Sobre las temperaturas de superficie planea la sombra del Climategate[1], un escándalo así llamado por sus similitudes con el escándalo Watergate, que llevó a la dimisión del expresidente norteamericano Richard Nixon. El asunto fue que varios hackers destaparon en noviembre de 2009 cientos de emails de investigadores del Cambio Climático en que estos se conjuraban para ajustar gráficos y datos, o para eludir la entrega de datos que pusieran en duda la gravedad de tal cambio, o para tratar de impedir que científicos críticos pudieran publicar en revistas científicas. En el centro de la conjura estaba el Climatic Research Unit (CRU), de la Universidad de East Anglia, con su director Phil Jones, que tuvo que dimitir. Las maniobras para crear alarmismo y recibir a cambio sustanciosos recursos para la investigación, parece ser una labor no muy rara. El mismo Phil Jones ha sido también acusado de fraude científico por ocultar datos sobre el efecto de las ciudades en el aumento de temperatura.
Vayamos a Al Gore y su Una verdad incómoda, resulta que su gurú climático fue el profesor Michael Mann, de la Universidad Estatal de Kent y famoso por su «diagrama del palo de hockey[2]» en relación con el Cambio Climático. Al gurú le aguardaba una desagradable sorpresa. El Dr. Timothy Francis Ball, antiguo profesor en el Departamento de Geografía de la Universidad de Winnipeg en Canadá señaló en una entrevista que la IPCC, desde su creación, venía manipulando los datos climáticos para llegar a los resultados deseados, y en el saco de la manipulación metía el «palo de hockey» de Michael Mann.
La respuesta de Mann[3] fue una demanda por difamación y calumnias. La demanda, con varios millones de dólares en juego se inició en 2011 y llegó hasta la Corte Suprema de la Columbia Británica. La corte pidió a Michael Mann que mostrase su investigación científica, pero éste se negó (extraña forma de defender su ‘verdad incómoda’, el Pan Nuestro del Cambio Climático), lo que le costó perder el juicio y tener que pagar una buena suma de dinero[4]. El Tribunal concluyó con que los datos del «palo de hockey» habían sido manipulados y falsificados. Ahora bien, a Al Gore ‘el palo de hockey’ le fue estupendamente. Yendo con su yet privado de aquí para allá cobrando una tarifa de 70.000 euros por conferencia, paso de declarar a la Hacienda Norteamericana 700.000 dólares en el año 2000, a 172,5 millones[5] en el año 2015.
En este video, el Dr. William Happer, uno de los físicos más destacados del mundo: «La vida floreció con 5 veces más CO2 que hoy… no existe ninguna amenaza por aumento de CO2, ni por ningún gas de efecto invernadero menor… Es todo un CUENTO de MIEDO inventado.»
Algunas de las numerosas amenazas
Peter Ridd es físico y era profesor de la Universidad James Cook en Australia hasta que lo expulsaron por contradecir el dogma de que los arrecifes de corales estuvieran muriendo debido al Cambio Climático[6].
A Patrick Moore, ex presidente y cofundador de Greenpeace no le han perdonado que dijera: «El Cambio Climático es una de las mayores estafas de la historia» Tampoco a John Coleman, creador de Weather Channel, también disidente, quien declaró que el grado de fraude del Cambio Climático es el mayor jamás habido.
Robert Carter, también de la Universidad James Cook, como Peter Ridd, dio a conocer que “Cuando un modelo matemático produce una curva de temperatura descendente, en el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) lo descartan inmediatamente como obviamente incorrecto.
Otras amenazas y alarmismos son aún más preocupantes: el senador demócrata estadounidense Sheldon Whitehouse declara: «Cualquiera que se atreva a negar el Calentamiento Global debería ser enjuiciado y encarcelado». Lo que en cualquier caso es indudable es que todo científico joven —sin agarraderas académicas— que se atreva a negar el Cambio Climático está condenado al ostracismo[7]. Tanto es así que el ánimo inquisidor de esta nueva Iglesia se asemeja enormemente al caso Lysenko que tuvo lugar en la Unión Soviética.
Fiabilidad del IPCC
Ninguna de las predicciones del IPCC se ha cumplido.
Hay una gran abundancia de estaciones meteorológicas en el hemisferio norte, pero muy pocas en el hemisferio sur.
Muchas de las estaciones, que estaban inicialmente en áreas rurales, están ahora en áreas urbanas.
Las mediciones en el hielo ártico contradicen la premisa de que tras un aumento de C02 aumenta la temperatura.
Las predicciones se basan en una serie de parámetros, sobre los que se ejerce el procesamiento informático. Si los parámetros tienen sesgos, las conclusiones climáticas contendrán un gran error.
No se tienen en cuenta los grandes agentes que influyen en el clima: el efecto solar, las manchas solares, el desplazamiento del eje de rotación…
A lo largo de la historia y frecuentemente (tal como he informado en otras ocasiones), se han producido numerosos cambios climáticos. Por ejemplo, en la Europa Medieval se cultivó más al norte que en toda la historia de la humanidad.
El porcentaje de CO2 en la atmósfera es del 0,004%, mientras que el vapor de agua representa un 97% y es también un gas invernadero. Además, un aumento del C02 trae consigo mayores cosechas y más zonas verdes.
El IPCC no ha sido capaz de explicar el origen y las causas de los cambios climáticos producidos en el pasado, pero se atreve a pronosticar los del futuro sin presentar prueba alguna de sus afirmaciones.
El comercio de gases contaminantes, la bolsa de derechos de emisión y los bonos de producción de gases, mueven cientos de miles de millones cada año. Una pequeña parte de esa cantidad sale de mi bolsillo… y del tuyo
[2] El diagrama del palo de hockey aseguraba que las temperaturas habían permanecido bastante inamovibles durante los últimos mil años, y que al llegar el siglo XX la temperatura media sufrió un súbito aumento. El resultado se asemejaría a un palo de hockey en posición horizontal.
[7] (51) https://youtu.be/wYlUrj4Ngpc Este video contiene una sesión del Senado de los EEUU en la que varios senadores y varios científicos hablan del Cambio Climático y las implicaciones políticas, sociales y económicas que está teniendo
El libro que presento, “Ideología y Revolución” nos explica los rasgos característicos de las principales ideologías, con particular interés en la que algunos denominan Socialismo del siglo XXI. Es ésta una ideología que ha hecho suyas muchas de las propuestas del feminismo y del ecologismo.
Asimismo, el libro contiene un estudio histórico de las aportaciones con que algunos grandes pensadores han contribuido a dar contenido, forma y evolución a dicha ideología: Rousseau, Marx, Engels, Gramsci, Marcuse, Adorno, Foucault y varios filósofos del posmodernismo francés. Tampoco faltan las críticas al posmodernismo, la del físico Alan Sokal (el affaire Sokal) o las del filósofo norteamericano Stephen Hicks.
La segunda parte del libro hace hincapié en la revolución llevada a cabo en Occidente en nombre de la ideología dicha. Las estrategias de difusión e impregnación social empleadas para conseguir lo que Gramsci denominó Hegemonía Cultural. Y da cuenta, también, de los fenómenos sociales de candente actualidad, tales como el feminismo de género, la diversidad identitaria, la victimización y otros. El autor agrupa todos los movimientos referidos en una formación que denomina “Iglesia Unificada de los Agraviados”, debido a las similitudes que presenta con algunas organizaciones de tipo religioso.
