EL PREJUICIO

Siendo uno de los recursos más útiles y utilizados en nuestra labor de vivir y sobrevivir, el prejuicio tiene mala prensa. Parece como si ya no fuese necesario, incluso, parece como si poseer un cierto conocimiento de los individuos o de los asuntos con los que vamos a tener que lidiar fuese cosa abyecta. Sin embargo, percibir de antemano las intenciones ajenas ―siquiera un esbozo de ellas―es una cuestión de vital importancia para nuestra supervivencia. Poseemos exquisitos resortes mentales para reconocer en los gestos de la cara, manos y brazos, en la prosodia de las palabras, en lo que expresan los ojos…, las intenciones que otro humano refleja hacia nosotros. Categorizamos etnia, sexo, color de piel, edad, grupo al que pertenece, comportamiento, y otras muchas señales que ‘el otro’ nos envía, y lo elevamos todo a una nueva categoría en función de la seguridad o inseguridad que nos suscita. Así que el prejuicio actúa como advertencia de lo que podemos encontrarnos y, por ello, como guía de nuestra acción futura.

Pero tal vez otra forma de prejuicio pase más inadvertida:  la apreciación que hacemos de los valores artísticos y culturales. En un museo, uno puede haber pasado por delante de una obra pictórica sin llamarle en lo más mínimo la atención y, tras percatarse de que se trata de una obra maestra de un renombrado autor, volver a ella con muestras de gran interés, deteniéndose en sus detalles, apreciando ahora una belleza y significación que antes le pasó inadvertida. Uno puede empezar a leer Por el camino de Swann, de Marcel Proust o el Ulises de Joyce sin conocer la fama de tales libros y tales autores, y juzgar al poco que le parecen aburridos, pero ¡ah!, cuando un supuesto entendido le informa de lo indispensable de esas lecturas, del reconocimiento de que gozan los citados autores, de la innovación literaria que aportaron…, entonces, todo cambia. Entonces, al decidirse a leer esos libros de nuevo, las palabras transitadas anteriormente poseen otra magia, en las oraciones aparecen encantamientos inusitados, los párrafos destilan ahora aromas y significados nuevos. Ahora, el prejuicio formado con la información recibida actúa como una varita mágica que transforma lo que era tosco y aburrido en delicia para los sentidos. Algo semejante se podría decir de tantas y tantas expresiones artísticas que, por haber alcanzado reconocimiento social, se consideran excelsas.

Pero tal fenómeno tiene lugar también con las ideas filosóficas, con el psicoanálisis, con el llamado materialismo científico de Marx… el prejuicio construye en buena medida el juicio que el individuo emitirá acerca de la verdad o de la falsedad encerradas en ellas. Ahora bien, en estos casos interviene también, y muchísimo, la ideología que el tal individuo tenga a gala defender, es decir, su pertenencia o no al rebaño que sigue tal o cual ideología. O, con otras palabras, las aberraciones cromáticas y esféricas de las lentes ideológicas con que miran el mundo.  

Toda esa información que nos llega antes de enjuiciar a un sujeto o a una sociedad, una novela, un cuadro, una escultura, un mérito…, constituye el prejuicio que tenemos de antemano acerca de aquello sobre lo que vamos a emitir tal juicio. Evidentemente, en la mayoría de ocasiones nos resulta imprescindible como guía para mantener nuestra opinión acorde y conciliada con la opinión social, aunque, también, puede ser que nos den gato por liebre, puede ser que la información provenga de unos pocos ‘entendidos’ que tengan un interés especial en tergiversar la información de comunican, y que, de esa forma, consigan engañar durante mucho tiempo a la mayoría de no entendidos; puede ser que el prejuicio que nos imbuyen sea torticero, que sea un fraude interesado. Desde mi humilde opinión, para acercarse al conocimiento y a la verdad, yo aconsejaría confrontar siempre el prejuicio con la realidad a examinar y sobre la que opinar, pero no dejar que el prejuicio, mediante su influencia, determine en todas sus partes el juicio que solo a la razón corresponde tomar.

