El subconsciente pasional

deseo

Presento a continuación El subconsciente pasional, el segundo ensayo del libro Animal moral.  El libro, ya saben, versa sobre la conducta individual y la organización social, en cuanto a sus bases biológicas y el papel que juegan las creencias que poseemos.

  1. Evolución de la mente.
  2. El subconsciente pasional.
  3. Creencias mágicas y religiosas.
  4. Las creencias en el grupo.
  5. La médula de las creencias.
  6. Moral, instinto y orden social.
  7. Moral, sociedad e historia.
  8. Hegel y Marx.
  9. El psicoanálisis,
  10. Marcuse
  11. El «buenismo».

 

Para comprar el libro puede dirigirse a http://www.eraseunavez.org o a www.agapea.com

En esta dirección puede echar un vistazo a los temas:

 

 

Ensayo 2º: EL SUBCONSCIENTE PASIONAL

 

Resumen

Los mecanismos instintivos y emocionales y otros muchas mecanismos reflejos, sin que seamos conscientes de ello, elaboran en el laberinto del subconsciente  nuestro modo de pensar, nuestras apetencias, la conveniencia o inconveniencia que sintamos hacia ciertas razones, doctrinas, objetos, hechos o conductas. Después se representa todo ello en el escenario de la conciencia, con lo cual nos percatamos de lo cosas que ocurren en el interior de nosotros mismos, como los deseos y los sentimientos. Además, esa representación nos produce el delirio de que es la razón la principal gestora de nuestra mente. Pero en el fondo todo resulta ser pura conveniencia del organismo.

Deseamos a una mujer o a un hombre  hermoso, o un rico pastel, o ser el más amado o el más listo…,  pero es el instinto quien nos lo sugiere y nos lanza a conseguirlo. La ira nos lanza a la violencia o a la malquerencia, la compasión nos empuja a ofrecer y ayudar, el temor nos impele a alejarnos, la culpa nos infringe castigo, los celos nos lanzar a aprisionar a la persona amada… Y son también esas razones del subconsciente las que nos inducen el pensamiento correspondiente. El organismo, desde el subterráneo de la conciencia nos seduce y nos dicta lo que le resulta conveniente y nos empuja para que lo logremos.

En muchos aspectos apenas nos hemos alejado unos pocos pasos de nuestros cercanos parientes primates. Nuestros instintos y nuestras emociones son muy semejantes. Es en el deseo y en el temor y en los instintos y en la conciencia en donde radica la diferencia.

En el surgimiento del deseo se interrelacionan la conciencia y el instinto. En la conciencia, mediante los mecanismos de la imaginación y del pensamiento, se focaliza y se mantiene en candelero el objeto que el instinto señala como conveniente para la vida del individuo, el objeto que debe ser “poseído” en la consumación del deseo.

Todos los deseos están guiados hacia tres grandes finalidades: la sexualidad, la alimentación y la prominencia del propio individuo sobre los demás.

El temor es al miedo lo que el deseo al instinto. Mediante la imaginación se representa y es la imaginación quien lo fortalece o lo desvanece. El temor es un miedo al por-venir concitado imaginativamente. Percibimos una posible amenaza  y la conciencia produce mediante la imaginación situaciones de futuro en la que lidiamos con ella. En ese acto de lidia se gesta el temor, es decir, se concita al miedo.

Los sentimientos contienen emociones, un modo alterado de pensar ―con pensamientos acordes a la emoción sentida―, y ciertos grados de placer o dolor. Nacieron con vocación de ser reguladores de la conducta social. En otras palabras, un sentimiento es la marejada mental que nos sobreviene cuando el organismo percibe la importancia que un hecho social tiene para nuestra supervivencia y nuestro éxito reproductivo.

Añado un último apunte a este esquemático resumen: casi todos los sentimientos están cargados de temor y de deseo. La vergüenza, la culpa, la envidia, el orgullo, la soberbia… tienen todos que ver con el deseo de éxito social y con el temor al fracaso.

 

 

Evolución de la mente.- ANIMAL MORAL

Este libro que presento y del que soy autor, Animal Moral, no es un libro de filosofía al uso, muy al contrario, en él se desdeñan a menudo muchas  razones que la filosofía emplea. Se trata de un libro de ensayos que, dentro de su mucha variedad de temas, versa sobre la conducta humana. Tanto de la conducta individual como de la colectiva, pretendiendo sonsacar sus causas recónditas y sus circunstancias.

En él se dan cita la biología y las neurociencias, la psicología y la filosofía, cada una de ellas en la medida en  que  aportan datos relevantes para intentar descifrar  lo íntimo de dicha conducta. Pero el libro hace singular hincapié en dos factores del comportamiento que hasta la fecha han sido examinados muy superficialmente: el sentimental e instintivo, y el de las creencias que poseen los individuos sobre los asuntos del mundo.