La última parte del libro, que el autor titula “El tránsito hacia un mundo feliz”, nos habla de la estrecha alianza que se ha establecido entre la “Iglesia” nombrada, las élites de la Tecnocracia y el Capitalismo Globalista, tratando de llevar a término la imposición de las Agendas 2030 y 2050 de la ONU. Alianza cuyo propósito es el de implantar un control moral, social y económico sobre la población. El libro explica cómo se producido dicha alianza, los motivos que la han propiciado y los efectos sociales que está teniendo y tendrá en el futuro más o menos cercano.
Se puede encontrar el libro en numerosas librerías de Madrid, Barcelona y Zaragoza, así como en el Fnac y en Amazon (también en Kindle)
Tras seis años de gestación y dos más de espera para ser publicado, aquí está mi libro, IDEOLOGÍA Y REVOLUCIÓN, de Editorial Adarve. Podríamos hablar de dos partes. En la primera se analiza a toda una pléyade de intelectuales (Marx, Marcuse, Gramsci, Foucault, Derrida…) abducidos por la idea del ‘todos iguales’, tratando de crear un nuevo ‘proletariado’ con el que llevar a cabo una nueva revolución igualitaria. En la segunda parte, una vez reunido el rebaño, se describe el proceso de implantación de los nuevos dogmas culturales y morales. Ecologismo, ideología de género, animalismo, neocomunismo…, envueltos en sus banderas y en sus sensibilidades, se alían con el propósito de destruir los valores del sistema liberal-democrático, así como el sistema económico capitalista. Finalmente, se amplía la alianza a tecnócratas y multimillonarios representados en Davos y en otros foros como la ONU y el Club Bilderberg, empeñados todos ellos en crear un control mundial de la población, sin naciones ni fronteras.
Los acontecimientos bíblicos sobre la historia y genealogía de los hebreos comienzan en la ciudad de Ur, en Summer (actual sur de Iraq). En los primeros años del segundo milenio a.C., un grupo de tribus arameas emigró a una zona cercana a la actual Harran, en Turquía. Siglos más tarde, una parte de estos grupos familiares emigrarían a los alrededores del río Jordán, desarrollándose en tribus: amonitas, moabitas, edomitas y hebreos.
En Egipto:
Entre 1694 y 1600 a.C., nómadas pastores procedentes de Palestina llegaron a Egipto en la época en que el estado estaba gobernado por los hicsos, pueblos de pastores, semitas como los hebreos, que habían tomado el poder. A la caída de los hicsos (1570 a.C), las tribus hebreas tuvieron que emigrar de Egipto, no quedando ninguna reseña histórica de su éxodo, lo que da idea de que nunca llegaron a ser muy numerosos e importantes. Con ese éxodo y con Moisés, comienza la historia del pueblo judío.
Moisés:
No quedan referencias históricas de él fuera de las escrituras religiosas judías, pintando éstas una figura mitológica que se repite en varias ocasiones en el medio oriente. Por ejemplo, en la figura de Acad (sobre el 2600 a.C.), el fundador del imperio acadio en Mesopotamia, del que se dice que fue flotando por el río Éufrates en una cesta de mimbre embadurnada de brea, siendo recogido por la esposa del rey de Lasar, al que luego destronaría el infante.
El caso es que el tal Moisés debió conocer en Egipto el culto al dios Aton, un dios monoteísta que introdujo el faraón Amenofis IV (Ajnatón), porque las formas del nuevo dios hebreo, Yahvé, coinciden con las de Atón. Además, las Las Tablas de la Ley, imitan en muchos aspectos al Código de Hammurabi, conjunto de leyes impresos en piedra y en tablillas de barro por el rey mesopotámico de tal nombre.
El caso es que siguiendo a Moisés y Josué, los hebreos procedentes de Egipto, tras conquistar Jericó y sus alrededores, se establecen en Canaán, al oeste de Palestina, y en el 1020 a.C. resultan lo suficientemente poderosos como para crear un reino, el reino israelita, aunque conviviendo con otros pueblos y otros dioses.
La cautividad en Babilonia
En el año 598 a. C. Nabucodonosor II, soberano de Babilonia conquistó Jerusalén y llevó como cautivos a las élites judías. En el 587, el mismo rey, ante una revuelta, destruye el reino de Judá y su capital Jerusalén.
Sin embargo, el año 539 a.C., el fundador del imperio persa, Ciro II el Grande, conquista Babilonia y deja en libertad a los judíos. Empieza entonces la época de los profetas y del poder de los sumos sacerdotes.
Durante su estancia en Babilonia se redacta el Talmud y posiblemente la Torá, el Antiguo Testamento que conocemos nosotros. Hay dos redacciones, una Babilónica y otra efectuada en Jerusalén, con ciertas diferencias entre ambas y escritas en arameo y en hebreo.
Zoroastro, Ahura Mazda y El Avestra:
Zoroastro o Zaratustra fue un profeta del siglo VI a.C. en Irán, que predicó el culto a Ahura Mazda (el actual Mazdeísmo, ya que aún hoy en día se sigue practicando), llegando a ser la religión oficial persa. El Avestra es el libro que contiene sus enseñanzas. En dichas enseñanzas figuran muchos aspectos religiosos que van a ser asumidos por los redactores judíos del Talmud de Babilonia, incorporándose a sí a la religión hebrea.
El judaísmo como religión de síntesis:
He nombrado anteriormente que la religión que instaura la figura mitológica de Moisés contiene la imitación de las formas de culto a Atón así como su monoteísmo, además de ciertas partes del código de Hammurabi, pero con la estancia en Babilonia se toman muchos aspectos religiosos que aparecen en el Avesta, así como mitos mesopotámicos como el del Diluvio Universal, que aparece por primera vez en una tablilla de barro del 2700 a.C. que lleva por nombre Poema de Gilgamesh.
En el Avestra tienen su origen las siguientes estructuras religiosas:
–Relato mítico de la Creación
–Cielo e Infierno
–Bien y Mal
–Ángeles y Demonios
–Apocalipsis y Juicio Final
–Resurrección de los cuerpos
–Esperanza en un Redentor
El Cristianismo:
Jesucristo (entre el 8 y el 4 a.C. y el 29 d.C.), figura principal del cristianismo, que nació en Belén, Judea. Desde el siglo VI se considera que la era cristiana comienza el año de su nacimiento, pero en la actualidad se cifra un error de cuatro a ocho años. Para los cristianos, Jesús fue el Hijo de Dios encarnado y concebido por María, la mujer de José, un carpintero de Nazaret. El nombre de Jesús se deriva de la palabra hebrea Joshua, que completa es Yehoshuah (‘Yahvé es salvación’); y el título de Cristo, de la palabra griega christos, a su vez una traducción del hebreo mashiaj (‘el ungido’), o Mesías. Los primeros cristianos emplearon Cristo por considerarle el libertador prometido de Israel; más adelante, la Iglesia lo incorporó a su nombre para designarle como redentor de toda la humanidad
Las principales fuentes de información sobre su vida se encuentran en los Evangelios, escritos en la segunda mitad del siglo I para facilitar la difusión del cristianismo por todo el mundo antiguo. Las epístolas de san Pablo y el libro de los Hechos de los Apóstoles también aportan datos interesantes. La escasez de material adicional de otras fuentes y la naturaleza teológica de los relatos bíblicos provocaron que algunos exegetas bíblicos del siglo XIX dudaran de su existencia histórica. Otros, interpretando de diferente manera las fuentes disponibles, escribieron biografías naturalistas de Jesús. En la actualidad, los eruditos consideran auténtica su existencia, para lo que se basan en la obra de los escritores cristianos y en la de varios historiadores romanos y judíos.
