mayoría de los abogan por tales recetas totalitarias no son conscientes de ello; pero otros muchos sí que lo son; y uno, desde la razón, se pregunta por qué. ¿Por qué uno anhela perder su potencia como individuo y pasar a pertenecer a la categoría de siervo —sin derechos ni libertades que no sean los que la «magnanimidad» de poder totalitario otorgue sin garantías a cada sujeto? ¿Por qué de esa ilusión de ser únicamente parte de un colectivo y abjurar del juicio y criterio propios? ¿Por qué de ese deseo de ser rebaño? Dostoievski, en Los hermanos Karamazov, nos da razón de ello: «Los hombres quieren volar, pero temen el vacío. No pueden vivir sin certezas. Por eso cambian el vuelo por jaulas. Las jaulas son el lugar donde viven la certezas.»

La razón mencionada es muy buena, pero existen otras. Una es la envidia. Por mucho que un país alcance un nivel de riqueza que permita a sus ciudadanos vivir holgadamente, si existen desigualdades en el disfrute de los bienes, siempre aparecerán grupos violentos dispuestos a destruir todo lo destruible, dispuestos a vivir en la miseria más absoluta, pero siendo iguales. Tales grupos existen con abundancia en Cuba, Venezuela y España. La envidia, que no atiende a desahogos ni riquezas sino a diferencias, es la causante de todos esos movimientos. Pero la envidia es muy moldeable por las creencias, por esa razón, la verdadera enjundia del marxismo, aunque lo vistan con mil telas distintas, es la de fomentar la envidia.

Leo una bien documentada obra de Steven Pinker, En defensa de la Ilustración. Expone un relato ruso que dice así: «Igor y Boris son unos campesinos extremadamente pobres. … La única diferencia entre ellos es que Boris posee una cabra escuálida. Un día a Igor se le aparece un hada y le concede un deseo. Igor dice: mi deseo es que muera la cabra de Boris.» El relato expresa el hecho de que una proporción muy grande de personas —influenciadas ideológicamente— cifra su felicidad  en compararse con el vecino, en vez de por su bienestar en términos absolutos. Más allá, el relato de Igor y Boris me sugiere una extraña correlación entre las opciones de Igor y las posiciones políticas de nuestro entorno.  El Igor resentido y revolucionario opta por matar la cabra; el Igor igualitarista por compartirla; el Igor liberal por averiguar cómo conseguir yo otra. Los hechos prueban que solo el Igor liberal es capaz de crear riqueza.

Problemas de la globalización

La convivencia multicultural.

La historia del mundo nos ofrece con múltiples ejemplos los desastres del multiculturalismo. El genocidio que se produjo en los Balcanes recientemente (1991-2001) es una muestra palpable de ello. Todos ellos de origen eslavo pero divididos por sus prácticas religiosas y por haber tenido diferentes influencias políticas al comienzo de la Edad Moderna, el odio ancestral que provocaron tales diferencias se plasmaron en las matanzas que siguieron a la descomposición de la antigua Yugoeslavia.

Otro buen ejemplo es la guerra que se produjo en el Líbano entre 1975 y 1990 y que provocó  un número de víctimas que se estima en 120.000 y un número de exiliados cercano al millón. En el Líbano convivían suníes, chiíes, drusos y cristianos maronitas, y cuando estalló el conflicto todos lucharon contra todos, con alianzas que se formaban y se rompían al cabo de no mucho. Su capital, Beirut, considerada entonces la suiza de Oriente Medio, quedó completamente destruida, y todavía en nuestros días sigue destruida buena parte de ella.

Una gran matanza que se originó como un choque de culturas religiosas se llevó a cabo entre musulmanes e hindúes en el momento de declararse su independencia de Gran Bretaña: dos millones de muertos y el territorio dividido en lo que hoy es la India, Pakistán y Bangladesh.

Los ejemplos que se pueden encontrar acerca de esos problemas de convivencia en el multiculturalismo son numerosos, pero siempre surgen porque se reavivan los rescoldos de pasados enfrentamientos y porque uno de los grupos convivientes se siente lo suficientemente poderoso para tratar de acabar con la cultura de los demás grupos. En tal caso siempre aparece un mesías o un líder cualquiera que trata de agitar el avispero en su propio beneficio. En Cataluña se sigue este guión al pie de la letra. Pero los argumentos que presentan quienes empiezan el conflicto son muy variados. Para Hitler los judíos eran ratas infectas que contaminaban la raza alemana; para los islamistas la conversión del infiel es una orden divina, una guerra santa; los catalanes se creen superiores culturalmente a andaluces y extremeños, así que niegan que sigan con su cultura y su lengua si se encuentran en Cataluña.

Al respecto de la convivencia multicultural, Europa empieza a padecer el problema en sus carnes. Muchas regiones de Europa y muchos barrios en sus ciudades han sido islamizados a marchas forzadas. La policía sueca pidió asistencia en 62 zonas de la ciudad que ya no controla y en las que se aplica la ley islámica. En la ciudad de Malmö, con una abundante población musulmana, los conflictos violentos han crecido los últimos años. En ciertos barrios de Bruselas o de Lyon la policía no entra, y en ellos no se permite otro signo religioso y cultural que no sea el islámico. Si tenemos en cuenta que la tasa de natalidad de las familias musulmanas en Europa es cuatro veces superior a la tasa de los no musulmanes, en veinte años muchas regiones de Europa tendrán mayoría musulmana. Dado el acoso y la persecución que sufren los grupos no musulmanes en los países de mayoría islámica, eso puede significar un gran estallido de violencia y el fin de la democracia. Instaurar la ley islámica es el fin de los más radicales, pero ya sabemos que estos suelen hacerse con el control del resto. Mientras tanto, los mandamases europeos esconden la cabeza o miran hacia otro lado.

El problema China

China es un monstruo bicéfalo: en lo económico practica el libre comercio, en lo político es una dictadura comunista. Lo sorprendente del caso de ese modelo de dos cabezas es que le encanta a una buena parte de la juventud de Occidente; esa juventud que sin contraprestaciones posee casi ilimitados derechos y libertades de los que carecen los chinos. Pero los jóvenes se han distinguido siempre por la inconsciencia, y un alto porcentaje de los de ahora, por la ignorancia.

El caso es que una gran parte de la industria de todo el mundo se trasladó a China para reducir costes y producir barato. El caso es, también, que copiando los productos creados en Occidente, mediante un grandioso sistema de espionaje y sin pagar royalty alguno ni ser penalizado internacionalmente por ello, China ha hecho uso ilícito de las patentes americanas, alemanas o del Reino Unido. Viene al mismo caso que los obreros chinos siguen cobrando miserias, lo que le permite a China hacerse con un inmenso excedente financiero que utiliza para expandir su imperio por el mundo. Sin salirnos del caso, de manera contraria a la dificultad casi insalvable que un estudiante occidental encuentra para entrar en una Universidad china, hay más de 300.000 estudiantes chinos doctorándose en universidades norteamericanas. Eso gracias, es cierto, a ese liberalismo made in USA  que tanto aborrecen los progres del mundo. Total, que China se ha puesto a la cabeza en la tecnología puntera aprovechándose de lo que inventaron los demás, y sin pagar nada por ello. Dar a China un cuchillo para que te degüelle viene aquí al caso. El caso, digo, es que China se apoderado de las materias primas de medio mundo sin que nadie haya hecho aspaviento alguno o haya elevado una queja de preocupación por ello; recordémoslo: el malo de la película es Norteamérica y sus libertades.

Volviendo a las raíces del caso, China es una dictadura muy semejante en lo económico, en el control social y en la falta de libertades a lo que fue la dictadura nazi de Hitler, en donde toda la población estaba vigilada muy de cerca por algún agente del Partido, solo que el Partido es en este caso el comunista, pero también tiene sus campos de concentración donde se fusila o se reeduca a varios millones de ciudadanos. Pese a ello, muchos jóvenes de Occidente sienten debilidad por el modelo chino. Ahora, cuando la hegemonía norteamericana está dando sus últimos coletazos –lo hemos comprobado con su salida de Afganistán—puede que la hegemonía china nos pase por encima como un pesado rodillo. Nos han traído el COVIT, pero temo que no será lo último.

Otros peligros, a vuela pluma.