LÓGICA DE LA CONFRONTACIÓN

El atentado contra Trump y el reciente asesinato de Charles Kirk han sido obra de dos jóvenes fanatizados, dos jóvenes mutilados mentalmente mediante una ideología que predica el odio. Se sentían redentores del mundo tenebroso que para ellos representaban las dos víctimas. Si bien tales hechos parecen aislados no significa que sean fortuitos, pues obedecen a una lógica de confrontación bien estudiada y planificada por muchos intelectuales desde un siglo a esta parte. Gramsci, Marcuse, Laclau, Judith Butler y Foucault son algunos de los más conocidos creadores y promotores de tal lógica. Pero otros muchos han contribuido también a su desarrollo: catervas de intelectuales como aquellos judíos de la Escuela de Frankfurt, los filósofos posmodernistas y conocidas postuladoras de la ideología de género.

En líneas generales, la finalidad de esa lógica ha sido –y es– la de imponer contra viento y marea el socialismo en Occidente. Bien podemos decir que pasando por encima de cualquier razón y de cualquier barrera. Los apóstoles del socialismo mencionados dirigen sus esfuerzos a la destrucción del capitalismo y de los valores sociales existentes, aunque no se distinguen precisamente por la coherencia de sus doctrinas. El Marcuse más pragmático es elocuente al respecto: si los proletarios de Marx han abandonado su fervor socialista (sus palabras: han perdido su negatividad contra el sistema), los cambiamos por feministas, inmigrantes, ecologistas, delincuentes, parados, lumpen…Los miembros de la Escuela de Frankfurt: si la Ilustración era nuestro baluarte, ahora nos estorba. El posmodernismo filosófico: dejemos de llevar la razón como estandarte; pongamos en su lugar la emoción, el sentimiento, el relato. Las promotoras de la ideología de género: plantemos la semilla de la locura y del absurdo en todos los corazones. En resumen, todo vale si es para la causa del socialismo.

Para esa causa, dos hechos muy importantes tuvieron lugar al principio de la década de los noventa, Fidel Castro y Lula da Silva organizaron el Foro de Sao Paolo (al que acudieron Dima Rousseff, Bachellet, Correa, Daniel Ortega, los Kirchener, Hugo Chávez…), un foro de comunistas y guerrilleros en el que acordaron pasar de puntillas por la guerrilla y el comunismo, y beber del cáliz de ecologismo y del feminismo. Les iba en ello la supervivencia. El segundo hecho o episodio fue la infiltración del nuevo socialismo en los departamentos de humanidades de las universidades norteamericanas (en las universidades francesas ya estaba instaurado).

El foro de Sao Paulo, donde se crearon artimañas, fraudes y estrategias de confrontación, fue resultó productivo, muchos mesías del nuevo socialismo llegan al poder. Lula da Silva en Brasil en 2002; Nestor Kirchner en Argentina en 2003; Tabare Vázquez en Uruguay en 2004; Evo Morales en Bolivia en 2005; Michelle Bachelet en Chile en 2006; Rafael Correa en Ecuador y Daniel Ortega en Nicaragua en ese mismo año; Mario Funes en El Salvador en 2009; Cristina Kirchner en Argentina en 2007; José Mujica en Uruguay en 2009. Pero una serie de circunstancias, la desaparición de Chávez en 2013 y la de Fidel Castro en 2016, la pobreza, la falta de libertades, la miseria sobrevenida en Venezuela con Maduro, la corrupción de algunos de esos mesías[1], el cierre de medios en Venezuela y Nicaragua, el narcotráfico bajo la protección del Estado en Bolivia y Venezuela, hizo que casi todos los nombrados perdieran el poder en los años siguientes.

