DICHOS, UTOPÍAS, IDEOLOGÍAS Y CONTROL

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George Orwell
Para controlar a un pueblo hay que conocer su miedo, y es evidente que el primer miedo de cada individuo es estar en peligro mortal. Una vez que el ser humano se hace esclavo de su miedo es fácil hacerle creer que el papá Estado estará listo para ayudar a salvarlo.
Ortega y Gassett
“Don Salvador es un tonto en cinco idiomas”, que dijo Ortega y Gasset de Madariaga.
Intelectuales
Dice Barrows Dhunham, que “Con frecuencia los intelectuales son paniaguados del poder; por eso puede suceder que la intelectualidad se fundamente en encontrar excusas valiosas para el servilismo.

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Ideologías y sentimientos
Para los líderes de la izquierda la ideología es un vehículo de su ambición. Pablo Iglesias no sería comunista si no pensara que cuando arribe el comunismo él será el jefe. Para el resto de la tropa de adeptos, el comunismo es el vehículo de su odio y deseo de venganza. Por eso la abrazan.
Minoría violenta y revolución
En la Revolución francesa, como después en todas las revoluciones, una minoría violenta impone sus tesis y su poder a la gran mayoría silenciosa y pusilánime.

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El peligro de los salvadores del mundo
Algunos dicen sacrificarse por la humanidad. Se consideran salvadores del mundo o de una parte de él. Conocemos a los revolucionarios de toda época, sobre todo los comunistas, que decían sacrificarse por el comunismo, que era la felicidad de las gentes, pero en realidad sacrificaban a todo el mundo para poder conseguir sus propios propósitos. En realidad, una idea se apodera de ellos y esa idea viene a ser en casi todos los casos un vehículo para alcanzar ellos el poder. Sus conciencias están controladas por la ideología  y la ambición de poder.
Sometimiento a la colectividad
¿Cuándo y en qué condiciones el egoísmo humano se convierte en sumisión al grupo?, es decir, ¿por qué las reses de un rebaño ideológico renuncian a las prerrogativas del yo?
¿Por qué todos los líderes comunistas llevan a la miseria al país antes de tomar el poder?
Porque el comunismo chapotea excelentemente en las ciénagas de la miseria, de ahí que pretenda convertir las charcas de agua clara y saludable en cenagosos pantanales.
La ONU y el Nuevo Dios
La ONU ha levantado un nuevo dios con una santísima trinidad: aquél es el Igualitarismo; estos son: el animalismo y medioambientalismo y la ideología de género.
Prensa y morbo
La expectación fervorosa de los primeros cristianos en espera del Apocalipsis, explica el porqué del éxito de la prensa amarilla.

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Atrayente utopía
Nos dice Antonio Escohotado que lo real es complejo pero toda fantasía (utopía, sueño) es simple, por eso, supongo, la abrazan los memos.
¿Por qué en los regímenes socialistas se empobrecen sin remedio?
Adam Smith nos dio la respuesta: “Sería absurdo imaginar que los seres humanos rinden más cuando trabajan para otros que cuando lo hacen por su cuenta”
La fuerza en el revolucionario
El odio contra el enemigo y la crueldad del destruir son las grandes pasiones y fuerzas del revolucionario; mucho mayores que la razón, que el sentimiento de injusticia e incluso que el ansia de poder de sus líderes.

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Identidad del comunismo y del nazismo
La estructura del esqueleto es la misma en ambos y es la misma su espina dorsal: el individuo no es nada y el Estado lo es todo; el Estado se personifica en el líder; la libertad del individuo queda suprimida; la democracia queda abolida; todo se hace en nombre del “pueblo”; el aparato represivo evita la disidencia… De hecho, las semejanzas van mucho más allá, pues tanto el nazismo como el fascismo nacieron del socialismo, las SS imitaron el sistema de checas de la URSS, y Hitler fue el mejor alumno de Stalin. Su única diferencia es que en el nazismo se levanta la bandera de la Patria alemana, mientras que el comunismo pretende el poder universal. Así que nazismo y comunismo son hermanos siameses que, poseyendo la misma espina dorsal, miran hacia lados distintos.