El desmembramiento de España. La izquierda está en ello, y el globalismo político y social que impulsa la ONU y unos cuantos multimillonarios, como Soros, los Rockefeller, la fundación Ford, etc, sigue también ese camino: las tribus pequeñas y divididas son más dóciles.

La corrupción política en los países democráticos. En España, los partidos clásicos han entrado a saco a esquilmar el Estado. Con la intención de tomar el poder a toda costa, el Congreso parece más una taberna barriobajera que un Parlamento; se compran los medios de comunicación son subvenciones y propaganda institucional; se crea una inmensa red clientelar de organizaciones, de cientos de miles de políticos que hay que colocar aunque sus conocimientos para el puesto sean nulos, de ONGs que no hacen otra labor que repartir sueldos entre sus miembros; en la región andaluza el PSOE hace desaparecer más de mil millones de euros…

La ingeniería socialque la ONU y los multimillonarios nombrados arriba están llevando a cabo usando el programa de la izquierda: fomentar que los europeos y norteamericanos no tengan hijos y llevar aquí y allí  población africana y latinoamericana confiando en que se reproduzcan mucho. Todo ello con el fin de instaurar un gobierno dictatorial a nivel mundial donde no haya naciones ni religiones que no sea la islámica.

Otros grandes peligros ya presentes son: el control de la población a través de las redes sociales,  la censura no solo a través de esas redes sino mediante la dictadura de lo políticamente correcto; las nuevas dictaduras neomarxistas en Iberoamérica: Nicaragua, Venezuela, Cuba, ¿Bolivia?, ¿Perú?, financiadas con el narcotráfico; el odio que la LGTB genera contra los hombres; la pérdida de valores en Occidente etc., etc.

DICHOS, UTOPÍAS, IDEOLOGÍAS Y CONTROL

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George Orwell
Para controlar a un pueblo hay que conocer su miedo, y es evidente que el primer miedo de cada individuo es estar en peligro mortal. Una vez que el ser humano se hace esclavo de su miedo es fácil hacerle creer que el papá Estado estará listo para ayudar a salvarlo.
Ortega y Gassett
“Don Salvador es un tonto en cinco idiomas”, que dijo Ortega y Gasset de Madariaga.
Intelectuales
Dice Barrows Dhunham, que “Con frecuencia los intelectuales son paniaguados del poder; por eso puede suceder que la intelectualidad se fundamente en encontrar excusas valiosas para el servilismo.

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Ideologías y sentimientos
Para los líderes de la izquierda la ideología es un vehículo de su ambición. Pablo Iglesias no sería comunista si no pensara que cuando arribe el comunismo él será el jefe. Para el resto de la tropa de adeptos, el comunismo es el vehículo de su odio y deseo de venganza. Por eso la abrazan.
Minoría violenta y revolución
En la Revolución francesa, como después en todas las revoluciones, una minoría violenta impone sus tesis y su poder a la gran mayoría silenciosa y pusilánime.

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El peligro de los salvadores del mundo
Algunos dicen sacrificarse por la humanidad. Se consideran salvadores del mundo o de una parte de él. Conocemos a los revolucionarios de toda época, sobre todo los comunistas, que decían sacrificarse por el comunismo, que era la felicidad de las gentes, pero en realidad sacrificaban a todo el mundo para poder conseguir sus propios propósitos. En realidad, una idea se apodera de ellos y esa idea viene a ser en casi todos los casos un vehículo para alcanzar ellos el poder. Sus conciencias están controladas por la ideología  y la ambición de poder.
Sometimiento a la colectividad
¿Cuándo y en qué condiciones el egoísmo humano se convierte en sumisión al grupo?, es decir, ¿por qué las reses de un rebaño ideológico renuncian a las prerrogativas del yo?
¿Por qué todos los líderes comunistas llevan a la miseria al país antes de tomar el poder?
Porque el comunismo chapotea excelentemente en las ciénagas de la miseria, de ahí que pretenda convertir las charcas de agua clara y saludable en cenagosos pantanales.
La ONU y el Nuevo Dios
La ONU ha levantado un nuevo dios con una santísima trinidad: aquél es el Igualitarismo; estos son: el animalismo y medioambientalismo y la ideología de género.
Prensa y morbo
La expectación fervorosa de los primeros cristianos en espera del Apocalipsis, explica el porqué del éxito de la prensa amarilla.

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Atrayente utopía
Nos dice Antonio Escohotado que lo real es complejo pero toda fantasía (utopía, sueño) es simple, por eso, supongo, la abrazan los memos.
¿Por qué en los regímenes socialistas se empobrecen sin remedio?
Adam Smith nos dio la respuesta: “Sería absurdo imaginar que los seres humanos rinden más cuando trabajan para otros que cuando lo hacen por su cuenta”
La fuerza en el revolucionario
El odio contra el enemigo y la crueldad del destruir son las grandes pasiones y fuerzas del revolucionario; mucho mayores que la razón, que el sentimiento de injusticia e incluso que el ansia de poder de sus líderes.

nazismo y comunismo
Identidad del comunismo y del nazismo
La estructura del esqueleto es la misma en ambos y es la misma su espina dorsal: el individuo no es nada y el Estado lo es todo; el Estado se personifica en el líder; la libertad del individuo queda suprimida; la democracia queda abolida; todo se hace en nombre del “pueblo”; el aparato represivo evita la disidencia… De hecho, las semejanzas van mucho más allá, pues tanto el nazismo como el fascismo nacieron del socialismo, las SS imitaron el sistema de checas de la URSS, y Hitler fue el mejor alumno de Stalin. Su única diferencia es que en el nazismo se levanta la bandera de la Patria alemana, mientras que el comunismo pretende el poder universal. Así que nazismo y comunismo son hermanos siameses que, poseyendo la misma espina dorsal, miran hacia lados distintos.

Tipos de controles a los que paulatinamente nos someterán más y más
• Ideológico: los medios, la educación, la corrección política
• Visual: las cámaras en las ciudades, los satélites etc
• Posicional: el gps de los móviles
• Auditivo: mediante los móviles, los sistemas de escucha y comunicación
• Institucional: de los grupos, las instituciones
• Judicial: control del sistema judicial
• Control de la policía, del ejército, de la guardia civil
• Control del Tribunal Constitucional
• Control del sistema de Representación Democrática
Leo en “Disidentia”:
La política es un juego en el que unas personas, organizadas, utilizan al Estado para transferir renta y riqueza de unos grupos sociales a ellos, y a otros grupos que les sirven de apoyo. Es el latrocinio revestido de progreso y justicia.

La Revolución ha llegado

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Que a nadie se lleve a engaño: la revolución socialista ya ha llegado a España; ya ha empezado a llamar a las instituciones del Estado, no con aldaba, sino a cañonazos. Cuando Pedro Sánchez dice que legislará contra la mentira, lo que pretende es imponer un control político sobre los medios de comunicación, que conllevará el cierre o la penalización de aquellos que expresen una ideología distinta a la suya socialista. Cuando la ministra Celaa dice que los hijos no son de sus padres, lo que nos está mostrando es el propósito de que el Estado asuma el control y la educación en exclusiva de los hijos. Cuando el presidente del gobierno dice que hay que desjudicializar la política, lo que está diciendo es que el poder judicial  debe someterse al poder político del Estado. O dicho más claramente, que se acabó la separación de poderes. Cuando Pedro Sánchez rehúsa entrevistarse con el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, y el ministro José Luis Ábalos se reúne en secreto en el aeropuerto de Barajas con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, lo que nos están diciendo es que este gobierno apoya al dictador venezolano Maduro. Cuando este gobierno se dirige a crear una Comisión de la Verdad con la misión de penalizar a todo el que discrepe públicamente de la versión oficial sobre la Memoria Histórica de los últimos cien años, lo que nos está diciendo es que las libertades y los derechos individuales se han acabado.

El nuevo gobierno emplea el neolenguaje que describe Orwell en su novela 1984. La inversión de la verdad, la lógica contra la lógica, el Ministerio de la Verdad para atajar todas las desviaciones. La mentira como arma revolucionaria, según la expresión de Lenin. Los principios de propaganda del nazi Joseph Goebbels: Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: “Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad”.