Los evangelios de san Mateo y san Lucas recogen datos sobre el nacimiento e infancia de Jesús, e incluyen su genealogía, que se remonta hasta Abraham y David (Mt. 1,1-17; Lc. 3,23-38). Se supone que la descripción de su genealogía se hizo para probar el mesianismo de Jesús. Según Mateo (1,18-25) y Lucas (1,1-2,20), Jesús fue concebido por su madre, que “aunque desposada con José, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo” (Mt. 1, 18). Nació en Belén, donde José y María habían acudido para cumplir con el edicto romano que obligaba a inscribirse en el censo. Mateo es el único que describe (2,13-23) el viaje a Egipto, cuando José y María se llevaron al niño lejos del alcance del rey Herodes el Grande. Sólo Lucas relata el cumplimiento de José y María con la ley judía que requiere la circuncisión y presentación en el templo de todos los recién nacidos de Jerusalén (2,21-24); el mismo evangelista también describe su siguiente viaje (2,41-51) con el joven Jesús al templo para la fiesta de la Pascua. Los Evangelios omiten la vida de Jesús desde que tuvo 12 años hasta que empezó su ministerio público, unos 18 años después.
En compañía de sus discípulos, Jesús estableció su base en Cafarnaúm y viajó a los pueblos y aldeas cercanas para proclamar la llegada del Reino de Dios, tal como hicieron otros muchos profetas hebreos antes que él. Cuando los enfermos de cuerpo o espíritu se acercaron a él en busca de ayuda, los curó con la fuerza de la fe. Insistió en el amor infinito de Dios por los más débiles y desvalidos, y prometió el perdón y la vida eterna en el cielo a los pecadores siempre que su arrepentimiento fuera sincero. La esencia de estas enseñanzas se encuentra en el sermón de la montaña (Mt. 5,1-7), que contiene las bienaventuranzas (5,3-12) y la oración del Padrenuestro (6,9-13). El énfasis de Jesús en la sinceridad moral más que en la observancia estricta del ritual judío provocó la enemistad de los fariseos, que temían que sus enseñanzas pudieran incitar a los judíos a rechazar la autoridad de la Ley, o Torá. Otros judíos se mostraron recelosos ante las actividades de Jesús y sus seguidores porque podrían predisponer a las autoridades romanas contra una eventual restauración de la monarquía.
El historiador judío Flavio Josefo coetáneo de Jesús, apenas lo menciona, sugiriendo que en ese tiempo predicaban entre los judíos más de 2000 profetas.
A la muerte de Jesús, su hermano Santiago , queda como cabeza de su movimiento.
Primeros Cristianos:
La primitiva iglesia no rompió amarras con el judaísmo, todo lo más se consideraban renovadores de las doctrinas judaicas y su religión estaba destinada a los judíos excluyendo a todos los demás, gentiles. Sin embargo, Pablo de Tarso, un judío, aunque ciudadano romano que persiguió inicialmente a los cristianos y luego se convirtió, estuvo en desacuerdo con esos primitivos judeocristianos, y dedicándose a predicar en las principales regiones del imperio romano, tanto de oriente como de occidente, consiguió extender el cristianismo y edificar las bases de lo que luego sería la Iglesia como institución.
Otro hecho muy significativo para entender la expansión del cristianismo primitivo fue la diáspora judía. En el año 70 d.C. Jerusalén fue destruido por sublevarse contra Roma y la mayoría de los judíos fueron deportados o huyeron a trasvés de las numerosas regiones que englobaba el gran imperio romano. Un gran número de ellos fue a Egipto, a Alejandría, donde constituían un tercio de la población, mientras que otros muchos se extendieron a lo largo de la costa de lo que hoy en día es Turquía, entonces poblada por griegos. Por esta diáspora aparecen numerosas sectas cristianas a lo largo del imperio.
Dentro de las numerosas sectas, podemos decir que practicaban una especie de comunismo de la propiedad, y sobre todo tenían la seguridad de la venida inmediata del fin del mundo. Eran conocidos también como apocalípticos, por esa espera de la inmediata llegada de la Resurrección de los Muertos y el Juicio Final, así que, ante tan inminente acontecimiento, no les importaba ofrendar su vida por su dios ni aborrecer del mundo. Lo cierto es que en el siglo III eran ya tan numerosos que, viendo el emperador Constantino que podían aportar su firmeza y fuerza a un imperio en franca decadencia, decidió dar al cristianismo el amparo del estado.
Con los sucesores de Constantino, el cristianismo se impuso porque era la fuerza más organizada del imperio, aunque no la más numerosa. El caso es que nada más tener el poder, los obispos cristianos consiguieron que se prohibiera bajo pena de muerte toda otra religión, así como la destrucción de todos los templos paganos. No obstante, durante casi dos siglos la lucha surgió entonces entre diversas corrientes cristianas por la disputa en dogmas de fe y en el poder de los grupos. Los arrianos, que llegaron a tener el poder con dos emperadores, terminaron siendo perdedores y perseguidos. A partir de entonces la iglesia cristiana se afirma monolíticamente en el más absoluto fanatismo religioso y con un apego inconmensurable al poder.
CRISTIANISMO EN EUROPA
A lo largo de la Edad Media el poder de la Iglesia y los bienes que atesoraba había ido creciendo sin parar. Junto a los señores feudales recluidos en sus castillos, gobernaban a una población europea que sufría toda suerte de padecimientos: hambre, pues debía pagar gran parte de sus cosechas a la iglesia y a los nobles; esclavitud, pues los nobles eran dueños y señores de sus vidas; pestes, tan numerosas por las condiciones de higiene y sanidad en que vivían; guerras, muchas veces establecidas por los señores feudales entre sí por mera diversión o entretenimiento; saqueos y bandidaje por parte de los desesperados del mundo que, desposeídos de todo, se echaban a los caminos a robar y asesinar, matando en numerosas ocasiones a poblados enteros. La iglesia no sólo era espectadora en este duelo, sino que participaba muy principalmente en la opresión. Así que surgieron de las gentes del pueblo una serie de doctrinas que enlazaban con la primitiva doctrina de Cristo de la humildad, la pobreza y la caridad, junto a las doctrinas gnósticas tan en boga en los primeros siglos del cristianismo. Esas corrientes religiosas nacidas en el pueblo son denominadas ahora de forma genérica Cátaros (puros), pero se pueden nombrar muchas de estas sectas que pulularon por europa: Los novacianos, los paulicianos, los bogomilos, los tejedores, los milaneses, los patarines, los albiguenses etc. Desde el siglo IX hasta el siglo XII cobraron gran fuerza en Bulgaria, Albania, Eslovenia, Milán, el sur de Francia, Alemania etc.