Pero los foros seguían produciéndose. En 2019 se celebra uno en el Estado de Puebla, en Méjico. El llamado grupo de Puebla ve llegado el momento de recuperar el poder en Iberoamérica y de realizar una transición rápida hacia el socialismo. ¡Y la inteligencia del enjambre se muestra! Los mesías socialistas del río ideológico iberoamericano mandan agitar el frasco. Con pocos días de diferencia, en octubre de 2019 estallan revueltas en Ecuador y Chile. En Ecuador, para derrocar al gobierno de Lenín Moreno, que estaba subordinado a Correa pero que lo traicionó al permitir que la Justicia lo persiguiera. En Chile, para tumbar al presidente Sebastián Piñera, que había mostrado una gran debilidad al firmar la agenda 2030[2] a instancias de Michelle Bachelet de la ONU. En noviembre una nueva revuelta en Colombia y a principios de 2020 en Perú. El resultado de las revueltas fue que en Chile ganó las elecciones de 2022 el izquierdista Gabriel Boric Font, y en Colombia ganó el izquierdista Gustavo Petro; y en Perú, el mismo año, ganó el izquierdista Pedro Castillo. La eficacia de agitar el frasco es inmensa; los tibios, los biempensantes, los pusilánimes, se acobardan con las revueltas y prefieren la victoria de la Izquierda como mal menor. ¡Piensan que no irá tan mal!

Lo novedoso de estas revueltas es que en todas ellas hacen participar al elemento indígena y se practica el victimismo contra España. Cualquier triquiñuela vale.

En el mismo periodo, como si se tratase de una acción conjunta, el Black Lives Matter y los grupos Antifa, principales agentes de la revuelta, tomaron especial relevancia con la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco el 26 de mayo de 2020 en Minneapolis. La revuelta fue la ocasión perfecta para el propósito del Partido Demócrata de poner a Trump contra las cuerdas y sacarlo de la presidencia norteamericana unos meses después.

Adelantémonos al presente. Las tensiones, los conatos de revuelta, los enfrentamientos sin motivo aparente que se están produciendo en España, en Francia, en algunos países sudamericanos como Argentina y en Norteamérica, tal parece que obedezcan a la preparación de otro salto revolucionario con la finalidad de conquistar el ‘cielo’ del socialismo. Mucho me temo que este que viene va a ser un otoño muy caliente. Las tribus mediáticas, los adalides de lo woke, del victimismo y de la locura de género, se están movilizando a marchas forzadas (la excusa de Palestina por ahora), la Europa de la agenda 2030 promete más censura y menos libertad y democracia, en Norteamérica las universidades arden. Las deudas de algunos países ya han desbordado lo sensato y serán buena excusa para instaurar el socialismo. Todo parece ya dispuesto para dar el golpe. Francia o España pueden encender la mecha.

En el libro IDEOLOGÍA Y REVOLUCIÓN se exponen estas y otras muchas razones y hechos con muchísimo más detalle. La génesis de estos movimientos, sus características, las ideas y los pensadores de donde nacieron, su implantación social, las alianzas con las élites financieras…


[1] Lula da Silva ha pasado varios años en la cárcel por ese motivo, y Correa es prófugo de la Justicia de su país.

[2] En palabras de el Secretario General de la ONU, António Guterres, la agenda 2030 contiene unos Objetivos de Desarrollo Sostenible que son la vía para lograr una globalización justa y un futuro mejor para todos: superar la pobreza y la desigualdad, combatir la crisis climática, avanzar hacia la igualdad de género y construir sociedades pacíficas, justas e inclusivas, libres de discriminación y odio, en armonía con la naturaleza. Por delante tenemos menos década de acción para hacer realidad esa visión.