Las condiciones para imponer un sistema totalitario resultan inmejorables:

  1. Siguiendo el principio rector del comunista Gramsci, la imposición de la hegemonía cultural de la ideología social-comunista ya se ha logrado: las instituciones, los medios de comunicación, la Universidad, las redes, ya están mayoritariamente en poder de esta izquierda.
  2. Existe un malestar generalizado por la corrupción política existente.
  3. Hay una extensa red clientelar, de estómagos agradecidos, que medran a costa de su apoyo ciego a los dictados de este nuevo gobierno (observatorios de ideología de género, actores, profesores y funcionarios metidos a dedo, ONGs de distinto pelaje, etc.)
  4. Una Comunidad Europea débil, sin norte, dominada por un funcionariado indolente y muy bien pagado.
  5. Una juventud a la que han hecho creer que tienen derecho a todo sin aportar nada, y que sabiamente han radicalizado.
  6. Unos líderes revolucionarios capaces y que utilizan todas las armas revolucionarias a su alcance. Pablo Iglesias se guía por un programa de engaño muy bien trazado; Pedro Sánchez utiliza la mentira como arma. De los dos se podría decir: no se les conoce una sola verdad. Como todos los líderes revolucionarios del siglo XX, dicen luchar por liberar a los necesitados pero ninguno de los dos ha trabajado jamás ni ha cotizado a la Seguridad Social.
  7. A ninguno de los dos les importa lo más mínimo recortar libertades, llevar a la miseria a la población o emplear cualquier medio, por indigno que sea, para alcanzar el poder total.
  8. Unas huestes feministas y comunistas amamantadas en el odio que son la fuerza de choque (en la calle, en las redes…) para acallar toda oposición en contra y para imponer sus criterios contra jueces, fiscales etc.

Así que a nadie se lleve a engaño, la revolución ya está aquí, y tiene intención de quedarse, imponiendo un sistema socialista totalitario. El ministro Ábalos, ha sido tajante y elocuente al respecto: “Algunos están en la política de paso, yo no, yo he venido para quedarme. A mí nadie me echa”. En su neolenguaje, en el que se identifica con la revolución, sus palabras quieren decir que el Socialismo ha llegado para quedarse, para instaurar el paraíso; y si para eso hay que mentir por costumbre, si para eso hay que saltarse la ley y la Constitución al estilo del chavismo venezolano, si para eso hay que hacer fraude electoral, acabar con la independencia judicial y con el legislativo, se acaba. Contra viento y marea la revolución socialista ha llegado para quedarse e instaurar su dictadura.

Ante esta tesitura, lo primordial en cuanto a la opción política que debería plantearse cada individuo no es la de si ser de izquierdas o de derechas, sino si prefiere vivir al amparo de un sistema democrático o de uno totalitario. En todo caso, téngase en cuenta, esta es una revolución que nace de la abundancia y la desorientación, y que puede dirigirse hacia la miseria y el absolutismo. Pero lo propio del ser humano es la locura.

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EDUCACIÓN

 

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La educación ha sido el caballo de batalla para inculcar ideas igualitarias en la sociedad europea durante los últimos 50 años.  Lo malo fue que los modelos educativos utilizados contenían más ideas políticas que razones, y se inclinaron por destruir los valores existentes sin presentar otros de recambio; se inclinaron por imponer la norma de desdeñar la excelencia y de exaltar la mediocridad. La mayoría de profesores de los ámbitos educativos se opusieron –frontalmente o de forma  soslayada—al despropósito y consiguieron parar el golpe, siquiera en parte. Yo ignoro el grado de análisis que se había llevado a cabo antes de implantar –con la firmeza de leyes orgánicas— una  enseñanza para descerebrados que produjo durante los primeros años de su aplicación una cantidad desmesurada de analfabetos funcionales;  pero a la vista de los ministros y ministras que han ido desfilando por el gobierno de España, mucho me temo que tal análisis no se tuvo que distinguir por su profundidad.

Porque el problema a resolver tendría que ser éste: ¿Atendiendo a qué razones y valores se debería educar a los niños en la actualidad?

  • ¿Esculpiendo sus potencialidades para el conocimiento?, o, ¿para destacar socialmente?, o, ¿para conseguir riquezas?
  • ¿Educarlos para afrontar con solvencia las vicisitudes de la vida adulta?, o, ¿moldear en ellos una personalidad endeble que les procure docilidad?
  • ¿Educarlos para que las razones intelectivas tengan cabida en ellos, o educarlos meramente en la sentimentalidad?
  • ¿Templarlos o reblandecerlos?
  • ¿Tratar de que sean sabios o ignorantes?
  • ¿Conseguir individuos o rebaños?
  • ¿Enseñarles a amar el mérito y su recompensa, o la igualdad?
  • ¿Enseñarles a amar la libertad individual, o el sometimiento al grupo?
  • ¿Hacer de ellos un ser moral o amoral?
  • ¿Incidir en el acompañamiento de derechos y obligaciones, o solo en los derechos?
  • ¿Hacerles capaces o necesitados, fuertes o débiles?
  • ¿Multiculturalidad o integración cultural?

En fin, ¿qué clase de personas se pretende formar?, lo que lleva a la siguiente pregunta: ¿con qué dosis de cada una de las dicotomías mentadas se debería lograr dicha formación?

En España al menos, las posiciones ideológicas –izquierda y derecha en general—tienen bastante bien definido su repertorio en cuanto a Educación:

Derecha: conocimiento, riqueza, destacar, razón, temple, individuo, mérito,  libertad, moralidad, derechos con obligaciones, egoísmo, tradición, familia, patria potestad, fuerza, excelencia, integración cultural…

Izquierda: sentimientos, docilidad, igualdad, derechos, altruismo (de los demás), supeditación al grupo, libertades recortadas, debilidad, acabar con la patria potestad, desvalorizar el mérito, solo la colectividad importa, destruir las tradiciones, el individuo es nefando como tal, la moral se hace y deshace al interés de la ideología, multiculturalidad…

 

Que cada cual escoja a su gusto

Pareceres, dichos y ocurrencias

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  1. Dejó dicho Antonio Machado que “Es propio de aquellos con mentes estrechas embestir contra todo aquello que no les cabe en la cabeza”.
  2. Tras una larga y agónica muerte de mi antiguo celular, me ha llegado un nuevo teléfono móvil con órdenes precisas de configuración. A cada paso y a modo de chantaje, solicita mi permiso para manejar a su antojo todos los datos almacenados, así como mi posición a cada momento. En caso de negarme me amenaza con desbaratar la instalación. Al acabar el proceso me ha parecido escuchar una voz que decía “Ya me perteneces”. He reconocido en esa voz la de Mefistófeles dirigiéndose al Doctor Fausto tras apoderarse de su alma.
  3. Desde los griegos la verdadera democracia se ha guiado por este parecer: “La libertad le dijo a la ley: tú me estorbas. La ley respondió: yo te guardo”. Hoy en día hay mucha gente que aborrece la libertad del individuo y pretende estar por encima de la ley. Sin embargo, utilizan la palabra democracia como si les perteneciese en exclusiva, aunque es difícil de saber la idea que tendrán de ella.
  4. Un ejemplo del neolenguaje de que hablara Orwell en 1984 ha sido empleado por el número dos del PSOE, José Luis Ábalos, al referirse al aumento de 100.000 parados nuevos en octubre de 2019. Nos asegura que: “Hay más paro porque hay más confianza para encontrar un empleo”. Bueno, es una manera de llamar idiotas a sus electores.
  5. Existe una gran diferencia entre ser compasivos y vivir a costa de la compasión.
  6. Encuesta en la Universidad de Zaragoza, sólo el 4% de los estudiantes tiene el propósito de emprender algún negocio al terminar sus estudios; el resto, el 96% desean ser funcionarios. ¿Alguien duda que este país se está yendo al carajo?
  7. Hoy, como nunca antes, tengo la impresión de que nos hemos convertido en hámsteres de aspecto humano que corren sin descanso en la rueda del deseo y la ignorancia.
  8. El resentimiento social dicta al oído de los resentidos este lema: “Todos iguales aunque ello signifique miseria para todos”.
  9. Salir de la posición de víctima exige tomar responsabilidades, así que mejor seguir en el victimismo, dicen los que esperan vivir del erario público sin dar palo un al agua
  10. Tengo el convencimiento de que ha sido descubierto un extraño virus que, como en el caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde, convierte a gente de aspecto honrado y pacífico en violentos maniacos capaces de las mayores atrocidades. Solo hay que echar una ojeada al mundo para convencerse de que el virus ya ha sido inoculado (las revueltas en Cataluña o en Chile o en Colombia). Jóvenes de clase media sin necesidades económicas acuciantes se lanzan como posesos a la destrucción en la calle. Creo que el virus tiene un nombre: “Ideología del odio”.
  11. Para ser coherentes con las ideas que expresan, los millonarios progres que defienden una inmigración sin tasa deberían acoger en su casa a unos cuantos emigrantes; los intelectuales franceses que defendían a la URSS con tanto entusiasmo deberían haber pasado un año en un Gulag siberiano; y los que hoy en día defienden con tanto ahínco el régimen chavista de Venezuela o el régimen castrista cubano, deberían pasar unos añitos en esos países sin privilegios de ningún tipo.
  12. Un pensador americano, Sowell, señala que “Es difícil imaginar una manera más tonta o peligrosa de tomar las decisiones que encargarlas a las personas que no pagan un precio por equivocarse”. Los políticos españoles no cejan de darnos ejemplos brillantes de ello. Ahora mismo, se han unido la locura y la desvergüenza para formar gobierno.