Para evitar su empuje, la iglesia levantó órdenes de monjes que dieran ejemplo entre la población del sacrificio de la iglesia católica, además de aumentar el control en cada población. Además, al descontento generalizado ya señalado se fue añadiendo con el tiempo el problema de los segundones, caballeros sin fortuna, nobles que se veían desplazados en la herencia de los bienes por el primogénito del castillo, dedicándose a saquear con impunidad a la aterrorizada población.
De todo ello surgieron numerosas revueltas en Europa y una pérdida de fe en la iglesia. La solución que encontró el poder establecido es la de buscarse un enemigo hacia donde desviar el descontento. El enemigo encontrado fue el Islam; el pretexto, la conquista de Jerusalén. (¿os suenan las similitudes con Bush y la guerra de Iraq?); como ahora, se inventaron excusas atrayentes: que los musulmanes nadaban en oro y diamantes, que ultrajaban los lugares santos del cristianismo en Jerusalén etc. El caso es que dio resultado. Una riada de mendicantes y harapientos recorrió los caminos fustigándose y predicando la primera cruzada contra el demonio musulmán. La mayoría de ellos murieron en el camino hacia Jerusalén, decenas de miles de ellos embarcados sin armas ni alimentos fueron abandonados a su suerte por los caballeros nobles que con ricos carros y numerosos sirvientes marcharon hacia la primera cruzada. El resultado final fue la gran masacre de gentes por allá por donde estos caballeros cruzados pasaban. En Jerusalén se divertían estampando a niños, mujeres y ancianos contra las paredes, hasta que por las calles circuló un río de sangre, según describe un cronista árabe de la época.
Tras varias cruzadas, sin embargo, los cátaros siguieron ganando terreno en Europa, hasta que el Papa Inocencio III decretó una cruzada contra ellos, la cruzada albiguense, aplastando el movimiento de una forma brutal.
Los pocos que sobrevivieron hubieron de sufrir a la Santa Inquisición durante unos siglos más.
EL PROTESTANTISMO. LUTERO
El teólogo y reformador religioso alemán Martín Lutero precipitó la Reforma protestante al publicar en 1517 sus 95 tesis denunciando las indulgencias y los excesos de la Iglesia católica. Para Lutero la esencia del cristianismo no se encuentra en la organización encabezada por el papa, sino en la comunicación directa de cada persona con Dios. Su protesta provocó una cascada de desengaños en la Iglesia católica y sentó las bases de otros movimientos protestantes, como el calvinista .
Reforma, movimiento religioso surgido en el siglo XVI en el ámbito de la Iglesia cristiana, que supuso el fin de la hegemonía de la Iglesia católica y la instauración de distintas iglesias ligadas al protestantismo. La Reforma, precedida por la cultura del renacimiento y, de alguna forma, seguida por la Revolución Francesa, alteró por completo el modo de vida de Europa occidental e inició la edad moderna. Aunque se inició a principios del siglo XVI, cuando Martín Lutero desafió la autoridad papal, las circunstancias que condujeron a esa situación se remontan a fechas anteriores y conjugan complejos elementos doctrinales, políticos, económicos y culturales.
Mediante mediciones de los isótopos radiactivos en las rocas, conocemos que la Tierra tiene una antigüedad de unos 4000 millones de años.
¿Qué edad tiene la Luna? En un pasado muy lejano estuvo muy cerca de la Tierra, pero su distancia a nuestro planeta aumenta a una razón de 12 cm. cada año. El efecto gravitatorio de la Luna es el causante de las mareas y la fricción producida por éstas es la causante del alargamiento del día terrestre en una milésima de segundo por siglo.
Si dividimos la distancia actual a la Luna (365.000 Km) por la velocidad de alejamiento (12 cm por año) encontraremos que la Luna debió estar en contacto con la Tierra hace unos 4000 millones de años, es decir, su edad estimada.
Podemos saber algo de la vida del Sol mediante el siguiente método:
Es un hecho establecido que la energía generada en las estrellas es producida por la transformación gradual de su hidrógeno en helio. Cada átomo que se transforma libera 2 10-13 calorías por segundo, y como el Sol libera 1026 calorías por segundo, debe consumir por tanto 5 1038 átomos, o sea, unos 800 millones de toneladas de hidrógeno por segundo. Como sabemos que el hidrógeno constituye la mitad de la masa del Sol, esto es 2 1027 toneladas, de aquí que el tiempo para poder quemar todo su combustible sea de 5 1010 años, es decir, unos 50.000 millones de años. Por otras mediciones sabemos que su edad actual es de 5.000 millones de años, luego ha consumido el 10% de su combustible. Es por tanto una estrella joven.
Pero esto no quiere decir gran cosa, porque el brillo estelar crece proporcionalmente al cubo de la masa de la estrella. De este modo, una estrella que posea el doble de masa que nuestro Sol, consume su combustible con una velocidad 8 veces mayor, y su ciclo vital sería 1/4 del ciclo vital del Sol.
La edad de los cúmulos galácticos se puede calcular por mediciones de su mera conducta mecánica. Por mediciones realizadas hace varios siglos, podemos saber el incremento de velocidad que ha experimentado un cúmulo de galaxias desde entonces hasta la fecha. Si suponemos que las estrellas que lo forman tuvieron un origen común y que desde entonces se están separando entre sí hasta la posición que ocupan actualmente, podemos conocer la edad en que se formaron.
La edad del Universo.
Snorri Sturleson, un islandés del siglo XIII recopiló una colección de mitos escandinavos llamados Eddas. En ellos se explica el origen del universo. “En el origen no había nada en absoluto; no había Tierra no Cielo sino un gran abismo, y no había en ninguna parte hierba. Al norte y al sur de esa nada había regiones de fuego y de hielo. El calor del fuego fundió parte del hielo y de las gotas de agua surgió el gigante Ymer. Ymer bebía leche de una vaca llamada Audhumla, y esta comía sal…
Hoy en día sabemos muchas más cosas. En el principio ocurrió una gran explosión, explosionó todo el espacio. Al cabo de una centésima de segundo la temperatura era de unos cien mil millones de grados. Las únicas partículas que existían eran electrones, positrones, neutrinos y fotones.. El universo estaba lleno de luz.. Las partículas mencionadas se creaban y destruían continuamente, la densidad de la sopa cósmica era cuatro mil millones de veces mayor que la del agua. Después de una décima de segundo la temperatura disminuyó a diez mil millones de grados, y tres mil millones de grados después de 14 segundos. Al final de los tres primeros minutos la temperatura cayó a mil millones de grados y se fueron formando algunos núcleos de hidrógeno con los pocos protones y neutrones que habían nacido. Después de unos cientos de miles de años, el universo era tan grande y se había enfriado tanto que los electrones se unieron a esos núcleos de hidrógeno y formaron átomos. El gas resultante, bajo el efecto de la gravedad empezó a formar agrupamientos que darían lugar a las galaxias y estrellas del universo actual. Todo ello ocurrió hace 15.000 millones de años.