JETAS, BOLAS DE NIEVE,  NECIOS Y CIVILIZACIÓN

Sobran motivos para creer que este país está rodando hacia el abismo. Son hechos evidentes que están arrancando con descaro nuestras raíces culturales e históricas; que la convivencia social se está yendo al garete en todas partes; que se están cercenando nuestras libertades y derechos…

Los psicólogos dicen que los humanos somos los únicos seres vivos capaces de prever las consecuencias de nuestros propios actos, pero eso solo es cierto, y no siempre, en cuanto al efecto inmediato y en casos muy simples. De otro lado, más que en la previsión, la filosofía, a fin de singularizar al ser humano y ponerlo en relevancia, siempre ha puesto el énfasis en designar a la razón como principal gestor de nuestro comportamiento, aunque, en realidad, los verdaderos gestores y promotores de nuestros actos son los deseos y los sentimientos.

En atención a lo dicho, la actualidad social nos muestra que la gran mayoría de personas no perciben las consecuencias que acarrearía el llevar a cabo las acciones que propugnan, las ideas que defienden o las empresas que acometen. Para ponerlo de manifiesto voy a utilizar como ejemplos tres acontecimientos de la actualidad (de entre una infinidad que podrían servir a ese propósito). Acontecimientos tales como la entrada indiscriminada de migrantes africanos ilegales, como la permisividad para con las formas culturales de los migrantes musulmanes que chocan de frente con nuestras leyes y con los valores de nuestra civilización, y, por último, el trato discriminatorio en favor de la mujer en muchos tipos de situaciones y de actividades. Tales sucesos, si bien se trataron de justificar al principio con un argumentario de ‘necesidad’, compasión universal y justicia, pronto su dinámica les sacó de quicio y pronto produjeron efectos devastadores en nuestra sociedad.

Vayamos al lío. De manera directa o con subterfugios, un gran número de personas del ámbito ‘progre’ se han expresado a favor de abrir de par en par las fronteras a la inmigración ilegal. Unai Sordo y Pepe Álvarez, secretarios generales de CCOO y de UG respectivamente, Pedro Almodóvar y otros muchos han hecho declaraciones en ese sentido. Los englobo en el tipo IDEOLÓGICO-JETA que luego explicaré.  En fin, preguntémonos ¿cuáles serían las consecuencias de llevarse a cabo dicha apertura? Voy a utilizar un símil al respecto.

Soltamos una piedra desde la cima de un montículo nevado con buena pendiente. La piedra echa a rodar pendiente abajo, adhiriéndose a ella la nieve del sendero que traza, de manera que va formándose una bola blanca que crece y crece hasta hacerse gigantesca e imparable. Soltar la piedra es como abrir las fronteras a los inmigrantes ilegales. Más de mil quinientos millones de personas habitan África. Una parte significativa de ella se verían arrastrados por ese ‘efecto llamada’. La bola de nieve sería de un tamaño monstruoso. ¿Es eso lo que pretenden los JETAS nombrados?

Otra piedra semejante: la permisividad social y legal, así como el favoritismo económico, hacia la inmigración musulmana. Como ocurre en muchas ciudades europeas, en algunas españolas ya existen barrios exclusivos en donde rige la Shariá en lugar de las leyes de nuestro país, en donde incluso se practican algunas costumbres bárbaras como la ablación del clítoris o los matrimonios forzados. Sin embargo, lo que resulta más perverso desde el punto de vista social es que en esos barrios fulge de forma mayoritaria la intención de acabar con la democracia y con la civilización occidental y, por el crecimiento demográfico que experimentan (crecimiento regado con ayudas surgidas de nuestros impuestos), en no mucho tiempo lo conseguirán.

La tercera piedra: las leyes discriminatorias a favor de las mujeres y de la llamada ideología de género. Nadie a estas alturas desconoce el gigantesco muro de desconfianza que se levanta entre personas de uno y otro sexo en ciertos temas y relaciones…; los cientos de miles de denuncias falsas sin perjuicio alguno para las que así denuncian (oficialmente no hay denuncias falsas, ya que se obvia investigarlas, pero hasta el mismo ministro promotor de la ley y uno de los magistrados del tribunal constitucional que la dio por buena, las han sufrido, así como otros ardientes defensores de dicha ley). Con las ingentes cantidades de dinero recibidas por las feministas radicales se ha promocionado el odio hacia los hombres, la disminución de nacimientos, la desaparición del mérito para optar a un puesto, la introducción de la ideología de género en los colegios…, con el resultado, silenciado, de más de ochenta mil intentos de suicidio de jóvenes cada año.

