- Corren tiempos en que la realidad se nos ha vuelto ininteligible y enemiga. Así que buscamos atajos que nos produzcan la sensación de que la entendemos, a la vez que buscamos refugios donde resguardarnos de su iniquidad. La astrología, las medicinas alternativas, la presciencia, los OVNIs, los fenómenos paranormales, la homeopatía, las teorías de la conspiración…, son atajos simples que nos hacen creer que conocemos aquello que está vedado a nuestra comprensión. Creemos que en lo simple que nos satisface se esconde la verdad. Otros buscan refugios donde guarnecerse del malestar que les produce la realidad. Dotados de sensibilidades reblandecidas, casi sangrantes, más que seguir atajos, se entregan a nuevas religiones y se refugian en ellas con ánimo totalitario y aniquilador. Adoran a nuevos dioses: “vida animal”, “Naturaleza”, y se hacen fanáticos de la nueva religión, lanzando rayos y truenos contra quienes no sigan sus mandamientos[1]. Pero quizás el refugio más acogedor que tenemos a nuestro alcance es el de la realidad virtual. Los jóvenes ―y no tan jóvenes― huyen de la relación social que, como al animalista, les hiere, y se refugian tras de la pantalla de la virtualidad, donde cada uno de ellos se considera rey. El caso es que hoy no tenemos ideas firmes a las que agarrarnos. Todo se nos presenta envuelto en relatividad, así que volvemos la vista a lo que sentíamos firme, a lo primitivo y mágico, a la seguridad de lo simple y conocido; y tratamos de encontrar un albergue virtual donde curar las heridas que produce la realidad y la ignorancia. Estos tiempos se están revelando como tiempos de repulsión hacia el mundo real.
- Malo es que se junten en un individuo la necedad y el resentimiento porque de tal yunta puede nacer cualquier disparate, pero que el número de sujetos de tal índole sobrepase todas las previsiones sensatas, más que malo es trágico, porque denota que la necedad se ha universalizado. Tal hecho se ha puesto de manifiesto al estallar las redes sociales con el rechazo a la donación de 300 millones de euros de Amancio Ortega para curar el cáncer, y ese estallido ha sido secundado por diversas organizaciones de la izquierda española, que poco menos que han dicho que se los meta por el c…
- Muchas gentes abogan por que se produzca una catarsis ideológica que borre la historia propia, que borre los valores, las costumbres y la cultura ancestrales. Tales gentes odian sus raíces. Pero, si tal catarsis se produjera, todos nos quedaríamos a la intemperie, desenraizados, como muñecos movidos desde una tramoya de odio, sin tener nada a qué agarrarnos. Todo parece indicar que la estupidez se ha elevado en España a diosa suprema.
- En ocasiones una falsedad manifiesta o incluso una estupidez supina son consideradas grandes verdades o excelsos monumentos del saber.
- Mal asunto es que la moral dicte las verdades que se encuentran fuera de su ámbito, pues la moral tiene la misión de establecer modelos de convivencia, no verdades. En lo que no concierne a las ciencias, tradicionalmente se ha encargado la filosofía de hallar la certeza de las cosas, aunque en su desmérito alego que algunos filósofos toman a lo ambiguo, a lo vaporoso, a lo oscuro, a la jerigonza, como criterios de verdad.
- Cuando mueren los dioses no deja de actuar el mecanismo mental que nos hacía creer en ellos, sino que sigue actuando, e inventa y adora otras ilusiones: utopías socialistas, los mundos soñados, las conexiones místicas, las justicias universales, y los diversos tipos de pensamientos mágicos. Me asola la terrible sospecha de que la muerte de los dioses ha cambiado bien poco a la gente.
- La biología lo señala: los egoístas parasitan las sociedades altruistas que les acogen. Que cada cual, en su país, analice quiénes practican el altruismo y quiénes el egoísmo. Quizás el análisis nos depare sorpresas.
- ¿Tienen algunos la epidermis como el papel de fumar, o es que su ansia de prohibir es inmensa?, ¿o es que les domina el odio contra todo lo que represente fuerza porque además de ser débiles son cobardes y totalitarios? ¿Se imaginan de quién hablo?
- Tras de la ebullición de las redes sociales, mostrando alegría desbordante por la muerte en el ruedo de un torero o por la muerte de un niño al que le gustaba la fiesta taurina, y tras de los insultos, ataques y amenazas a bastantes taurinos en la calle, pocos dudan ya de que el animalismo radical del siglo XXI es tan intolerante y totalitario como lo fueron el fascismo y el comunismo en el siglo XX.
- En su empeño por derogar la Carta Magna de Venezuela, Maduro ha colocado a militares de alto rango al frente de los ministerios del gobierno. Esos militares son ahora su salvaguarda. Enriquecidos por el saqueo del petróleo y por el narcotráfico, defenderán al régimen contra cualquier veleidad democrática. Money is Money. Todos los socialismos acaban pareciéndose.
- En España algunos visionarios abogan por modificar la Constitución para fijar en ella la condición de preservar la calidad de vida de la gente. Es como si por poner por escrito un deseo se cumpliese, como si en la Constitución de Ghana figurase que todos los habitantes de ese país han de ser ricos. Se trata de no mirar a la realidad de frente, de vivir en el puro idealismo haciendo ver que los derechos adquiridos son intocables, que llueven del cielo como les llovía el maná a los israelitas en el desierto; se trata de hacer creer que los derechos sociales no dependen de las posibilidades económicas del país, sino que se encuentran ahí para cogerlos gratuitamente; se trata, como casi siempre hace la izquierda, de confundir lo deseable con lo factible.