Desde entonces el espacio está expansionándose y nos llegan noticias de ello por medio de una radiación de fondo proveniente de aquellos orígenes.
El sentido de la vida, profundo pero claro y de aspecto simple, es el perdurar, el seguir ‘siendo’. No hay más. Se han llenado bibliotecas enteras con la filosofía del bla bla bla tratando de encontrar tal sentido por los cerros de Úbeda, pero el único sentido que la biología contempla es el de sobrevivir y aparearse. Dígase lo que se quiera de la mente, de la conciencia…, la biología les tiene agarrados por sus partes. ¡Quien manda manda!
Sobrevivir es nuestro Norte y a veces lo traducimos como deseo de inmortalidad. El primer registro literario de la Historia, el Poema de Gilgamesh, escrito hacia el 2.700 a.C. en la antigua Mesopotamia, ya pone su mayor énfasis en la inmortalidad. En su busca parte el héroe, Gilgamesh, rey de Ur, sin finalmente conseguirlo. ¿Sabéis que los grandes multimillonarios tecnológicos están gastando grandes fortunas en una gigantesca investigación destinada a alargar la vida o regenerarla?
Bueno, digo ya que la inmortalidad no es el tema principal que trato en este escrito, sino que lo es las soluciones ilusorias que se han ideado para mitigar la angustia de ser mortal, de tener que morir, de dejar de ser.
Son soluciones religiosas. No hay religión que no haya pintado un Más Alla gozoso tras la muerte del cuerpo (si has cumplido con los preceptos necesarios). Tales soluciones tratan de negar la muerte total, tratan de luchar contra la angustia de tener que morir, de endulzarla, de oponerse ilusoriamente a un ineludible destino. Las soluciones ofrecidas son muy variadas y numerosas: el Cielo cristiano, el paraíso islámico, el Jardín del Edén judío, los Campos Elíseos habitados por los héroes griegos, el Hamistakan de los persas según Zaratustra o el Campo de Juncos de los egipcios. En todos los casos nombrados el Más Alla es un lugar ideal y utópico en donde reinan la paz, la armonía, el disfrute y la muerte y la enfermedad están ausentes.
Pero en otras soluciones el Más Alla se encuentra en este mundo nuestro, aunque de forma fantasmagórica. Es sabido que no existe una tribu primitiva en que sus miembros que no crean estar protegidos o amenazados por los espíritus de los muertos. En China y Japón son muy venerados los espíritus de los ancestros, a quienes se les pone en un lugar preferente del hogar de cada familia.
Ahora fijémonos en que en todos los casos expuestos hay una suposición latente: que existe una entidad incorpórea que se separa del cuerpo con la muerte de éste. Llámese alma o envoltorio del alma o parte del ‘alma’ universal o espíritu, es esta entidad la que accede a los lugares de bienaventuranza o la que ronda los campamentos tribales o la que reside en los lares familiares. Sin embargo, en otras culturas y religiones tales entidades, tales almas (démosle este nombre para compendiarlas) tienen otro destino, diferente a los nombrados en el Más Alla de la muerte.
Los celtas y los tracios creían en la metempsicosis, esto es, una transmigración de las almas desde los cuerpos que mueren hacia otros cuerpos que nacen. Pitágoras, Platón y los practicantes de la Cábala judía sostenían una creencia semejante. Ahora bien, con no muchas diferencias (las que existen —hilando fino— entre la transmigración, la reencarnación y la metempsicosis), las religiones con origen en el hinduismo creen en la reencarnación del alma en un nuevo cuerpo, según un ciclo —rueda del Karma— que solo se detiene si uno logra la ‘liberación’, lo que los budistas denominan el Nirvana. Según la doctrina de que se trate, el nuevo cuerpo al que el alma accede puede pertenecer a una categoría inferior como un insecto o un árbol o a una superior. Dependerá de los méritos acumulados durante las sucesivas vidas por las que haya transitado. En el jainismo, por ejemplo, el alma puede llegar a alentar a un ser semidivino, y en el budismo es posible lograr el cese de la reencarnación.
No podemos ser exhaustivos, pero el abanico de religiones y de soluciones al Más Alla no se acaba ahí. Más cercanos a nuestra cultura tenemos a los cátaros, una heterodoxia cristiana que se extendió hasta el siglo XIII por amplias zonas de Europa. Creían en la reencarnación, que cesaba una vez el adepto era capaz de conocer la divinidad. Y, ¿acaso no tenemos popularizado en nuestra cultura un renacimiento de los muertos? Todos hemos oído hablar de la Segunda venida de Jesucristo y de la consiguiente Resurrección de los muertos para ser juzgados en el Juicio Final.
En fin, mejor sigamos viviendo en nuestro cuerpo tanto como éste nos permita. Seguir siendo. Tal es el único sentido de la vida.
¿Por qué llegan tantos inmigrantes a Europa? ¿Por qué se quiere imponer a la sociedad de Occidente una denominada Agenda 2030 a espaldas de la gente y de la democracia?¿Cuál es la razón de que se estén destruyendo paulatinamente los valores que regían en nuestras sociedades? ¿Por qué se implementan políticas sociales que parecen esbozadas por dementes? Miremos, desde sus orígenes, cómo se ha ido gestando todo este cambio.
El enorme flujo migratorio hacia Europa, singularmente hacia España, solo limitado por el temor de los gobernantes a que la población autóctona reaccione en su contra sin estar del todo maniatada, no tiene como principal objetivo el disponer de una mano de obra barata. Tampoco se debe a una supuesta mentalidad compasiva de las gentes hacia quienes, debido a sus míseras condiciones de vida, aparecen en nuestras fronteras en busca de mejores condiciones de vida. Tal compasión —tal clamor de la conciencia occidental, cual gimoteo que pretende justificar, sin visión de futuro alguna, el acoger a todo necesitado que llegue a nuestras puertas—ha sido grabada a fuego en la conciencia de las gentes mediante un despliegue de propaganda infinito. Pero no es la compasión quien trae la inmigración, sino que es tan solo un medio de ayuda para otro fin. Y tal fin se empezó a diseñar hace ya casi cien años.
En las últimas páginas de uno de sus libros más célebres, Marcuse señala quiénes serán las nuevas vanguardias revolucionarias: “Los proscritos y los extraños, los explotados y los perseguidos de otras razas y otros colores, los parados y los que no pueden ser empleados”. Estos nuevos ‘Bienaventurados’ nombrados en el Sermón de la Montaña, son para Marcuse y serán para el Socialismo del siglo XXI los nuevos proletarios a rescatar de las garras de la bestia del Capitalismo.
Pero, bien, antes de seguir por esta vereda, echaremos un vistazo a lo voluble, volátil e insustancial que son muchas de las ideas que han triunfado a lo largo de la historia y que adquirieron enorme potencia en los corazones de las gentes.