La envidia y sus fórmulas sociales

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La envidia inventa todo tipo de fórmulas y argumentos éticos. La fórmula más general es aquella que identifica la igualdad con la justicia, o más precisamente, “desigualdad es sinónimo de injusticia”. Dicha fórmula ha sido repetidamente empleada a lo largo de la historia para atacar el desigual reparto de riquezas, pero su aplicación se ha extendido en la actualidad a campos muy distintos del puramente económico.

La envidia es el sentimiento con el que acusamos  de nuestra propia impotencia a los que nos hacen sombra , y, ya digo, se extiende a campos muy diversos. En este mundo nuevo en el que cualquier locura se puede convertir al poco en valor de moda, hay ahora quienes alegan que es una injusticia ser feo o fea porque la fealdad presenta desventajas para vivir la vida, sobre todo desventajas a la hora de satisfacer los impulsos de la sexualidad. El caso es que pretenden poner remedio a tal injusticia y a fe que lo conseguirán en un futuro próximo. Cuando la cirugía estética se haya convertido en rutina, exigirán que el Estado repare su fealdad con un rostro y un cuerpo a la carta (hace años se tenía a mano la piadosa argucia de considerar que la verdadera hermosura moraba en el interior de cada cual, pero tal tipo de hermosura ha caído en el olvido y apenas cotiza en la bolsa del valor social).

Conociendo los estragos que la envidia podía producir, los promotores del modelo educativo español (presumo que sufrieron en sus propias carnes el mal de la mediocridad)  conocido como LOGSE, en los comienzos de su implantación en España, promocionaron el lema “que nadie sepa más que nadie”, esto es, que ningún alumno podía adquirir más conocimientos que los que poseyera el más retrasado de la clase. Con buen criterio los profesores se negaron a seguir el dictamen de tamaña estupidez. Pero últimamente se lanzan las campanas mediáticas a favor de que es un pecado destacar intelectualmente, y para dar argumento a las campanadas se señala que la inteligencia no tiene nada de innata sino que es producto del ambiente educativo en que se ha desenvuelto la infancia de una persona, así como de los estímulos que ha tenido, lo cual tiene grandes repercusiones igualitarias en  campos distintos al intelectual.

Ya que según estos adalides de la educación la inteligencia es aprendida, apoyándose en la fórmula antedicha (igualdad = justicia), propugnan que todos debemos de tener la misma inteligencia, y para ello todos los niños deben de criarse en el mismo ambiente social, con los mismos recursos y lejos de cualquier distinción económica o cultural. Todos deben aprender lo mismo y tener la misma inteligencia. Pero tal cosa implica –tal como preconizan los miembros de un grupo político catalán situado en la extrema, extrema izquierda (aunque prácticamente todos sus dirigentes son hijos de papá)– apartar a los niños de sus padres y criarlos en una comuna. Tengo para mí que de llevarse a cabo tal experiencia y de resultar que, aun así, algunos niños se mostrasen intelectualmente más despiertos que otros, les efectuarían una lobotomía para igualarlos.

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Así que, de lo visto, la fórmula ética que equipara desigualdad con injusticia, fórmula dictada por la envidia, conduce en su aplicación a una sociedad totalitaria donde el colectivismo impera por encima de cualquier individualidad y de cualquier potestad paterna. Una sociedad que podría devenir en la anunciada por Huxley en Un mundo feliz. Pero las fórmulas éticas pueden ir cambiando con el tiempo. Tal ha ocurrido con la usada por la vanguardia del feminismo. Primeramente luchó por la igualdad en derechos y libertades entre hombres y mujeres. Posteriormente—quién puede negar que la envidia estaba tras ello— alegó que unos y otros eran lo mismo, una mera construcción cultural o social llamada género, y que cualquier referencia a distinción de sexo, cualquier referencia a la biología, era un crimen machista y fascista, que al fin y al cabo representa lo mismo para esa vanguardia.  Si todos somos iguales, no tiene sentido la transexualidad, así que rechazaban a los transexuales. Ahora, reciente, han encontrado una fórmula mejor. Conceden que el género es algo variable, que no es el mismo para todos, ni siquiera para una persona en distintas épocas de su vida, ni siquiera de la noche a la mañana. Uno lo puede escoger de entre los 120 géneros distintos que esa institución transida de locura que es la ONU ha promulgado. Un género por la mañana, otro por la noche, o según el día de la semana o según la ocasión lo requiera. Así que la transexualidad (o mejor dicho, el transgénero) ha pasado, de ser rechazado, a convertirse en la esencia del ultrafeminismo que nos amenaza cada día.

Como se puede observar, con la envidia como artífice cualquier locura es posible. Pero tales locuras son harto peligrosas porque llevan adosadas el odio y la revancha, aunque no es tiempo de hablar de ello ahora.

Nuevas religiones, nuevas Inquisiciones

 

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La Inquisición Española tiene mala fama; de crearla se ocupó la Leyenda Negra española que inventaron en Europa luteranos, calvinistas y puritanos. El caso es que la Inquisición ha vuelto en muchas partes del mundo de la mano de la vanguardia feminista, animalista y de revolucionarios de toda clase y condición. Es cierto que obra más sutilmente, que no aplica martirio físico, pero destroza vidas, posiciones, nombre. Está organizada en toda regla como una caza de brujas –brujos, tendríamos que decir más propiamente—contra quienes que no hagan profesión de fe del credo progresista conocido con el nombre de “Lo Políticamente Correcto”. Este credo engloba mandamientos muy diversos provenientes de diferentes religiones. En él se encuentra la religión del Calentamiento Global, ahora también llamado Cambio Climático, que suena menos comprometido y que ofrece mayor realismo. Los estudiantes universitarios, que no distinguen un meteorito de un buey volando, están entusiasmados con la idea de salvar a las ciudades costeras de todo el mundo –y de paso salvar a la humanidad del gran desastre climático y ecológico que se avecina— por el aumento incesante del nivel del mar al derretirse los polos.

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Su líder más mediático es una chica sueca de 16 años con un historial clínico-mental delicado. Organizan los Fridays for Future, que, claro, desemboca siempre en voceríos contra el capitalismo y la derecha, como es de recibo; la izquierda sabe bien lo que se hace. Bueno, el caso es que su primer mandamiento era “No emitirás CO2 a la atmósfera porque es el responsable del efecto invernadero que hace aumentar la temperatura del planeta”. De ahí se derivó el desmantelamiento de las industrias productoras de dicho gas, o su deslocalización hacia otras regiones del mundo. He dicho que era su primer mandamiento porque ahora lo es este otro: “No emitirás Metano a la atmósfera porque es el causante del cambio climático”. Es decir, ya no es el CO2 el gran culpable, sino que es el Metano y quien lo produce abundantemente: las vacas. Las vacas expulsan metano por la boca y por el ano –también nosotros—y son culpables de casi todo, del cambio climático, de la deforestación e incluso de producir cáncer. Evidencias científicas de que el Cambio Climático se deba a la mano del hombre: NINGUNA; todo lo más hipótesis, especulaciones, algunos datos que apuntan a ello, la prevención del “por si acaso”, pero evidencias, ninguna. Ahora bien, se ha de tener en cuenta que esto es una religión y no una verdad científica, así que la fe es lo que importa. Lo cierto es que nadie que ocupe un puesto de responsabilidad en la Administración Pública o que trabaje en temas relacionados con el medio ambiente se atrevería nunca a declarar que el calentamiento global debido a la mano del hombre es un camelo, perdería su puesto inmediatamente. La Inquisición en este aspecto es tajante.