Sin prever las consecuencias, los políticos, los activistas ideológicos y los necios que no ven más allá de sus narices, han promovido que se lanzaran estas piedras que ahora son bolas enormes de nieve y que están arrasando la convivencia en España. Los políticos, por cobardía algunos y todos buscando un rédito electoral a corto plazo. Los activistas, por mero odio, por mero deseo destructivo y con la pretensión de vivir a costa de su griterío. Los necios, por simpleza. Así que la bola de nieve sigue aumentando de tamaño y arrasando nuestras raíces, nuestra cultura, nuestra civilización y nuestra convivencia. El globalismo, con sus multimillonarios y sus tecnócratas bien parapetados, aporta las piedras y retira los obstáculos para que rueden sin impedimentos, pero es la ideología quien las lanza. Una ideología que carga de odio y de sentimientos destructivos los corazones de sus leales. Y si los activistas son generalmente ciegos cuando no locos, pues el resentimiento ideológico les pone una venda en los ojos y en sus corazones desarraigo, son los JETAS los más perversos, pues atisban la destrucción que ocasionará la bola de nieve rodando cuesta abajo y no hacen nada al respecto, al contrario, favorecen su rodadura.

Se está llevando a cabo el desmantelamiento de una civilización forjada durante miles de años sin que muchos de los promotores de tal felonía tengan previsión alguna de la irremediable ruina social que acarreará, aunque otros muchos, aquellos cuyo único sentido de la vida es el destruir, estén al tanto y disfruten con ello, si bien, sufrirán las consecuencias también. Porque en esa sociedad europea y española nos convertiremos en siervos de la gleba, aunque sin raíces con que alimentar el espíritu, sin libertades, controlados al detalle, empobrecidos. Esa sociedad ha sido posible por la servidumbre y la cobardía de políticos que se enrocan en “a lo hecho, pecho” o por una ignorancia sectaria que les impide mirar la realidad. Y la hacen posible las huestes de activistas, ciegos de ideología y resentimiento. Y, también, los simples que obedecen sin entender y los pusilánimes que no saben decir “esta boca es mía”. Por la acción irresponsable de todos ellos se está derrumbando la civilización occidental.

EXPIACIÓN

Llovía con inusual fuerza esta mañana (las hortensias de mi pequeño jardín agradecen el regalo del cielo) cuando de pronto me vino a la cabeza la gran estupidez alegada por Manuel Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, con la finalidad de dar pábulo al supuesto peligro de un supuesto cambio climático de origen antropogénico: “ La madre Pachamama se está vengando”. Tal declaración es toda una muestra de pensamiento mágico: una deidad, la Pachamama o Madre Tierra, nos castiga por el pecado de producir C02 y, como expiación, nos exhorta a ser más pobres para apaciguar a la deidad dicha.

Otros tipos de pensamiento mágico se propagan mucho últimamente. Buen ejemplo de él es esa majadería de culpar al varón blanco heterosexual de hoy en día de crímenes horrendos cifrados en la conquista de América, en las Cruzadas o en el comercio de esclavos, hechos que tuvieron lugar hace varios cientos de años. Creo que el proceso psicológico que conduce a lanzar tales disparates es complejo.

En primer lugar, la ideología de los agraviados delimita y separa en el corazón de su rebaño de súbditos el Bien y el Mal, los Buenos y los Malvados (lo hace de forma tan torcida que coloca a los musulmanes en el lado de Bien, cuando el propósito y la acción del islam ha sido siempre la expansión mediante la conquista, cuando eran los musulmanes quienes capturaban a los africanos y los vendían a los comerciantes de esclavos).

