La historia que desvelan los registros geológicos y climáticos nos habla de catástrofes que jugaron un importante papel en la biodiversidad de la Tierra, en la configuración del clima y en la andadura de los primeros homos y, posteriormente, en la singladura del homo sapiens por este mundo. La formación del Istmo de Panamá no solo dio lugar a la formación de la Corriente del Golfo, cambiando el clima en una parte de Europa del Norte, sino que posibilitó también un puente para que muchos animales pasasen a América del Sur. La aparición geológica de la hendidura por donde discurren las aguas del río Congo separó a chimpancés y a bonobos, y posiblemente contribuyó a la aparición de la sabana africana, el hábitat que permitió que apareciesen los primeros homos. Un análisis reciente de la superposición del hábitat de los homínidos entre aproximadamente 300.000 y 400.000 años sugiere que fueron transiciones climáticas en el sur de África y Eurasia, las que contribuyeron a evolución de las poblaciones de Homo Heidelbergensis hacia el Homo sapiens y los Neandertales, respectivamente. Las glaciaciones en Europa abrieron un paso a través del Estrecho de Bering que hizo posible las migraciones hacia el continente americano. La desaparición de los neandertales pudo deberse en buena medida al deshielo que siguió a las glaciaciones mencionadas.
Ya en tiempos históricos, la erupción del volcán de la isla de Santorini[1] provocó la desaparición de la rica civilización minoica y posiblemente estuvo en el origen de las migraciones de los Pueblos del Mar unas decenas de años después. También el mito de Moisés y las diez plagas de Egipto[2] pueden ser una realidad que se fue transmitiendo deformada —como se transmiten los mitos y las leyendas— durante varios siglos. Otras civilizaciones desaparecieron sin apenas dejar rastro. El clima en el Sahara cambió 7.000 años atrás y se transformó en un desierto[3]. Recientemente se ha descubierto que la desaparición del Imperio asirio pudo deberse a una sequía que se prolongó durante 60 años[4]. Se especula actualmente con que la cultura del valle del Indo pudo haber desaparecido a causa de cambios en el ciclo del monzón. Los habitantes de Harappa, Kalibangan y Mohenjo-daro abandonaron esas ciudades hacia el 1.700 a.C.
Se asegura también que el cambio climático influyó en la caída del Imperio romano. Entre los siglos V y VII, durante la denominada Miniedad del Hielo, la temperatura media bajó cuatro grados[5]. Por el contrario, un periodo cálido entre el 900 y el 1.300, denominado Pequeño Óptimo, posibilitó que los vikingos se estableciesen en Groenlandia y que la vid se cultivase en Inglaterra y Escocia.
El listado de otras numerosas oscilaciones climáticas que produjeron hambrunas, que derrumbaron civilizaciones o que cambiaron el curso de los acontecimientos sociales en todo el mundo podría resultar interminable. Sin embargo, la ciencia actual es incapaz de predecir cuándo se producirá la próxima catástrofe climática[6] o geológica, así que llevar una contaduría de ellos no permite averiguar tendencias históricas ni ciclos. No son relevantes para el propósito de encontrar un hilo conductor en la historia.
[1] https://degreyd.minsal.cl/santorini-1-614-ac-el-cataclismo-que-tumbo-a-una-civilizacion-y-creo-mitos/
https://www.agenciasinc.es/Noticias/Tsunamis-en-Santorini-pudieron-inspirar-el-exodo-biblico
[2] https://www.libertaddigital.com/ciencia-tecnologia/ciencia/2014-12-05/el-exodo-realidad-o-mito-1276535372/
[3] https://www.investigacionyciencia.es/noticias/cmo-se-desertific-el-shara-15954
[4] En una tablilla de arcilla de hace 2.700 años, el astrólogo y sacerdote Akkulanu escribía al rey asirio Asurbanipal sobre los años de sequía que venían sufriendo: «En cuanto a las escasas lluvias de este año y que no hubiera cosecha, es un buen augurio para la vida y bienestar del rey mi señor». Pero la sequía acabó durando 60 años y fue decisiva para que la ciudad de Nínive y con ella todo el Imperio neoasirio colapsaran en el 612 antes de esta era. https://elpais.com/elpais/2019/12/09/ciencia/1575875145_996776.html
[5] https://elpais.com/elpais/2016/02/08/ciencia/1454942821_371470.html
[6] El tan anunciado apocalipsis climático tiene mucho más de cuento de brujas que de científico.