Otra religión que se engloba en el credo de lo Políticamente Correcto: el Bolchefeminismo con el rostro de la LGTBI. Los artículos de fe derivan de ese engendro llamado ideología de género, que niega la biología de los sexos y afirma que la gente no tiene sexo sino que  puede elegir el género –una construcción cultural—que le apetezca e incluso tener uno para cada ocasión que se presente. En realidad esta religión se basa en el odio contra el hombre heterosexual y a favor de una venganza contra ellos. Uno de sus claros propósitos es acabar con la familia heterosexual, abolir la figura paterna y criar a los hijos comunalmente; otro es el de acabar con la masculinidad; otro es el de que impere el lesbianismo y las mujeres ocupen todos los cargos relevantes de la sociedad. Algunas de las pertenecientes a esta vanguardia proponen que se impida nacer a varones, o, como la profesora canaria Aurelia Vega, concejala del PSOE, que se castre a los niños en el momento de nacer. El bolchefeminismo es quien más fuerza tiene en esta nueva Inquisición. Han conseguido que baste una denuncia de una mujer contra un hombre para hundirle en la más absoluta miseria. Lo hemos visto recientemente con el tenor Plácido Domingo, a quien han vetado varias orquestas porque según la acusadora (30 años después de los supuestos hechos), Patricia Wulf, asegura,  le miraba los pechos cuando hablaba con ella. Pero no es el único, hace poco la Universidad de Harvard destituyó al decano Ronald Sullivan y a su mujer, profesora de derecho, por razones de ideología de género. Bueno, en realidad no son los únicos que han sufrido esta caza de brujos, se han producido centenares de miles de denuncias falsas de acoso o violencia de género en España que han destruido la vida de cientos de miles de hombres. Ya sabe, si se quiere divorciar de su marido y quedarse con todo, denuncie. El caso es que oyendo a las femibolches más significadas uno se da cuenta de que han debido pertenecer a una familia muy desestructurada por el odio que muestran contra el matrimonio heterosexual y contra el hombre en general[1]. Pero si bien se mira no resulta tan extraño, algunos de  los que han ejercido de maestros de la ideología de género inquietan al más templado: Kinsey, masturbador compulsivo y pederasta confeso; Wilhelm Reich, practicaba el bestialismo y murió en un hospital psiquiátrico donde se le diagnosticó paranoia y esquizofrenia; Michael Foucault, sadomasoquista homosexual y drogadicto que intentó suicidarse varias veces; Márgaret Sanger, se desentendió de sus hijos y murió de delirio alcohólico en una clínica; Shulamith Firestone,  defensora del incesto, la pederastia y la supresión de la familia, recluida en una clínica psiquiátrica; Kate Millet, firme defensora de la pederastia infantil, ingresada en una clínica por deterioro mental; Philip Pettit, el ideólogo de cabecera del inefable Zapatero, que proclama que nada de sexos, sino géneros a voluntad. Con tales maestros ¿qué aberraciones nos pueden resultar extrañas? En fin, la Inquisición del bolchefeminismo es hoy en día la más terrible que existe.

Pasemos a una tercera religión, la Animalista. A los animalistas –con esa concepción religiosa suya del sufrimiento—no les afecta que unos animales vivan o mueran sino que sufran[2] quizás porque su aumentada amígdala les produce sufrimiento cuando lo ven o lo perciben o lo imaginan de un acto. Por ejemplo, les importa un bledo que mueran los corderos degollados por lobos, lo que importa es que no muera un solo lobo; les da igual que mueran los visones que ellos liberan furtivamente de algunas granjas-criaderos, lo importante, dicen, es que no sufran; les importa un bledo que se tuvieran que sacrificar a todos los toros de lidia, lo importante es que no existan las corridas. El caso es que la idea del no-sufrimiento-animal es para ellos una idea religiosa como para el cristiano es la idea de Dios o para el comunista es la idea de la igualdad. Esas ideas fulgen en su conciencia y dirigen su acción, creándoles sentimientos contra el que hace sufrir a los animales, contra el ateo o contra el defensor del capitalismo. Cada cual que se deje seducir por la ideología que guste, pero la perversión del animalismo es que se declaran enemigos de todos aquellos que no piensen o sientan como ellos. Se declaran enemigos y se muestran agresivos e insultan y, sobre todo, quieren que se prohíba todo lo que no les gusta en relación a los animales y su comercio. Sus mandamientos son prohibiciones: prohibir la caza; prohibir las corridas de toros; prohibir los animales en los circos; prohibir los animales en los zoológicos; prohibir que los burros o los caballos o bueyes o mulos realicen labores agrícolas o salgan en cabalgatas o fiestas de cualquier tipo…

animalistas

La gran fuerza que muestran estos movimientos  “religiosos” surge de aliarse con la izquierda política y apoyarse mutuamente, sobre todo, con los herederos de la Iglesia Comunista, la que dejó más cien millones de muertos en el mundo tan solo en el siglo XX. Tal vez no se percaten –o tal vez sí—de  que el Comunismo es Inquisición en esencia

 

 

 

[1] Es decir, la agresividad de una minoría muy escuálida de gente desarraigada, con rasgos patológicos, pero con mucho odio ha logrado imponer sus dictados a una caterva de cobardes políticos de todos los colores del espectro solo preocupados por conservar su sillón y evitar enfrentamientos innecesarios.

[2] Lo del sufrimiento es un decir, pues exige tener conciencia, algo poco probable que tengan la mayoría de animales.

Escohotado, los Mesías y el Comunismo

 

Cuando un libro muestra una profunda y documentada investigación de los temas que allí se tratan, y a ello añade la honradez y la valentía intelectual de que siempre ha hecho gala su autor –junto a una prosa clara, precisa  y hermosamente conformada—, el lector que ame el conocimiento libre de borrones ideológicos puede estar de fiesta y sentirse gozoso. Eso me ha ocurrido a mí con la lectura de Los enemigos del comercio, de Antonio Escohotado, quizás el libro más revelador y de investigación más amplia y exigente de todos los que hayan sido publicados jamás en España, y una de las más importantes obras de conocimiento de todos los tiempos y lugares.

Advierto que leerlo lleva su tiempo y que son precisos algunos conocimientos previos, no en vano se trata de tres tomos con más de 700 páginas cada uno. Pero si uno es amante de la verdad y enemigo de las manipulaciones ideológicas, el tiempo empleado le será gratificado de modo amplio con gozo y con revelaciones que nos han sido escamoteadas sistemáticamente por la intelectualidad europea durante el siglo actual y el pasado. El mismo autor declara que en los comienzos de su investigación –que se prolongó durante 19 años—consideraba de manera bastante benigna cierta una ideología política, y que de su iniquidad sólo en forma de intuición tenía alguna sospecha.

Digamos que la obra versa sobre el Igualitarismo a lo largo de su historia (aunque esta palabra apenas aparece en sus numerosas páginas, y Escohotado se refiere a ellos—aunque presentan distintos matices—como pobristas, ebionitas, enemigos del comercio, los últimos serán los primeros, comunistas,  y otros nombres que nunca son epítetos porque no juzga, más bien expone).

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El recorrido histórico del primer tomo abarca desde Grecia hasta la primera Revolución Industrial, recalcando el nacer del pobrismo con los Esenios y con quienes predican esa doctrina, Juan Bautista y Jesús de Nazaret. Prosiguen varios capítulos en que se describe el ataque a la usura y al comercio por parte de la Iglesia durante todo el periodo de la Edad Media. El renacer del comercio en la Baja Edad Media, la importancia de la Hansa, la Reforma protestante, los grupos comunistas que entonces surgieron, como los husitas, la nuevos conocimientos de Economía, el impulso ofrecido desde Holanda al comercio, son algunos de los temas que se tratan.

lenin y stalin

En el segundo tomo la Revolución francesa toma la palabra,  y también los líderes sociales y tendencias económicas que se sucedieron. El nacimiento del socialismo utópico, el comercio en las colonias norteamericanas, las sectas comunistas en el Nuevo Mundo, las utopías, Marx y Engels, el sindicalismo, las revoluciones socialistas en la Europa del siglo XIX y comienzos del XX.