- El cristianismo nace de la miseria y de la esperanza en el Juicio Final. El luteranismo y el calvinismo nacen de la angustia y generan el capitalismo. La revolución francesa nace de la miseria y de la Ilustración, y contiene el germen del socialismo. La revolución marxista nace de la miseria y el resentimiento, ofreció la ilusión de un paraíso y produjo un terror inmenso.
- He aquí un conjunto de datos: personas que se encuentran desaparecidas en España: 4500; suicidios en 2016: 3910; muertos en accidentes de trabajo en 2016: 520; número de muertos habidos en accidente de tráfico durante 2016: 1300; personas asesinadas en ese mismo año: 292; suicidios de hombres durante el proceso de separación (desde la fecha de implantación de la Ley de “violencia de género”): 25.000; mujeres asesinadas por sus parejas en 2016: 44. Ahora reseñemos la atención con que los medios de comunicación tratan esos hechos: Atención de los medios al asesinato de mujeres por sus parejas: 95%. Atención de los medios al resto de sucesos mencionados: 5%. Esa es la proporción en la atención mediática que reciben. A mí me resulta raro. Que cada cual extraiga sus propias conclusiones.
- Al finalizar este mes de junio me tomaré las vacaciones de verano y no publicaré otro post hasta septiembre, lo cual no causará, desde luego, catástrofe alguna.
[1] Resulta chocante que se les pida cuentas a los cristianos por su pasado intransigente y totalitario, que se critique al Islam por ese mismo motivo, y que, sin embargo, al animalismo, que está dando muestras de un feroz totalitarismo, se le siga la corriente.
«Malo es que se junten en un individuo la necedad y el resentimiento porque de tal yunta puede nacer cualquier disparate, pero que el número de sujetos de tal índole sobrepase todas las previsiones sensatas, más que malo es trágico, porque denota que la necedad se ha universalizado».
Ya dice el Eclesiastés que «el número de los insensatos es infinito», o sea: la necedad es universal. Esto ha sido siempre así, no es cosa exclusiva de ‘ahora’. Lo que no ha sido siempre así es que durante mucho tiempo la insensatez reine a sus anchas, pues tarde o temprano arrastra al conjunto de la sociedad y la sume en el abismo. Esto es obvio; como obviedad es que el insensato fue, es y será siempre insensato, sin posibilidad de redención alguna. «Todo eso está muy bien», dijeron los ratones. «Pero ¿quién le pone el cascabel al gato?». Hubo largo silencio en la asamblea murina, hasta que uno, de los de más edad, se levantó y dijo: «No tengan duda de que habrá quien se lo ponga. Sólo es cosa de dejar tiempo al tiempo». Un joven, atrevido y deslenguado ratoncito le replicó: «¿Cómo y por qué tienes tan rotunda seguridad de que habrá quien le ponga el cascabel al gato?». El ratón viejo, con una sonrisa, le respondió: «Porque siempre ha sido así y hay memoria de siglos, De lo contrario no existiría el reino de los ratones».
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Bello comentario. Pero si esperan mucho a ponerle el cascabel, el gato acabará con todos los ratones.
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Si demora y demora quien tiene que ponerle el cascabel, el Gran Gato se merendará a casi todos los ratones… Salvo a los pocos que logren escapar de sus garras… Estos proliferarán al abrigo del Gran Gato, engendrarán y repoblarán, como suelen en su especie. Luego derrocarán al Gran Gato, a sus lugartenientes y a todos sus esbirros; neutralizarán a los súbditos -descontentos porque el Gran Gato no les ha dado lo prometido- y desposeerán de sus prebendas a los paniaguados del régimen… Porque el Gran Gato no es eterno, se hace viejo y se muere; y no es reemplazable con facilidad. Ha sido y será siempre así: un ciclo, o sea, la historia de la humanidad vertebrada en sucesivos inicios, desarrollos y «hundimientos». O la vida de una manzana… Sólo cabe preguntarnos si la actual – en la que nos ha tocado existir- está muy madura o del todo podre; pues verde o madura no lo está. Esté madurísima o agusanada, el Gran Gato acecha, dispuesto a darse el festín inaugural mientras los ratones que no han ido a la asamblea del Cascabel, que son apabullante mayoría, se divierten y alborozan en festejos y públicas demostraciones de «libertad» amparadas y costeadas por el Supremo y Democrático Consejo del Ratón Mayor.
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Lo malo de los ciclos es que algunos han durado mil años, pero con los setenta de la URSS ya ha sido más que suficiente. Lo mejor es que ratones y gatos laboren y se olviden de sus antiquísimas rencillas.
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Con la excusa de irte de vacaciones has dado un repaso a todo lo divino y lo humano sin dejar títere con cabeza.
«Bello comentario. Pero si esperan mucho a ponerle el cascabel, el gato acabará con todos los ratones»
Seamos optimistas pensando que los gatos necesitan tanto a los ratones (como alimento) que nunca acabarán con todos. Ja, ja, ja.
Saludos y diviértete en las vacaciones.
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Jaja, hay que irse de vacaciones con los deberes hechos. Quizás, mejor que el símil de ratones y gatos valdría el de huéspedes y parásitos. Que pases buen verano y que los proyectos salgan adelante.
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