Los ensayos son los que enumero:

  1. Evolución de la mente.
  2. El subconsciente pasional.
  3. Creencias mágicas y religiosas.
  4. Las creencias en el grupo.
  5. La médula de las creencias.
  6. Moral, instinto y orden social.
  7. Moral, sociedad e historia.
  8. Hegel y Marx.
  9. El psicoanálisis,
  10. Marcuse
  11. El «buenismo».

Para comprar el libro puede dirigirse a http://www.eraseunavez.org o a www.agapea.com

<a href=»http://www.safecreative.org/work/1411292620842-evolucion-de-la-mente-animal-moral» target=»_blank»>
<span>Evolución de la mente.- ANIMAL MORAL</span> –
<span>(c)</span> –
<span>Fernando Joya</span>
</a>

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Hoy expongo un resumen  un  resumen razonado del primer ensayo, Evolución de la mente, en el que desfilan las condiciones del medio, las dificultades que hubieron de superar nuestros ancestros en las distintas etapas de su evolución, y las necesidades que debían resolver para lograr eficacia biológica.

Apartados del medio selvático en que se habían desarrollado sus ancestros y arrojados por cambios geológicos y climáticos a una hostil sabana, los primeros homo habilis  sólo encontraron un camino evolutivo factible para hacer frente al medio.  Fue el de un crecimiento cerebral que propiciara novedosas capacidades con las que suplir la carencia de fortaleza, velocidad, envergadura, fuertes garras…, que poseían otros animales que  habitaban la sabana. No se ha de olvidar que aquellos primeros predecesores eran esencialmente presas.

Tal camino ya había sido iniciado por otros primates cercanos, y seguir cualquier otro hubiera conducido a un callejón evolutivo sin salida posible.

Pero un aumento cerebral requiere alimentos energéticos, lo que motivó que los de su linaje se hicieran carroñeros y, más adelante, cazadores.

Como carroñeros podían tener alguna eficacia individualmente, pero como cazadores individuales eran un desastre. Solo la caza en grupo aportaba la suficiente eficacia. No obstante, esa eficacia solo se podía producir si el grupo actuaba como un todo organizado. En ese sentido, las adaptaciones biológicas que propiciaran la organización grupal cobrarían ventaja evolutiva.

También lo cobrarían ciertas habilidades como el lanzamiento de dardos o piedras y la fabricación de ciertos útiles para la caza y la defensa.

Ahora bien, organizar un grupo para que una cacería resulte eficaz requiere de numerosas acciones secuenciadas, y, sobre todo, requiere poseer dos capacidades: la de comunicarse con los otros miembros del grupo y la prever los escenarios y sucesos que pueden acaecer.

La primera de estas capacidades se fue paulatinamente construyendo hasta dar lugar a un lenguaje externo de signos que pasó  luego a ser oral, y a un lenguaje interno que es el pensamiento. La segunda capacidad requiere poseer imaginación para el futuro. Pero esta imaginación, que es la capacidad de proyectar hacia el futuro los hechos y las relaciones del pasado, necesita apoyarse en sistemas cerebrales como la memoria y el sistema de la imitación. Así que resolver  la necesidad de hacer eficaz la partida de caza produjo evolutivamente  nuevos sistemas de procesamiento cerebral y una red de relaciones entre ellos.

Pero no se ha de olvidar una capacidad nueva que resultaba decisiva para la aparición de las antes mencionadas. Me estoy refiriendo a la capacidad de aprender. Sin aprendizaje no puede darse la comunicación ni la imaginación.

Para que pudieran emerger todas estas capacidades el neocórtex tuvo que crecer mucho más que en otros primates. No solo para  aprender los requisitos de la comunicación y para gobernar sus sistemas motores, sino también para el aprendizaje de habilidades de piernas, brazos y manos, y para la creación y el uso de las tecnologías.

Y no solo el neocórtex. Para que lo aprendido se fije y se convierta en habilidad, para que resulte eficaz, debe automatizarse, debe hacerse rutina, debe ser manejada como manejamos los pedales de un coche, sin pensar en ello, y para esta automatización se precisa el concurso del cerebelo, que hubo de crecer a un ritmo igual o superior al del neocórtex.

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En fin, la imbricación de  los nuevos sistemas con los antiguos, produjeron facultades nuevas. Haciendo uso de la imaginación, el miedo se proyecta al futuro en forma de temor. El instinto se sostiene imaginativamente en forma de deseo. A su vez, la necesidad de regular el comportamiento individual dentro del grupo hizo surgir los sentimientos…

La necesidad, el azar, el medio, contribuyeron a pergeñar un organismo que, con pequeñas variaciones de unos individuos a otros, presenta una forma de percepción, una forma de procesar la información que recibe, una forma de sentir, de actuar, de desear y temer, en resumidas cuentas, de comportarse, que es la que poseen los individuos de nuestra especie. Somos el producto de todo el proceso evolutivo mencionado, somos de la forma en que la necesidad y las circunstancias del medio nos hacen ser.


Evolución de la mente.- ANIMAL MORAL –
(c) –
Fernando Joya