Bien es cierto que las ideas acerca de la relación social ni son buenas ni son malas per se, sino por el efecto social que producen. La mayoría de las que adquirieron un gran relieve social y las que con mayor pasión arrastraron a las masas, concluyeron en desastres inmensos. Basta con nombrar al Comunismo y al Fascismo para percatarse de lo que digo. La historia nos muestra que algunos hombres de talento se amarraron a una idea como se amarra el náufrago a una tabla de salvación en su afán por sobrevivir, sin que les importe el material o las características de la tabla (siempre que una idea o creencia echa raíces profundas en la conciencia, pasa a dominar ésta).
Dos personas del talento de Karl Marx y de Herbert Marcuse se agarraron a la tabla de salvación del socialismo. Su ‘supervivencia’, el deseo de ser conductor de masas, de pregonar su visión redentora, de ser el mesías del pueblo elegido y de ser venerado, se cifraba en ello, en la idea del socialismo, sentida como una revelación (el linaje de ambos es judío, y todas sus ideas están imbuidas de judaísmo religioso). Poco importaba el material de construcción de la tabla, poco importaba a quién liberaría el socialismo, poco importaba el Pueblo Elegido. Para Marx, el proletariado, para Marcuse, los proscritos, los sin patria…Lo importante era la idea del socialismo, esa idea que les engrandecería a ellos, que les colocaría en un altar. Tampoco les importó mucho la falta de concordancia entre su prédica redentora y sus hechos, ni tampoco la falta de claridad y coherencia que se desprende de sus escritos. Marx dilapidó la fortuna de su mujer, exprimió la cartera de Engels, tres de sus hijas murieron de miseria y…siempre se negó a tener un trabajo remunerado para mantener a su familia (de haberlo hecho, hubiera experimentado ese cacofónico canto de cisne llamado alienación que, como goma de mascar sin sabor alguno, estirándolo convenientemente, se ha tratado de explicar el sufrimiento del pueblo sometido). Marcuse predicaba el socialismo, pero vivía a cuerpo de rey en la soleada California, adorado por la juventud estudiantil, al tiempo que no paraba de lanzar diatribas contra el capitalismo.
La tabla de salvación socialista ha sido también el vehículo que han tomado innumerables intelectuales deshonestos. Su falta de razones y de argumentos hace pensar que hubiesen defendido una idea antagónica con el mismo descaro con que defendieron ésta. Bueno, en fin, para no alargarme, el caso es que arrastraron hacia esas ideas a otros aprendices de mesías hasta lograr que, cuando el comunismo era dado por muerto, fuese resucitado por los nuevos aspirantes mesiánicos. Solo hubo que cambiar las tribus a redimir de este valle de lágrimas, cambiar el material de las tablas de salvación, cambiar de Pueblo Elegido. Cambiar el Proletariado por ecologistas, feministas, animalistas, proscritos, emigrantes…
Cierto es que el futuro de ese nuevo socialismo no parecía muy halagüeño. Cuba, Venezuela, Corea del Norte, no parecían buenos ejemplos a seguir. Sin embargo, a principios del siglo XXI surgieron nuevas élites y nuevas alianzas se constituyeron. Por un lado, las grandes fortunas globalistas y las nuevas fortunas tecnológicas nacidas con las empresas Google, Apple, Microsoft, Amazon, Pay Pal, Facebook… pactaron entre ellos y pactaron con el ecologismo, el feminismo, el nuevo socialismo…¿Para qué enfrentarnos contra otros? Resulta más ventajoso repartir el pastel del dinero y del poder sobre las masas. Los mesías rojos mantendrían los rebaños callados y sumisos, y, a cambio de concesiones, tendrían a las huestes del ultra feminismo y del ultra ecologismo como sans-culottes a su servicio. Tales concesiones consistieron en cientos de miles de cargos bien remunerados, sin apenas otra función o responsabilidad que acogotar a la población con prohibiciones de todo tipo, así como y linchar socialmente al discrepante.
De todo ello se desprende que, junto a estos nuevos socios, el inmigrante sea la gran arma —de las élites y del socialismo del siglo XXI— para destruir las democracias y el capitalismo tal como lo conocemos. Una gran obra de ingeniería social. Ahora se explica uno porque a los inmigrantes, sobre todo los musulmanes, se les dicta “crecer y multiplicaros”, con subvenciones especiales para ellos, mientras que a los de origen europeo se les conmina a no tener hijos. Se trata de aportar una población pobre y poco amante de la democracia, a la par que más manejable. No en vano se nos promete que “no tendremos nada y seremos felices”, es decir, seremos pobres y esclavos de unos poderes que prescinden de la representatividad democrática.
Pero para que la alianza señalada pueda crear instituciones que acaben con las libertades y derechos, resulta del todo necesario transformar de arriba abajo los fundamentos sociales: hacer desaparecer la moral establecida, aniquilar los héroes del pasado, cambiar los valores, establecer socialmente lo que es verdad y lo que es mentira, destruir la familia, el matrimonio…Y para ello se implementa la Agenda 2030 y se prepara la 2030-2050. Así se logrará la transformación dicha. Por ejemplo, en España, PSOE y PP pasan a ser lo mismo, dos bandas cuyos dirigentes buscan su trozo de pastel a toda prisa.
¿Qué tendremos en el 2030? Los tecnócratas manejarán todos los asuntos de Occidente bajo la supervisión de las élites. A semejanza de la Edad Media, un nuevo feudalismo tendrá lugar en todos los ámbitos de la sociedad. En palabras de Varoufakis, el antiguo ministro de economía griego, se produce ya un tecnofeudalismo: los grandes fondos tecnológicos se han convertido en rentistas; reciben un porcentaje de las ganancias de las empresas que hacen de desarrolladoras externas de Apple, Google etc. Pero tal feudalismo tendrá muchas más semejanzas con el de la Edad Media europea. La nueva nobleza está formada por las élites de poder; su alto clero son los nuevos mesías rojos; el bajo clero se forma con los propagandistas de los medios y demás cortesanos; aparece un nuevo dios, el Planeta; y, como en aquella época los heterodoxos son quemados en la hoguera del ostracismo y de la cancelación; una nueva Apocalipsis, la climática; y una censura total a toda blasfemia contra la nueva religión.
Desde la más rancia antigüedad los seres humanos hemos levantado monumentos de piedra en honor de dioses y espíritus. Menhires, dólmenes, camposantos, el círculo de Stonehenge, pirámides, los templos de Angkor, las catedrales cristianas…La piedra es signo de lo perenne, de lo que perdurará más allá de nuestra existencia. También se registraban en piedra las grandes victorias y, lo que ahora nos importa: las más importantes normas que regían la vida social. A este último propósito, dos son los registros pétreos que resultan más conocidos: el código de Hammurabi y las Tablas de la Ley. El primero fue esculpido hace cuatro mil años, mientras que las Tablas, supuestamente, tres mil trescientos años atrás. La ley escrita en ellas nos importa sobremanera porque, en buena medida, ha conformado la moral social de Occidente durante dos mil años.
La Biblia nos cuenta que Moisés subió al monte Sinaí y al dictado de Yhavé esculpió en dos tablillas de piedra los Diez Mandamientos destinados al pueblo de Israel. Una parte de esos mandamientos, que ahora sentimos que son prescindibles, prescriben relaciones de subordinación religiosa hacia el dios Yhavé (es decir, hacia sus representantes los sacerdotes), pero otra parte de ellos prescriben respeto hacia la institución familiar, prohíben el robo, la difamación, el engaño y la codicia de lo ajeno.