Siendo los dos primeros gozosos en extremo, el tercer tomo, a mi parecer, los desborda, pues con una documentación ingente y certera y precisa con lo narrado, da cuenta de los procesos políticos, económicos y sociales que siguieron a la Revolución Soviética, las grandes hambrunas, las grandes represiones, el Gulag, los fusilamientos en masa, y las vicisitudes de sus líderes y de los intelectuales comunistas. Y viene entonces el relato de la cultura europea y norteamericana desde la Primer Guerra Mundial hasta nuestros días, con el movimiento Beat, los pensadores de la Escuela de Frankfurt, el Black Power, el Mayo del 68, el terrorismo en Europa, los filósofos posmodernistas…

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 Toda una delicia, todo un hallazgo, toda una revelación. Los enemigos del comercio. Creo que tan solo la literatura de Marcel Proust o de Borges me ha proporcionado una satisfacción semejante.

De asuntos sociales varios

 

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Los líderes y las guerras

 

Desde los comienzos de la humanidad hasta la fecha se han sucedido innumerables guerras a las que se ha calificado con los motetes de guerra económica o religiosa o nacionalista o… Pero las guerras, en su causa, origen y esencia no han sido religiosas ni económicas ni territoriales ni… sino que siempre el elemento fuente, el elemento origen, desde donde arrancó el primer movimiento, donde se produjo el nacimiento, ha sido siempre el interés de los líderes. Los líderes que aspiran al poder sobre las gentes y que fanatizan su comportamiento para conseguirlo. Muchos de ellos fueron líderes mesiánicos. Moisés, Juana de Arco, Octavio Augusto, Hitler, Lenin, Mussolini, Chávez, Atila, Gengis Khan, Mahoma, Jesucristo… han sido algunos de los más renombrados.

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La izquierda, la derecha y sus huestes

 

La izquierda tiene mucho mayor predicamento que la derecha. Hay una razón obvia para ello: la derecha defiende a los emprendedores (a las hormigas, a los que destacan, a los fuertes) mientras que la izquierda defiende a los que no emprenden (cigarras, mediocres, temerosos, menesterosos) en mayor grado que la derecha; y siempre son más numerosos estos que aquellos –y sobre todo, estos tienen mucha mayor rabia y resentimiento.

feminismo

Feminismo e Igualitarismo

 

A lo que aspiraba y lo que reclamaba el feminismo de siempre era a la igualdad con el hombre en derechos, libertades y oportunidades. Hace muchos años que eso se consiguió. Ahora es otra cosa lo que pide el nuevo “feminismo”.

Si el igualitarismo se guía por la envidia, la impotencia, el resentimiento y las ansias de venganza contra el capitalismo y contra los fuertes, ricos y poderosos, ese nuevo “feminismo” se deja guiar por esas mismas pasiones pero dirigidas ahora contra el matrimonio (según ellas símbolo de lo patriarcal) y contra el hombre. El feminismo está conducido por el resentimiento hacia el hombre. El hombre es su enemigo como el capitalismo es el enemigo del igualitarismo. Es una guerra que dirige el odio y el ansia de revancha.

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España y su pasado

 

Desde 1833 a 1939 se suceden España cuatro guerras civiles, infinidad de actos terroristas y el increíble episodio del Cantonalismo, en el que el Cantón de Cartagena bombardeó y saqueó a los cantones de Almería, Alicante, Águilas, Mazarrón y Torrevieja, e incluso marchó a invadir Madrid; el Cantón murciano pidió ser un nuevo Estado de Norteamérica; y el Cantón de Sevilla convirtiera la Catedral en café cantante y que fuera derrotado por el cantón de Utrera. Pura cosa de locos fratricidas. El sano juicio demandaría olvidar  esa locura y centrarse en construir un futuro alejado de rencores, o, en todo caso, sacar la lección aprendida de que todos esos enfrentamientos deben ser enterrados. Pero la izquierda española parece querer resucitarlos mediante la Ley de Memoria Histórica. En este país no se mira hacia el pasado para aprender de él, sino para regenerar el odio que hubo. Hay gente que vive de avivar esa llama.

 

Justificación y envidia

 

Las creencias rellenan de bellas y falsas justificaciones a la envidia y al sentimiento de agravio, y sobre ellos hace tejer el resentimiento.

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Rareza y efecto

 

Algunas conductas sociales y algunos comportamientos individuales, y también algunas normas morales represivas, exageradas o perversas, tienen, en cambio, un beneficioso efecto social. Nadie diría que el gran tamaño de las orejas del elefante le sirven de refrigerantes en época de calor.

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Extraños orígenes

 

Increíblemente, los mayores éxitos económicos del comunismo se produjeron en Norteamérica. Algunas sectas cristianas practicaron allí el comunismo desde finales del siglo XVIII, y con gran éxito. Así empezó a desarrollarse el capitalismo en EEUU. También se puede observar tal enorme vuelco en la China capitalista actual. ¿Quién se iba a imaginar que la gallina es el pariente vivo más cercano del Tyranosauros Rex?

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Legados

 

Apenas trece años median entre la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica (1776) y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (1789) surgida con los primeros pasos de la Revolución francesa. Ambas declaraciones se asemejan, pero los hechos políticos trastocarían los resultados sociales y económicos de una y otra. La primera fijaría la democracia norteamericana junto a los derechos y libertades de sus ciudadanos –arrastrando la terrible mancha del apartheid a que fueron sometidos los afroamericanos—y posibilitando la gran nación que dominó el siglo XX y que multiplicó la riqueza material, cultural y tecnológica del mundo entero. La segunda se torció por la irrupción del terror jacobino de Robespierre, Marat y Saint-Just, y produjo el imperio napoleónico y el germen para el terrorismo y las dictaduras comunistas. Distintos ambientes pueden hacer germinar santos o asesinos de un mismo huevo.

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Desequilibrio primordial

 

Toda sociedad se encuentra siempre al borde del abismo. Un paso en falso es suficiente para despeñarse. Vivir en sociedad es estar sentirse siempre empujado a la locura. Nuestra naturaleza social no alcanza un equilibrio estable más allá del clan familiar; toda agrupación mayor conlleva siempre  el desequilibrio. Los enfrentamientos, las luchas por destacar, las ansias de sacudirse el yugo tribal, la imposición de los más fuertes, el seguidismo para con los más locos…, desembocan con frecuencia en un abismo. El mundo  ha sido transformado por la acción de mesías, pero todos ellos fueron reo de manicomio.

 

 

Del simplismo ideológico

 

Quiero hablar de aquellos que tienen una simplista visión de alguna parcela de la realidad y que, sin embargo, ofrecen acerca de la misma opiniones rotundas; es decir, de los simples en relación a un tema pero que no dudan en creerse y declararse hábiles conocedores de sus intríngulis. En relación a esas parcelas del conocimiento tales individuos apenas analizan: sus facultades intelectivas parecen obstruidas. Su conducta y sus actitudes se rigen a impulsos de deseos, ideologías, o por simples consignas o proclamas que lanza el grupo social al que pertenecen. En ellos el pensamiento mágico suele tener gran relevancia: los mundos utópicos; la redención de la humanidad o de una parte de ella; el pensamiento y  sentimiento de reciprocidad de situaciones y de justicia universal; la idea de que la maldad habita en el enemigo; la fútil idea de que la mera ocurrencia mental es certificado de validez…

Voy a exponer un ideario al que se suelen adherir o que suelen proclamar los pertenecientes al Simplismo.

