Confieso que tengo graves carencias literarias. He leído, sí, de forma exhaustiva a Proust y a Borges; si bien no exhaustivamente, a casi todos los escritores hispano-americanos de más renombre; a Tolstoi y Dostoyevski, naturalmente; a casi todos los grandes novelistas del XIX; la prosa de Ortega, Marañón y Unamuno me encanta; pero, de la literatura contemporánea, aquellos que con más fruición leo, Paul Auster, Houellebecg, Salinger y Coetzee, ya son veteranos o difuntos, así que apenas conozco escritores de ahora.
No es que no lo haya intentado con novelistas españoles, sino que, cuando lo he hecho, generalmente me puede el aburrimiento. No encuentro en ellos crudeza ni psicología de los personajes, ni grandes pensamientos, ni sorpresas, ni siquiera trama. Cierto es que la historia, la biología, el Pensamiento, me atraen más, pero si se me presentara algo como Pedro Páramo o Cien años de soledad, lo dejaría todo y me encadenaría a leerlo.
Claro que lo más probable es que ese desánimo mío para con ellos se deba más a mis carencias y a mi simpleza que a su valía. Reconozco que juzgar la literatura española actual sin haberla leído apenas es una majadería por mi parte o una memez insensata, pero últimamente me siento osado.
Tengo para mí que es ahora norma el escribir muy correctamente sin decir nada. Estaré equivocado, pero me atengo a interpretar lo que leo: un clima tibio, sin grandes sucesos, sin pasión, sin sentimientos, sin hechos extraordinarios (cualquier hecho puede convertirse en extraordinario si aparece desvelada su naturaleza íntima), los personajes encerrados en un mundo anodino, sin apenas acción, sin sobresaltos, sin motivos apenas. Es como si el relativismo y el pensamiento débil del postmodernismo se hubiera instalado en la novela actual.
El relato corto es mucho peor. Ahí todo parece huero, todo parece ser un fatuo juego de luces, un mariposeo. Palabras, adornos, metáforas huecas, preciosistas ocurrencias, expresiones lastimeras, agolpamiento de sandeces… y todo ello para no decir nada. Una explosión gratuita de sensibilidad huera que me sugiere que todos los relatadores han seguido el mismo curso de escritura a distancia, o que todos los cursos de escritura enseñan la misma sinsustancia.
Pero apuesto decididamente a que me equivoco, porque leo algunos blogs de gran calidad literaria y no menor inteligencia. Vaya aquí el botón de muestra de tres: www.mediarueda.wordpress.com ; www.tertuliafilosoficatoledo.blogspot.com.es ; y este otro donde Stella da semanalmente pinceladas: www.apuntodecaramelo.wordpress.com . En otra ocasión hablaré de los dos primeros, pero permítanme ahora decir de este último.
Verán: los trazos de Stella son leves y concisos, como si con la yema de sus dedos pintase. Garabatea aquí y allá, y difumina y da sombras, y va apareciendo la hojarasca desparramada por el viento y verjas oxidadas y escaleras con baldosines rotos, y el lienzo se va enseñoreando de otoño y de aromas de melancolía lejana y de frescas humedades. Los personajes germinan de esa humedad como camaleones que se camuflan y se tiñen del ocre del suelo y de las hojas pardas y del cielo grisáceo. Y la hábil mano de Stella prosigue trazando soledades e inyectándonos en vena evocaciones y sentimientos.
En ocasiones, en unas pocas, alguna brillante rama verde deja en su cuadro una ventana abierta a la esperanza. No hace mucho escribió: “Era un domingo quieto”, y casi se me derrumba el alma.
Me dejas mudo con tamaña demostración de sensibilidad y competencia literaria. Por lo demás de acuerdo en que la literatura en España está al mismo nivel que la ciencia.
Saludos.
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Estamos en invierno, mi alma, y mi cuerpo. » Tú estás entera «, me dicen al verme, y no saben que me desgrano por dentro.
Hoy lograste algo tan imposible para mí, que tú que me regalas tu exquisita prosa, pienses, que puedo ser partícipe de tu sitio.
Desde mi soledad, te abrazan mis palabras.
Gracias.
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Un caluroso abrazo Stella, y el deseo de que los aires del tiempo se lleven la hojarasca de la tristeza y queden solo las recias ramas de los hermosos recuerdos compartidos.
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