En segundo lugar, la ideología exige que los blancos occidentales de Occidente han de expiar su culpa por tan abominables crímenes del pasado humillándose ante los supuestos descendientes de aquellos agraviados de entonces, negros, árabes e indígenas americanos principalmente. Esto es, los que tienen el mismo color de piel de los agraviadores de hace quinientos o mil años, deben humillarse ante los que hoy tienen el mismo color de piel de aquellos a los que se agravió cientos de años antes. La foto nos muestra  a la señora Pelosi, presidente entonces de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, arrodillada, con la cabeza inclinada, pidiendo perdón a los miembros del Black Lives Matter  por no se sabe qué ofensa cometida contra ellos.

En tercer lugar, una vez que el “culpable” ha reconocido su culpa y se humilla, actúa la tendencia a la autojustificación de los pecados propios o elusión de responsabilidad personal, unida a la expiación suprema que la ideología dicta. Esta expiación del varón blanco heterosexual de Occidente consiste en declararse él mismo en víctima inocente, ¿víctima de quién? Víctima del enemigo ideológico: el capitalismo. Aquí paz y después gloria.

La ideología ha encauzado los corazones de sus huestes contra su gran enemigo, el capitalismo. Si eres anticapitalista formas parte del Bien, de los buenos, ya no eres culpable de las malvadas acciones de “tus antepasados”. Por fin, el pensamiento mágico ha convertido la gaseosa argumental en dinamita política.

FEUDALISMO POSMODERNO E IGLESIA DE LOS AGRAVIADOS

En Europa, durante varios cientos de años, el trabajador de la tierra estuvo sometido a dos principales gravámenes: el diezmo a la Iglesia y el pago en especie y servicios a los nobles feudales. Aquellos campesinos de entonces somos los ciudadanos de ahora, pero, ¿existe una nueva Iglesia que ejerza el papel de constricción que ejercía aquella? y ¿existe una nueva nobleza feudal a la que estemos sometidos en derechos, riqueza y libertad?

Indudablemente, los grandes señores del Globalismo, representados en el Club de Roma, el Club Bilderberg, el Foro de Davos, el Alto Comisionado de la ONU y en otras instituciones transnacionales, no ocultan su labor de control del ciudadano, de recaudar gabelas, de administrar, conceder o denegar derechos y libertades, de establecer conflictos militares, e incluso de dictar nuestro canon moral, cultural y económico. En toda la amplitud del término, ejercen de señores feudales, aunque no veamos sus castillos sobre altozanos y aunque aquellas pequeñas villas se hayan convertido en monstruosas ciudades. Yanis Varoufakis, ex ministro de Finanzas de Grecia, en ese mismo sentido, lo restringe a lo que denomina Tecnofeudalismo, una nueva forma de Capitalismo en donde los dueños del capital ejercen su poder desde la Nube. Como aquellos otros del pasado, este nuevo feudalismo nubelista no obtiene beneficios, sino rentas, pues el beneficio es vulnerable a la competencia del mercado mientras que Google, Android, Apple, Meta, Amazon y otros, no compiten, se encuentran en la cúspide de la nube y obtienen sus rentas  de los usuarios. En cualquier caso, en el fondo, no se perciben diferencias significativas entre la función y el poder de los señores feudales de la Edad Media y la de estos otros de nuestros días. En mi libro Ideología y Revolución destaco el papel de la nueva Iglesia que hoy impone como dogmas cada uno de los puntos de su credo. Es una Iglesia que se ha ido formando a partir del posmodernismo filosófico, que unifica en dicho credo al ecologismo, al feminismo de género, al animalismo, y al socialismo, y a la que denomino Iglesia Unificada de los Agraviados (IUA). La IUA adora a una nueva deidad, el Planeta; amenaza con su particular Apocalipsis, el Cambio Climático; pretende ejercer imperio moral sobre los ciudadanos; tiene su propia Inquisición encargada de denunciar, reprimir, cancelar, linchar a cualquier disidente o a cualquiera que no cumpla con sus dictados de corrección política; y, sobre todo, constriñe nuestra libertad y nuestros derechos en un grado que recuerda al del catolicismo en la Alta Edad Media.