  • Repartiendo las riquezas de los que más poseen, todos seríamos más ricos y viviríamos mejor. Esta afirmación, que se la he escuchado a algún “sesudo” profesor universitario, ignora por qué las cooperativas no funcionan, o por qué todas las experiencias comunistas han concluido en estrepitosa miseria y totalitarismo, o que la iniciativa privada ha demostrado ser la fórmula más potente de producir riqueza para todos. Verdaderamente, lo que la afirmación propone es matar a la gallina de los huevos de oro.
  • Los brotes nacionalistas en una determinada región se solucionan concediendo más y más derechos y beneficios a la región y a sus líderes nacionalistas. Esta ha sido la política española con Cataluña y el País Vasco desde la época de la Transición, hace ya más de 40 años. Tal solución ignora la perversa dinámica que mueve al nacionalismo: cuanto más le concedas más demandará, pues su esencia se encuentra en ese pedir más y más: en cuanto se conformara con lo recibido, su existencia como grupo correría grave peligro. Los políticos españoles, o bien han ignorado esta verdad de Perogrullo o bien han escondido su cabeza debajo de la arena esperando temporalmente no ser incomodados en su cómodo sillón.
  • El dinero público se puede gastar a manos llenas porque no es de nadie. Ésta ha sido una proposición seguida muy a menudo por la clase política con el propósito de conseguir clientelismo, sobre todo en Andalucía. Se otorgan subvenciones, se falsifican jubilaciones, se dan pagas ilegales a una parte de la población, con el fin de recabar votos “que nos permitan en el futuro seguir en el sillón”. Tanto se ha abusado de de estas acciones que en muchos simples ha causado la simplista visión de que la riqueza del Estado rebosa de un pozo sin fondo, y que el dinero que se gasta viene caído del cielo.
  • Antes se vivía mejor. Es la cantinela que se viene entonando desde la primera Revolución Industrial, cuando surgió una tecnofobia que se llevó por delante, presas de las llamas, muchas factorías en Inglaterra. Escritores famosos como Víctor Hugo o Dickens –al tiempo que se hacían millonarios—esparcieron la idea de la vida inhumana que se había creado con la industrialización, así como de la mejor vida rural anterior; pero lo cierto es que la renta de las gentes aumentó sustancialmente en aquella época, la calidad de vida mejoró y la población de los países industrializados creció como no lo hacía desde muchos siglos atrás. Ahora sigue la cantinela. El populismo habla de la pobreza, de la miseria extrema, pero no se cuenta que en España se considera pobre a aquel que gana menos del 60% de la renta per cápita, alrededor de 1500 euros. No se cuenta que nadie pasa hambre, que todo el mundo tiene educación y sanidad gratuitas, y que hay cientos de miles de empleos que nadie quiere ocupar porque se vive bien –con buenas ayudas—del desempleo (soldadores, fontaneros, electricistas, peones de la construcción, trabajadores del campo…son empleos que pocos españoles aceptan). Antes se vivía mejor, dicen los jóvenes que solo han vivido en la abundancia.
  • El comunismo es un sistema social maravilloso que ha sido aplicado incorrectamente. Recalcitrantemente, una parcela del simplismo hace suya esta creencia. No vale que todos los experimentos comunistas a lo largo de la historia hayan acabado en desastre; tal hecho no es tenido en cuenta por el simple de turno que siempre encuentra un maligno culpable al que achacar que tal o cual magnífico proyecto comunista se extraviara o se despeñase. El cristianismo, el capitalismo o la traición de la social democracia alemana han sido los culpables más utilizados. La razón de caer recalcitrantemente en tal error es que la creencia en las bondades del comunismo se siente más que se piensa; es decir, suele ser más obra del resentimiento que de cualesquiera otras razones. Pone una venda en los ojos del resentido que le oculta toda evidencia que contradiga su deseo. Gran parte de la intelectualidad europea del siglo XX defendió el comunismo chino o soviético desde las poltronas periodísticas o universitarias: yo les hubiera condenado a vivir en esos regímenes. Cuando en un individuo se une la simpleza producto del ciego resentimiento con su simpleza innata, tenemos al simplón. Algún presidente español ha hecho alarde de esa conjunción de simplezas en periodo aún reciente. Todavía sigue paseándolas por el mundo.
  • Lo oscuro es sinónimo de profundo. Tal confusión suele aparecer en el simple que se ha cultivado en las ciénagas de la filosofía. El tal individuo no suele comprender gran cosa acerca del mundo (el hedor de las enseñanzas recibidas le nubló el intelecto por completo) pero es hábil en subirse al carro de la moda cultural del momento y repetir como un lorito eslóganes manoseados con el fin de aparentar que Por otro lado, cualquier ocurrencia sin sentido de Lacan o cualquier oscuro galimatías de los muchos de Hegel (aunque su genio deslumbre en ocasiones) son celebrados por el simple como si poseyesen una profundidad brillante y cautivadora, cuando no suelen ser sino un rosario de palabras ambiguas que  lucen un rimbombante contraste al formar frases carentes de significado alguno. Con la escasa luz de su candil intelectivo, el simple puede pasarse toda una vida buscando inexistentes significados, pero lo más frecuente es que, sin más, pretenda aparecer ante las huestes del simplismo filosófico como un iniciado en los arcanos del saber profundo, es decir, que lo que pretende en realidad es estar a la moda de la penúltima estupidez intelectual que haya sido lanzada al ruedo cultural. Su simpleza suele llegar al extremo de ver ricamente enjaezado al emperador que anda desnudo.

TO BE CONTINUED…

La desinformación programada

 

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Es archisabido que la información es la sangre que vivifica la democracia. Sin una información veraz y objetiva (no me detengo a analizar las condiciones y límites con que esos dos adjetivos pueden ser aplicados a una información), el peligro de la corrupción y del totalitarismo ronda amenazante sobre la sociedad. Es cierto que, como asevera Jean-François Revel en El conocimiento inútil, “La primera de todas las fuerzas que dirigen el mundo es la mentira”. Pero si la mentira en la información puede ponerse al descubierto y, de manera consecuente, los así informados penalizan al medio informante (además de exigirle responsabilidades legales), la mentira tenderá a desaparecer de los medios. La mentira, sin embargo, tiende a institucionalizarse en los medios cuando los informados carecen de criterios y juicio para ponerla al descubierto. La pertenencia a un rebaño ideológico produce esa carencia dicha. Dice también Jean-François Revel que “La ideología funciona como una máquina para destruir la información”.

En nuestros días y aquí en España, estamos inmersos en un inmenso proceso de desinformación. No es sólo que recibamos una abrumadora cantidad de noticias que somos incapaces de digerir, sino que, deliberadamente, una parte de la información que recibimos, aquella de significado relevante para entender el mundo y los procesos que en él se dan, nos está siendo birlada, se está ocultando a nuestros ojos, se tergiversa, se mutila y se falsea hasta el extremo de que la sinceridad en la información se persigue hoy con saña tenebrosa. Hasta el extremo de que el proceso a Galileo los están sufriendo hoy en día todos aquellos que ocupando algún cargo oficial se atreven a pronunciar aquel Eppur si mueve, atribuido a Galileo, frente al poder del tribunal de Lo Políticamente Correcto.

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Para quienes tienen ojos, resulta  una evidencia sangrante que esa parte dicha de la información que recibimos tan abundantemente tiene el claro propósito de que el ciudadano esté desinformado. Se trata, por lo tanto, de una desinformación programada.  ¿Qué intereses aparecen detrás de ese hecho? Uno de ellos es el político: cuanto menos sepa y entienda el ciudadano, en mayor medida se dejará guiar por los líderes políticos y delegará en ellos su criterio y su juicio. Al fin y al cabo, la información es poder sólo si la mayoría carecen de ella.

La desinformación se debe en buena medida al carácter sectario del periodismo. La prensa escrita tiene un seguimiento escaso de público en la actualidad, pero la televisión, que tiene legiones de seguidores, ha dejado de ser un medio de información para pasar a ser un medio de aleccionamiento ideológico. No es solo que se oculten las informaciones que no son del agrado político de un cierto canal, sino que las que se dan son de un solo color  ideológico, cuando no rotundas falsedades lanzadas con el ánimo de desorientar. Además, esas opiniones sectarias se presentan perversamente como si fuesen información objetiva.

Pero aún más grave  es emponzoñar la mente del televidente con noticias carentes de interés social pero que tras de su pregón continuado en los medios son asumidas por las gentes como asunto serio. Hace unos meses y durante casi dos semanas las imágenes de todos los canales de televisión a cualquier hora del día propagaban la noticia del vuelco de un camión que transportaba un elefante. La piedad, la compasión, la indignación de los televidentes fue explotada hasta la nausea. En las mismas fechas se produjeron elecciones en varios países del mundo; se firmaron acuerdos de comercio que afectan a muchos países, entre ellos el nuestro; prosiguió la guerra en Siria, de la cual ignoramos todo; una decena de refugiados argelinos secuestraron y violaron durante varios días a varias jóvenes, entre ellas una niña de catorce años… Ninguna de estas noticias apareció en canal alguno de la televisión.

