Nietzsche en sus escritos. Más allá del Bien y del Mal I

Del instinto y la fuerza

p. 61.-Suponiendo finalmente que se consiguiese explicar nuestra vida instintiva entera como la ampliación y ramificación de una única forma básica de voluntad – a saber, de la voluntad de poder como dice mi tesis—[…] entonces habríamos adquirido el derecho a definir inequívocamente toda fuerza agente como voluntad de poder

p. 65: Todo lo que es profundo ama la máscara.

p. 66.- Saber reservarse es una prueba de independencia.

p.67.-Las cosas tienen que ser tal como son y tal como han sido siempre: las grandes cosas están reservadas para los grandes, los abismos para los profundos, las delicadezas y estremecimientos para los sutiles, y, en general, y dicho brevemente, todo lo raro para los raros.

p.70 Los halagos de la dependencia que yacen escondidos en los honores, o en el dinero, o en los cargos, o en los arrebatos de los sentidos.

La verdad puesta boca abajo

p. 87 Ascetismo y puritanismo son medios casi ineludibles de educación y ennoblecimiento cuando una raza quiere triunfar de su procedencia plebeya y trabaja para elevarse hacia el futuro dominio.

p.102.-Un pueblo es el rodeo que da la naturaleza para llegar a seis, a siete grandes hombres.

p.121.-…sobre Sócrates: hay que seguir a los instintos, pero hay que persuadir a la razón para que acuda luego en su ayuda con buenos argumentos.

p.132.-Todo lo que eleva al individuo por encima del rebaño e infunde temor al prójimo es calificado, a partir de ese momento, de malvado; los sentimientos equitativos, modestos, sumisos, igualitaristas, la mediocridad de los apetitos alcanzan ahora nombres y honores morales.

P.159.-Para entrar en un mundo elevado hay que haber nacido, o dicho con más claridad, hay que haber sido criado para él.

p.171.-Lo mismo el hedonismo que el pesimismo, lo mismo el utilitarismo que el eudemonismo: todos esos modos de pensar que miden el valor de las cosas por el placer y el sufrimiento que estas producen, son ingenuidades y modos superficiales de pensar.[…] la disciplina del sufrimiento, del gran sufrimiento, ¿no sabéis que únicamente esa disciplina es la que ha creado hasta ahora todas las elevaciones del hombre?

p.177.-Lo que constituye la voluptuosidad dolorosa de la tragedia es crueldad; lo que produce un efecto agradable en la llamada compasión trágica y, en el fondo incluso en todo lo sublime, hasta llegar a los más altos y delicados estremecimientos de la metafísica, eso recibe su dulzura únicamente del ingrediente de crueldad que lleva mezclado. […]los brebajes aromáticos de la gran Circe «crueldad»

p.193.- ¡Mas tal vez todo lo grande no haya sido en sus comienzos más que una locura!

p.221.-La vida misma es esencialmente apropiación, ofensa, avasallamiento de lo que es extraño y más débil, opresión, dureza, imposición de formas propias, anexión y al menos, en el caso más suave, explotación.

p.179.-…haya endurecido y afilado durante suficiente tiempo su ojo para verse a sí mismo…

p.231.- …surge una funesta simultaneidad de primavera y otoño.. […] que nada se mantiene en pie hasta pasado mañana, excepto una sola especie de hombres, los incurablemente mediocres.

p.240.-El sufrimiento vuelve aristócratas a los hombres, separa.

De la mujer

p.95.-La mujer aprende a odiar en la medida en que desaprende a hechizar. Afectos idénticos tienen, sin embargo, un tempo distinto en el hombre y en la mujer: por ello hombre y mujer no dejan de malentenderse.

p.100.-Cuando en el juego no intervienen el amor o el odio, la mujer juega de manera mediocre.

p.105.- Cuando una mujer tiene inclinaciones doctas hay de ordinario en su sexualidad algo que no marcha bien.

p.182.- Pero no quiere la verdad: ¡qué le importa la verdad a una mujer! Desde el comienzo, nada resulta más extraño, repugnante, hostil en la mujer que la verdad. Su gran arte es la mentira, su máxima preocupación son la apariencia y la belleza.

p.189.-Lo que en la mujer infunde respeto es su naturaleza, su elasticidad genuina y astuta, como de animal de presa, su garra de tigre bajo el guante… el carácter inaprensible, amplio, errabundo, de sus apetitos y virtudes…