Los que tenemos ya una cierta edad, seamos o no creyentes, los interiorizamos durante la infancia y, de manera más o menos laxa, los asumimos como fondo de conducta, y su incumplimiento como motivo de reprobación. La falta de respeto hacia los padres o la esposa, el engañar al crédulo, el mentir, el difamar, la actitud codiciosa…provocaba rechazo social hacia el autor; éste perdía su honra. Así ocurría, sobre todo en las zonas rurales donde hasta hace cincuenta años vivía la mayor parte de la población española, y donde todo hijo de vecino se conocía.
Hoy, las Tablas de la Ley están hechas pedazos. Hoy se intenta reducir la familia, la honra y los antiguos valores sociales a cenizas. Periodistas, políticos, gobernantes, élites que hasta no hace mucho sentían sobre sus espaldas la obligación de ser modélicos hacen constante alarde de bajeza moral. Tienen a gala engañar, mentir, difamar, incluso robar, sistemáticamente.
La población en general se ha contagiado de esa bajeza y les aplaude por ello en vez de reprobarles. Por esa razón, hoy ningún político dimite, aunque haya cometido desmanes. Por esa razón ningún periodista sufre escandio entre los miembros de su profesión, aunque sus artículos se construyan a base de difamaciones y bulos. La rotura de las Tablas de la Ley ha originado que la familia se ataque con saña, que se ensalcen identidades rocambolescas que se consideraban locuras, que se estén rompiendo los pilares de la democracia, que se pretenda la destrucción de las naciones, que, de hecho, se haya suprimido la patria potestad de los padres en beneficio de un acaparador Estado, que la educación se haya convertido en púlpito de adoctrinamiento ideológico…
Dicen que son nuevos tiempos y que los de mi generación no entendemos, y tal vez tengan razón, pero, permitidme recordar que la ‘piedra’ de las Tablas de la Ley ha permanecido incólume y enhiesta durante tres mil trescientos años. Alguna virtud tendrá.
Desde que el ser humano caminó por las planicies de la civilización, amarró su conciencia a creencias y entidades que le proporcionaban seguridad física y equilibrio mental para vivir en el mundo: la familia, el clan, los hijos, la ciudad, la religión…
Algunos jóvenes de las nuevas generaciones se han desenganchado del agarre religioso, del agarre de la nación, del clan, incluso de la familia, y, a cambio, se les ofrece se hombre, mujer o gamba. ¿Es extraño que estén tan desquiciados, que hayan adquirido tan enfermiza sensibilidad, que se hundan ante cualquier conflicto, que no sepan qué buscan ni hacia donde van?
FÍSICA Y METAFÍSICA
Contrariamente a lo que piensan algunos de los que ejercen labores filosóficas, la investigación científica requiere un muy alto grado de capacidades especulativas. En la elaboración de una hipótesis o en la construcción de una ecuación se necesita aplicar un inmenso caudal de intuiciones con las que especular, con las que dar forma y significado a lo que solo es una forma grosera, difusa y ambigua. En cuanto al asunto de la especulación, no aparecen diferencias de calado entre el manejo de la hipótesis física y la metafísica.
Pero la hipótesis física tiene su momento crucial —su muerte o supervivencia— cuando se enfrenta al experimento para su refutación o confirmación, momento del que carece la metafísica. Cuando el experimento asiente, la hipótesis o la ecuación son realzadas, adquieren nuevo valor y se convierten en base de nuevas especulaciones lanzadas en pos de nuevos horizontes.
De ese modo, la física y otras ciencias avanzan y caminan en línea recta hacia nuevos panoramas y hacia nuevos hitos cada vez más lejanos. Con tropiezos y desvíos inesperados, pero siempre acumulando saberes y siempre penetrando más y más en la epidermis de la realidad.
La metafísica, en cambio, se mueve siempre en círculos o en elipses de escasa excentricidad sin conseguir nunca resolver ni escapar del problema en que se enfrasca. El centro de esos círculos, el Ser, se revela siempre indescifrable, y las potencias especulativas revolotean a su alrededor sin vislumbrar su apariencia o su significado. Ahora bien, tengo que decir que no se puede dudar de lo enriquecedor que resulta para el espíritu tal revoloteo.
LA NUBE
Da que pensar la ‘utilidad’ de Microsoft conocida como ‘La Nube’. Que una porción no pequeña de tus esfuerzos, de tus opiniones, de tus saberes, de tus creaciones y tus sueños; que una buena porción de tu intimidad palpite virtualmente en una nube virtual, y quede expuesta a los ‘ojos’ de los ‘afinadores’ de la IA, de Microsoft, de la acción controladora de cualquier sistema de poder, incluso de cualquiera que se maneje habilidosamente con la telemática; digo que produce grima, sometimiento e insignificancia. Aunque, oculta en toda labor creativa, palpita la esperanza de que alguna aguda mirada desvelará el brillo atesorado, el resultado de estar expuesto en la nube suele ser la enajenación fraudulenta de tu intimidad y no el descubrimiento de tu brillo. Uno elabora, como un buen gusano virtual, su propio capullo en espera de que surja la crisálida del reconocimiento ajeno, pero luego se percata que se hacen bellos vestidos con su seda o que con esa misma seda le amarran a su asiento. ¿No es la nube un aprisco virtual de reses bípedas?
La cultura fue siempre una manifestación de las élites para las élites. Tenía la virtud de que enganchaba a ella el interés de la población por el conocimiento y por participar del aprecio cultural. Había hambre de conocimiento y hambre de saber identificar el arte y gozar de él. Así que la cultura se hizo objeto de veneración.
Sin embargo, durante el último tercio del siglo pasado, las doctrinas igualitarias lanzaron desde el arte y la filosofía un feroz rechazo contra el elitismo en la cultura. Se dejó de requerir que las obras culturales gozasen de excelsitud. A las nuevas obras no se les exigía poseer mucha calidad artística para ingresar con todos los honores en el panteón cultural. Así que, la cultura, que anteriormente iba dirigida a las dichas élites para consumo propio y admiración ajena, fue dirigida ahora a las clases medias. Pero en el siglo XXI la desvalorización cultural ha ido en aumento y agradar a las masas se ha convertido en requisito indispensable para que una manifestación pueda ser tildada de cultural. Pero esto, que desde mi punto de vista puede resultar un acierto, da pie a que cualquier locura, cualquier absurdo, cualquier extravío se pone hoy de moda y se eleva a altar del arte o la cultura. Esa misma vulgarización ha hecho que el mundo juvenil, liberado de los corsés de la belleza, del buen gusto, de la inteligencia, del sentido común, se abrace a cualquier esperpento. Para darse cuenta de ello solo hay que echar un vistazo al festival de Eurovisión.
Ahora se llama teatro a cuatro payasadas sin tino sobre un escenario; se llama danza a cuatro jóvenes en bragas contorneándose ante un público erotizado. De modo parecido, el pensamiento ha sufrido también su devaluación. Hoy las simplezas y las estupideces que salen de la boca de ‘los apóstoles ideológicos’ se consideran mensajes profundos.