Bien, el nuevo feudalismo globalista y la IUA, como en la Edad Media, tienen un pacto de unión para el dominio de la población. Como en aquella época, una bicefalia intenta dirigir Occidente concretando una agenda (2030-2050) que acabe con los antiguos valores e imponga otros nuevos; que disminuya drásticamente la población mundial; que nos haga más pobres, dóciles, ignorantes y serviles. Estamos inmersos en el proceso.

Marcuse, el predicador iracundo

Herbert Marcuse fue un filósofo alemán que por su ascendencia judía tuvo que refugiarse en EEUU. De la lectura de uno de sus libros más rutilantes, El hombre unidimensional, uno saca la conclusión de que odiaba a todo el mundo, y fruto de ese odio le nació la pretensión de imponer, urbi et orbi y a toda costa, el socialismo. Lo del odio no es una exageración; en el libro mencionado arremete contra la ciencia, la tecnología, el análisis lingüístico, contra la filosofía analítica, contra el operacionismo, contra Wittgenstein, contra Erich Fromm, contra las amas de casa que ven la televisión y contra los obreros, que han perdido su negatividad (que no le hacen puñetero caso).

En las últimas páginas del libro, decepcionado con los proletarios de Marx, proclama quienes han de formar la nueva vanguardia proletaria: los proscritos, los extraños, los perseguidos de otras razas y colores, los parados y los que no pueden ser empleados (es decir, delincuentes, homosexuales, migrantes, minorías étnicas, minusválidos, feministas, medioambientalistas…). Dicho con claridad: si los proletarios de Marx no están por la labor, escogemos otros. Imponer el socialismo que bulle en mi cabeza es lo que importa.

El método que predica para lograrlo es el método clásico del socialismo: revolución y reeducación. “Quitarles las diversiones para que estallen, dice, para sumergir al individuo en un vacío traumático”, prohibir, atacar a quienes no comulgan con nosotros, conseguir que el malestar cambie su conciencia (vamos, no tendrás nada y serás feliz).

En otro de sus libros, Eros y civilización, realiza juegos de magia y de alquimia con el metapsicoanálisis freudiano, lo mezcla con Orfeo y Narciso, con el juego erotizado, y con el mejunje así preparado nos quiere convencer de que la llegada del socialismo es inevitable (aquí reluce ya la agenda 2030).

El caso es que, puesto que las formas tienen mucho más éxito que el fondo, sobre todo si son estrambóticas, los dos libros mencionados fueron la Biblia de los jóvenes universitarios de los años sesenta y setenta (quiénes si no: están en edad rebelde, tienen aún la cabeza hueca, creen en todo tipo de fábulas y se piensan sabios), latiendo con fuerza en Berkey en el 64 y 68, en París en mayo del 68, y en la formación y desarrollo del movimiento hippie.

En fin, Marcuse fue el primer heraldo y clarín anunciador y promotor de la locura Woke de la Iglesia Unificada de los Agraviados (IUA) que rige nuestros destinos morales en la actualidad. Después de su Evangelio surgieron los filósofos posmodernistas franceses, compitiendo entre ellos por destruir la razón e imponer su locura en la sociedad occidental, pero ésta es otra historia para ser contada en otro momento.

FEMINISMO E ISLAM

           

Hace ya la friolera de quince años, asistí a una conferencia acerca de “La mujer en el cristianismo y en el islam”, impartido por una catedrática de Derecho de Zaragoza. Después de casi una hora de lanzar pestes sobre la situación de la mujer en el cristianismo a lo largo de la historia, le tocó el turno al islam. Al poco, se me debieron de poner los ojos como platos, pues, con todo tipo de alabanzas, aseveró que el velo en la mujer musulmana era una cuestión cultural y climática, ya que en sus países el calor es sofocante y es necesario mitigarlo cubriéndose de pies a cabeza. Remachó la celebración del islam asegurando que “es la religión de la paz”.