Tipos de controles a los que paulatinamente nos someterán más y más
• Ideológico: los medios, la educación, la corrección política
• Visual: las cámaras en las ciudades, los satélites etc
• Posicional: el gps de los móviles
• Auditivo: mediante los móviles, los sistemas de escucha y comunicación
• Institucional: de los grupos, las instituciones
• Judicial: control del sistema judicial
• Control de la policía, del ejército, de la guardia civil
• Control del Tribunal Constitucional
• Control del sistema de Representación Democrática
Leo en “Disidentia”:
La política es un juego en el que unas personas, organizadas, utilizan al Estado para transferir renta y riqueza de unos grupos sociales a ellos, y a otros grupos que les sirven de apoyo. Es el latrocinio revestido de progreso y justicia.

Pensamientos pecaminosos

 

  • El gran problema de la psicología y de la psiquiatría no se encuentra en la dificultad de penetrar en lo intrincado de la mente humana, sino en verse atrapadas en teorías sin aval científico alguno, en teorías que no pasan de ser meras ocurrencias, en teorías en las que los investigadores se enredan y se pierden y no encuentran el camino de salida.
  • Condición necesaria para saber: tener amplitud de miras.
  • Todas las grandes culturas tienen su origen en fenómenos religiosos.
  • Tradicionalmente, para imponer una religión nueva a un pueblo, se ha hecho saber los beneficios que tal religión traería a los gobernantes.
  • Cuando los dioses se expulsan de la esfera humana los modelos de jerarquización social existentes se resienten y el Igualitarismo avanza. De ahí el empeño de los igualitaristas por alejarlos.
  • Cuando mueren los dioses no deja de actuar el mecanismo mental que nos hacía creer en ellos, sino que actúa inventando y adorando otras ilusiones: utopías socialistas, los mundos soñados, las conexiones místicas, las justicias universales, y los diversos tipos de pensamientos mágicos; además, claro está, de las alucinaciones artificiales que las drogas generan. Me asola la terrible sospecha de que la muerte de los dioses no es una bendición para la humanidad.
  • En los dioses se plasman muchos de los temores y deseos de los creyentes, y en los dioses se aquietan.
  • El clima de compasión que impera hoy en día lo hemos heredado del cristianismo.
  • Si se mira con detenimiento, la razón ha sido históricamente de poca importancia en los movimientos sociales. La rabia, el odio, el resentimiento, la indignación por una pretendida injusticia, han sido las fuerzas imperantes en las grandes revoluciones.
  • Todo el siglo XIX fue un hervidero de revoluciones ―alentadas por la revolución francesa ―que condujeron a la revolución soviética. También surgieron en ese siglo los nacionalismos. En todos esos movimientos resultan de primordial importancia las creencias justificadoras que emplee cada grupo en busca y defensa de su propósito, es decir, los argumentos. Pero también resulta esencial la fuerza de la pasión en cada grupo. Quienes poseen pasión suelen imponer su credo.
  • En ocasiones una falsedad manifiesta –o incluso una estupidez grandiosa—se establecen como grandes verdades históricas o monumentos al conocimiento. El psicoanálisis, la homeopatía, el materialismo dialéctico…, son algunos ejemplos.
  • Primeramente, uno debe adquirir un buen haz de conocimientos. A continuación debe aprender a desprenderse de los inútiles y erróneos, de todas las falsas teorías que pululan en la sociedad y dañan el entendimiento. Mediante dicha poda se alcanza la virtud.
  • En nuestra naturaleza está el pertenecer al rebaño.
  • Las bandadas de estorninos crean verdaderas y artísticas filigranas en el aire. El parámetro principal que rige la dirección de su vuelo es ‘la distancia al compañero más próximo’.
  • El parámetro principal que rige el comportamiento humano en sociedad es el de seguir la actitud del vecino más próximo y mirar los movimientos de la cabeza del grupo.
  • Soy partidario de que cada cual encuentre su propio camino hacia la cima o hacia el abismo. Las prohibiciones que pretenden proteger a uno de sí mismo me parecen innecesarias y peligrosas.
  • Hoy todo el mundo se encapsula: detrás de un ordenador, detrás de los animales de compañía, detrás de la escritura, detrás de la Naturaleza… La Seguridad nos ha hecho cobardes y tememos mirar al ‘otro’ de frente.