Todo el carrusel de lo que se determina hoy en día como cultural, se lanza hacia las masas hambrientas de morbo. Así que esas masas elevan cualquier memez — sobre todo si viene arropado por una ideología— a la categoría de arte. De modo semejante, se rechaza la evidencia y la necesidad de prueba para establecer una verdad. Solo el ‘sí ideológico’ la determina. Hoy en día solo se acepta como verdad lo que ha sido proclamado dogma ideológico. La masa demanda y la ideología la contenta.
Con tales devaluaciones —como cuando Prometeo entregó el fuego a los hombres o cuando Pandora abrió la caja de las desgracias que desde entonces asolan el mundo—, la locura ha hecho presa de las masas: cientos de supuestos idiomas ‘reviven’ de su prematura muerte o, incluso, de su inexistencia; se desata la locura climática, una nueva Inquisición pugna por linchar a todo discrepante o heterodoxo… y, en resumen, lo burdo y lo simple se tachan de excelso y el dogma de ‘verdad’.
El cambio climático, la falta de agua, el exceso de población, los pesticidas, la contaminación, los conspiranoicos, el colapso del planeta, el fascismo, el cáncer
…
Hacer a la gente compasiva en extremo hacia
Los animales, los niños pobres, las plantas, los indígenas, los musulmanes, los africanos, las mujeres, el planeta Tierra, los inmigrantes
…
Propalar el sentimiento de injusticia por causa de
Ser mujer, la desigualdad social, los derechos de los animales, la opresión del empresario, la diferencia salarial
Justicia social, Derechos. Libertad, Socialismo, Alienación, Utopía, Islam, Segunda República, Frente Popular, Izquierda
Marxismo
Lo que se ha de prohibir
La caza, las corridas de toros, las granjas de animales, los espectáculos con animales, los medios liberales, la prensa no adepta, cualquier información que ponga en cuestión el Cambio Climático o las ‘verdades’ oficiales sobre inmigrantes, violencia, violencia de género, denuncias falsas etc La verdad que comprometa, comer carne, cualquier versión de la historia que no sea la oficial, cualquier halago a la economía del periodo franquista.
Cualquier halago a Franco o a su régimen
PROYECTO ADOCTRINAMIENTO
Neolenguaje
Heteropatriarcado, Techo de cristal, Suelo pegajoso, Cultura de la violación, Progenitor gestante, No binario, Transfogo, Niñe, Inclusividad, Empoderamiento, Persona menstruante, Manespreading, Violencia política, Cancelación
Adoctrinamiento en las escuelas. Borrado de la historia.Contra la religión. Cuestiones de género. Contra el matrimonio. Contra la civilización occidental. A favor del islam. No hay verdad. Desigualdad = injusticia. Hombre opresor
…
EL GRAN PODER
Nuevos poderes
El Estado. Mesías y apóstoles de la izquierda. Los grandes multimillonarios. Los tecnócratas
Las diversas Inquisiciones
Nuevas clases
Los representantes políticos. Los tecnócratas de las instituciones globalistas. Los clubes: Bilderberg, de Roma, FMI. Los globalistas de las finanzas, la tecnología y las comunicaciones. Los tecnócratas de las ONG. Los directivos de las grandes corporaciones. Los intelectuales
de izquierdas
el rebaño
El GRAN CONTROL
Mediante la Inteligencia Artificial. Imponiendo el transhumanismo (chips de control).Moneda digital
Seguir la huella del carbonoControl sobre el consumoControl de la propiedad
Sin privacidad. Propiedad reducida al mínimo.El Estado poseyendo todo. La corrección política pone los límites de la libertad. Prensa al servicio del Poder. Control de las redes sociales. Sexualidad, drogas y espectáculos como anestesia. Ostracismo y cancelación al disidente. El bien común como excusa y pantalla. Los bulos, las fake news, las falsedades repetidas, como método
Conocemos a través de espejos. Nuestras ideas son meros espejismos de la realidad
El tiempo esculpe vivencias que transfiguran nuestro espíritu
Sin cooperación, la vida es un calvario de soledades; sin competición, es una estéril y pedregosa planicie.
La realidad nos resulta hostil e ingrata, por esa razón huimos hacia la ilusión.
Todas las ideologías exigen vasallaje.
Los metafísicos gozan pintando fantasmas en la niebla
Los noticiarios televisivos practican la lobotomía cultural
La misión de la filosofía es desvelar el mundo, esto es, encontrar la verdad, hacer inteligible la realidad, aclarar. Sin embargo, una filosofía muy al uso se esmera en enturbiar. Ante la impotencia para aclarar, se decanta por enturbiar; así la pesca de merluzos resulta más cuantiosa. Esa filosofía no busca desvelar la verdad, sino encontrar feligreses.
Los sueños son mensajes cifrados que nos lanza el subconsciente acerca de lo que nos preocupa.
Quien descubre la entraña humana se aparta del mundo
La voluntad es el anclaje a una voz interior que impele a una misión, resistiendo vientos, mareas y cantos de sirena que intentan desviarte del camino.
La envidia, la bestia rojiza que te susurra al oído maldades contra aquel con quien te comparas y te sientes rebajado.
Internet ha recubierto el mundo de un extraño pavimento de ojos furtivos que nos vigilan a cada paso
Por mucho que ensalcemos la razón, nuestro sistema de creencias se sitúa siempre en el bando del pensamiento mágico
231 ¡Qué bisoño es quien imagina que mostrar espíritu e inteligencia es un medio para ganarse el aprecio en sociedad!
232 Entre hombres, como amigos, son los más tontos e ignorantes los más apreciados y buscados, y entre las mujeres, las más feas. … Cualquier tipo de superioridad espiritual tiene la propiedad de aislar.
234 Saber unir la cortesía con el orgullo es una obra de arte. … Después de una meditación seria y de mucho reflexionar, cada cual tiene que obrar lo más conforme posible con su propio carácter.
236 Quien quiera que su juicio merezca crédito, tiene que expresarlo con frialdad y sin pasión. … No debemos caer en la tentación de alabarnos a nosotros mismos.
237 tenemos que considerar secretos todos nuestros asuntos personales. … Es más aconsejable mostrar cordura por lo que se calla que por lo que se dice. Lo primero es cosa de prudencia; lo segundo, de la vanidad.
238 La prudencia recomienda que entre nuestro pensamiento y nuestra palabra se abra siempre una sima suficientemente ancha.
239 La gente suele ser bastante indiferente con respecto a las verdades generales, pero no en lo que respecta a las individuales. … Algunos refranes árabes:
«Lo que no quieras que sepa tu enemigo no se lo digas a tu amigo»; Si callo mi secreto, él es mi prisionero; si lo revelo me convierto yo en el suyo»; «La tranquilidad es el fruto que pende del árbol del silencio».
240 Dejar entrever cólera u odio en gestos o palabras es inútil, es peligroso, es necio, es ridículo, es vulgar. … Sólo los animales de sangre fría son venenosos.
241 Tres grandes poderes existen en el mundo: prudencia, fuerza y azar.
243 El destino baraja las cartas y nosotros jugamos.