La información televisiva se lanza para causar impacto emocional y no para despertar razones; para agarrar al televidente por los intestinos y secarle el cerebro. No se aportan razones de los hechos que se notifican, se mutilan sus causas y se hace reposar toda la información en imágenes impactantes que tergiversas o falsean el contenido informativo. La guerra en Siria puede  servir de ejemplo para recalcar todo lo dicho. En los noticiarios españoles no ha aparecido las causas que la originaron, ni los intereses que estaban en juego, ni explicación alguna de cómo de la nada y de la noche a la mañana apareció un gran ejército, bien armado, que se apoderó de extensos territorios de Siria e Iraq; ni tampoco del papel que han jugado Norteamérica, Reino Unido, Rusia, Arabia Saudí e Irán. En cambio, se emitieron muchos videos e imágenes falsas, pertenecientes a guerras habidas anteriormente, y muertos y heridos postizos, representando cinematográficamente una hecatombe que no había tenido lugar.

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Pero se está produciendo una desinformación programada con una intención mucho más perversa. Ha sido programada para imponer socialmente un modelo hegemónico de pensamiento, un sistema moral totalitario en provecho de unos cuantos grupos muy agresivos aunque miinoritarios. Dice Aldous Huxley en uno de sus prólogos a Un mundo feliz que “Los mayores triunfos de la propaganda se han logrado, no haciendo algo, sino impidiendo que algo se haga. Grande es la verdad, pero más grande todavía, desde el punto de vista práctico, es el silencio sobre la verdad”. Quien impone hoy el silencio sobre la verdad es ese imperio moral que constituye lo Políticamente Correcto, y al que todos los medios se subyugan y obedecen.

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La efectividad de lo Políticamente Correcto se basa precisamente en ocultar la verdad; en tapar con un manto de bellos colores la verdad, en dejarla a oscuras. Con lo políticamente correcto se trata de conseguir gentes dóciles a unos dictados, y eso se consigue más y mejor impidiendo la libertad de palabra que aleccionando, aunque ambas estrategias se combinan muy productivamente al fin deseado. ¿Qué estrategias emplea para ello?: Una: impedir por todos los medios a su alcance (medios de comunicación, leyes, reprobación social…) que se contradiga o se cuestione su “verdad”; dos: revestir esa “verdad” de sentimentalidad y de valores de bondad, altruismo, compasión…, con la finalidad de que lo defendido por lo políticamente correcto sea elevado al rango de moral, de inobjetable, nueva y grandiosa moral que señala el Bien y el Mal, los buenos y los malos.

  • Está prohibido publicar ciertos datos estadísticos acerca de grupos como pueden ser los gitanos, musulmanes afincados en España, inmigrantes en general… (en cuanto a paro, en cuanto a qué proporción de ellos trabaja, en cuanto a la protección social que reciben, en cuanto a su participación en actos delictivos…)
  • Oculta que los supuestos destinatarios de la supuesta acción altruista de muchas ONGs apenas reciben migajas, y que, sin embargo, la gran mayoría de los fondos se emplean en salarios que reciben los supuestos altruistas, de forma que algunas ONGs se han convertido en lucrativo negocio de colocación.
  • Se discrimina positivamente en leyes y ayudas sociales a emigrantes, mujeres, homosexuales y etnias minoritarias.
  • Se legisla para educar a los niños en la moral que propugna la corrección política, en detrimento de la potestad de los padres al respecto.
  • Se falsean las conclusiones que presentan los datos estadísticos sobre riqueza de la población española: “un tercio de la población española en riesgo de exclusión social”…
  • Se tapa que muchos emigrantes musulmanes poseen varias mujeres.
  • Se oculta que la pretendida convivencia en la Multiculturalidad es un fiasco.
  • Se pone un tupido velo al hecho de la semiesclavitud en que se encuentra la mujer musulmana.
  • Se oculta que en el ADN del musulmán no está la democracia ni las libertades ni los derechos, sino la sumisión a Alá, y que tal es el propósito que anima a la gran mayoría de musulmanes, imponer la Sariath en España.
  • Sobre la inmigración, los animales, el feminismo, el medio ambiente, se presenta la información sesgada, lastimera, sentimentalizada…
  • Maniqueamente, se divide la sociedad en buenos y malos de acuerdo a si actúan o no de acuerdo a lo políticamente correcto. En el segundo caso se les persigue con saña.
  • Se oculta el número de asesinatos de pareja cometidos por mujeres.
  • No hay día que no se magnifique en los medios la violencia de género cometida por los hombres, ocultando que: más de 500 hombres se suicidan anualmente durante su proceso de divorcio; hasta 2005, en que se contabilizaban las denuncias falsas, se habían producido más de un millón de ellas, con el siguiente descalabro para los afectados; casi 4000 personas, la mayoría de ellas jóvenes, se suicidaron en el 2017; que la gran mayoría de los violadores y asesinos de su pareja son inmigrantes; que por poner en cuestión la llamada Ley de violencia de género muchos hombres y mujeres han sido obligados a abandonar sus cargos en la administración…

Los medios de comunicación social hacen de ojo del Gran Hermano que Orwell diseñó en su obra 1984, y son su “policía del pensamiento”. En esa novela, el Ministerio del Amor se encargaba de castigar y reeducar a los reticentes a admitir las grandes verdades del partido. Es la perversión del lenguaje, el neolenguaje, que decía Orwell. La Guerra es la Paz; la Libertad es la Esclavitud; La Ignorancia es la Fuerza. El imperio de lo políticamente correcto (dominado por el hembrismo y el igualitarismo radicales) también ha creado un ministerio similar que domina todos los medios de comunicación y que ataca con saña a todo discrepante, a la vez que entona bellas palabras de compasión, libertad e igualdad. La Paz es la Guerra: las leyes de igualdad de género son leyes de desigualdad en el acceso a cargos y en el trato de la ley. El mismo acto, si es ejercido por un hombre o es ejercido por una mujer, se penaliza o se alaba. El Ministerio de la Paz, que se encarga de atacar perseguir a la familia tradicional, a la religión católica, al hombre blanco heterosexual que no se incline y se someta a las exigencias y directrices del ministerio. Hoy en día en España, ajustarse a la biología para señalar que alguien es hombre o mujer, es un sacrilegio que puede acabar en juicio sumarísimo.

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Y recientemente se ha creado el Ministerio de la Verdad (la Comisión de la Verdad, la llama el PSOE oficialmente, encuadrada dentro de la Ley de Memoria Histórica), que se encarga de amoldar el pasado a la versión oficial dada por lo políticamente correcto. Ese Ministerio de la Verdad dictaminará la “verdad” sobre la Guerra Civil española, sobre la Segunda República y sobre el Franquismo, y se encargará de reprobar y penalizar todas las manifestaciones que no se ajusten a esa “verdad”.

Nada importa que la democracia se degrade con esta programada desinformación, ni que aparezca en lontananza el desastre de una sociedad desmembrada y en colapso –y tenemos el ejemplo de Cataluña para sopesar—; lo único que importa es el cortoplazo político; se comulga con ruedas de molino si con ello se consigue uno mantenerse en el sillón. Hay una indiferencia generalizada hacia el daño causado por los errores políticos y por su iniquidad y por la desinformación que consienten o promueven. Se hallan presos de sus ideologías y del temor a la incorrección política, y ello nos puede llevar al desastre. El caso de Cataluña es paradigmático al respecto.

Durante casi 40 años se ha estado ocultando sistemáticamente información sensible acerca de la violación de los derechos de los castellano-parlantes, que representan una gran mayoría de la población en Cataluña. Se les ha prohibido educar a sus hijos en español, se les ha vetado la entrada en la Administración catalana, se les ha marginado en relación al lugar y al puesto de trabajo a ocupar, se les ha acosado, se les ha prohibido rotular en su lengua, se les ha denigrado por proceder de otras regiones de España… y todo ello con el silencio cómplice e interesado de toda la clase política española y de todos los medios de comunicación. Y, gracias a esa infamia hoy estamos como estamos. Cada día estoy más convencido de que los políticos son el problema y no la solución.