El País de Jauja y de Todos lo Mismo

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Érase una vez el país que digo, grande o chico, pobre o rico, seco o húmedo. Sus habitantes gozaban de derechos y libertades y tenían un plato lleno en la mesa, así que decían sentirse felices. Pero, al comprobar algunos que la mansión de otros era mayor que la suya y más hermosa, decían también sentirse agraviados e iracundos por esa diferencia.

(Al fin y al cabo lo que provoca disgusto y envidia y resentimiento no es el poco tener, sino el tener menos que los otros).

Para todo zapato siempre hay una china, y para todo descontento popular siempre hay un Conductor que aparece. Y los dos pinchan. La china con sus aristas y el Conductor o líder con sus palabras.

¡Y qué palabras más finas y hermosas decía el Conductor!: Libertad, Derechos, Igualdad, Riquezas… Así que al resentimiento de muchas gentes se le unió la ilusión de alcanzar un mundo feliz. Y estalló la Revolución. Lo hizo con muchas muertes y destrucciones, pero se ganó.

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En los comienzos la gente trabajó muy duro porque tenían la cabeza llena de ilusión. Pero un día un agricultor vio que su vecino salía 3 horas después que él hacia el trabajo y que trabajaba menos. Otro día todos los habitantes de un barrio se apercibieron de que el más protestón y más vago de entre ellos había sido nombrado su jefe directo. A don Lucas, un hombre de gran laboriosidad y grandes ideas que antes de la Revolución había creado dos empresas y muchos puestos de trabajo, le pusieron a sacar aguas fecales y le despojaron de todo.

Para dirigir las dos empresas que don Lucas había creado, pusieron a un imberbe mal encarado que era de fácil gatillo, y con él al mando la producción bajó a un cuarto y la calidad del producto se resintió. Pronto las cerraron.

Las mujeres, que son las primeras que entienden la situación y que son las que a escondidas hacen las grandes revoluciones, dijeron a sus maridos:

―A ti no se te ocurra trabajar más que los que trabajan menos, que luego el reparto es por igual. Además ―dijo una tal Encarnación―, me ha dicho Juanita que los más inútiles y vagos se ríen a espaldas de los que más trabajan.

La autoridad había hablado. La producción del lugar cayó en picado al tiempo que la ilusión se esfumaba. Como las ruedas dentadas del mecanismo de un reloj, todos los trabajadores acoplaron su ritmo y su horario de trabajo al de los más inútiles y vagos.

―Me engañarán en el reparto, dijeron muchos, pero no en el trabajo.

La producción cayó ahora a mínimos. Las averías de la maquinaria, por descuido o por desidia de los operarios, contribuyeron a ello.

El Conductor y sus acólitos examinaron la situación y dictaminaron que el caos se debía al sabotaje que efectuaban algunos elementos contrarrevolucionarios. Entonces comenzaron las purgas de los sospechosos. Las cárceles se llenaron, pero la situación productiva no mejoró.

De un asesor del Conductor surgió una idea brillante que aumentó enormemente la oferta de puestos de trabajo: crear un cuerpo de policía gigantesco que vigilase de cerca a la población para encontrar a los saboteadores y a los enemigos de la Revolución.

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Poco después de eso, la categoría Enemigos de la Revolución estaba en boca de todo el mundo. Los Enemigos eran los culpables del descarrilamiento del país. Si uno era acusado de Enemigo ¡estaba listo!

Todo el mundo empezó a vigilar a todo el mundo. Se emitieron draconianas leyes que limitaban la movilidad de las personas, su privacidad y sus derechos. Cualquiera podía ser detenido sin acusación concreta.

Juanita le dijo de forma tajante a su marido:

―Ni se te ocurra criticar nada ni siquiera abrir la boca en el trabajo, ¡que los hombres sois bastante tontos para eso!

Y aquel mismo día el marido agradeció el consejo o la orden de Juanita y alabó su conocimiento, pues a su compañero Felipe se lo llevaron preso por criticar las nuevas normas en el trabajo.

La ilusión aquella de los comienzos aún permanecía en unos pocos, aunque muy menguada, por cierto. Las bellas palabras revolucionarias ahora sólo producían hartazgo, pero por precaución y miedo se pronunciaban con aparente fervor en los mítines del Conductor, no sea que a uno le acusaran de Enemigo.

La falta de esperanza  pronto produjo desánimo en la población, y se intentó mitigar con la bebida y el baile. Así que la gente empezó a faltar al trabajo alegando males imaginarios, y las máquinas se fueron estropeando o quedando obsoletas, y los muros de las casas se ennegrecieron o se derrumbaron, y los viejos coches dejaron de funcionar, y la escasez de alimentos y otras necesidades llamó a la puerta. Pero quedaba el remedio de la bebida y el baile.

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―Encarnación, mañana estaremos al otro lado de la valla. Mi marido ha sobornado a la gente adecuada.

―Ay, Juanita, me da un poco de pena dejar todo. ¿Cómo nos acogerán al otro lado?, ¿y si nos cogen?

―Déjate de pamplinas Encarna. Hay que salir de esta prisión. Eso de todos iguales aunque en la miseria, no va conmigo. Además, tú eras una entusiasta de la Revolución. Ves a qué nos ha conducido matar a la gallina de los huevos de oro.

―Razón tienes, Juanita. Yo, qué ilusa.

ADAGIOS

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  • Donde no hay ansias de laboriosidad o de proyecto,  hay ansias de revolución.
  • La envidia, sin embargo, es el germen de la democracia.
  • Todo dictador, y en eso Maduro no es excepción, está cargado de buenas intenciones.
  • Las ideologías no existen en el rebaño. Su labor la cumple el tono de voz del rabadán.
  • La máscara moldea el rostro.
  • Sólo los grandes hombres pueden vivir sin misterios. A costa de convertirse en lobos solitarios y perversos.
  • Argentina es ese pueblo, tan confuso, que cree tener sus raíces en Francia.
  • Las persecuciones y matanzas de cristianos en el mundo islámico no son tema para la izquierda.
  • Un dicho judío: “Déjame tuerto, Señor, cuando los demás anden ciegos”.
  • Otro: “Espera sentado en la puerta de tu casa; con el tiempo verás pasar el cadáver de tu enemigo”.
  • El poder, el dinero, la fama y la gloria, son las caras del prisma de nuestros anhelos.
  • En Europa se han cambiado las creencias por derechos. Eso la condena.
  • La experiencia siempre llega tarde a aleccionarnos.
  • Los ojos de la inexperiencia suelen conducir al precipicio.
  • Uno pone su fe en las doctrinas que le reportan beneficio.
  • En las creencias utópicas se confunde lo deseable con lo factible.
  • La sabiduría es una forma de estupidez refinada.
  • El arte de la política es el arte de confeccionarse una máscara.
  • Dicen los más feos, los más pobres y los menos capaces: “Lo justo es que seamos iguales y tengamos lo mismo”.
  • Nos parece solución justa la que nos satisface.
  • Una rana croa a otra de una ciénaga cercana: “Tu charca es más putrefacta que la mía”.
  • En toda relación social se vende algo.
  • En las revoluciones se clama por la libertad, pero es el odio quien moviliza.
  • Nadie es demócrata por naturaleza. Es aconsejable que lo sea por voluntad.
  • Los jóvenes creen que la democracia es poder decidir sobre todo en todo momento y lugar, pero con ello se abren las puertas del abismo.
  • La Constitución de un país simboliza la firmeza ante las veleidades de los hombres.
  • Hay gente que cree ilusamente que los derechos no cuestan nada.
  • Estigmatizar a los que sostienen una opinión contraria a la propia es el recurso de quien carece de argumentos y odia mucho.
  • Los políticos no suelen ver más allá de sus narices y de sus intereses.
  • Una hermosa frase que he escuchado: “Ahora que te has ido, todo se va muriendo”

Me gustaría poder decir, con Nietzsche,  que algunos escriben vastos libros con menos significado que el poseído por uno solo de estos adagios. Todos ellos han precisado de ardua destilación y de alambique apropiado.

 

Feliz Navidad a todo el que me leyere. Desde París-La-Bella se lo deseo.