No fue hasta unos años más tarde que ese amor no correspondido del feminismo hacia el islam se hizo patente en la sociedad española. Bien sabemos ahora de la ocultación sistemática que las feministas llevan a cabo de los delitos de tipo sexual cometidos por musulmanes.

El psicólogo Jordan Peterson aduce al respecto la teoría de que, al rechazar, de puertas afuera, la figura del macho, tal figura es sublimada, y su potencia se manifiesta en sueños y en idealización (y admiración no disimulada) del más macho entre los machos, el musulmán, debido a sus derechos sobre su mujer. A mi modo de ver, tiene parte de razón. Corren por las redes sociales ciertas charlas entre feministas en que dicen tener sueños donde son violadas con gran placer por su parte. Naturalmente, achacan este tipo de sueños a la herencia recibida de la sociedad patriarcal en que hemos vivido.

Sin embargo, creo que en ese amor mencionado intervienen otros factores que no contempla Peterson. Sospecho que uno de ellos es la ideología. Los padres más directos de esa sacrosanta alianza entre el feminismo y la nueva izquierda en nuestros días fueron los filósofos posmodernistas franceses. Prácticamente, todos ellos tenían una relación muy fuerte y lisonjera con el islam, sobre todo con el islam argelino. Foucault, cuya relación con Argelia no fue tan intensa, el Foucault que veía relaciones de poder en los rincones más insospechados, entonó, sin embargo, loas inmensas al islam del ayatolá Jomeini cuando tomó el poder en Irán. Debió de parecerle que todo en él era ausencia de poder y foco de libertad.

Así que entenderemos mejor la fijación ideológica del feminismo con el islam si tenemos en cuenta que la izquierda no abjura nunca de sus ideas (que suelen ser frecuentemente lemas): que por mucho que las ideas de Marx hayan sido rebatidas mediante la razón y los hechos; que por mucho que el comunismo, allá donde se ha ensayado, ha traído siempre la miseria y la falta de libertad; que por mucho que los derechos de las mujeres destaquen hoy sobre los de los hombres; que por mucho que el cambio climático no acabe de despegar y se revele, cada día más, como un interesado fraude…; digo que la nueva izquierda seguirá anclada a dichas ideas. Así que, en buena medida, creo que el feminismo —y la izquierda dicha, en general—defienden al macho-muslim y ocultan sus tropelías por fidelidad o filiación a las doctrinas del posmodernismo filosófico francés. (No nos olvidemos, también, que en la Libia de Gadafi se entrenaban los terroristas de izquierdas, y eso deja su huella)

Otro factor a considerar es el caos mental y la locura que preside muchas de las acciones y afirmaciones del feminismo radical. No hace falta insistir en ello, por poner dos ejemplos, me remito a las declaraciones de Irene Montero y a esos bailes guerrero-feministas que hemos contemplado el 8M. Bien, un disloque mental semejante ha sido exhibido por las adalides del feminismo radical durante los últimos tres cuartos de siglo, acabando sus días muchas de ellas en manicomios.

A personas de tal cariz mental, la pacífica sumisión que presenta la mujer musulmana ante el hombre puede ser motivo de envidia, les debe parecer paradisiaca. Tranquilidad y seguridad frente a caos mental y permanente rabia. Escogen lo primero para sus adentros, pero, dada su posición social e ideológica, no lo pueden declarar, así que lo idealizan y, dejando de mirar la realidad (algo tan frecuente entre los ideologizados), claman a voz en grito en pro de los palestinos y se lanzan a justificar y ocultar los delitos de los musulmanes y…, ya cegadas por el brillo de la idealidad que han trazado en su mente y negando cualquier evidencia en contra que presente la realidad, abogan por que vengan a vivir a España todos los habitantes del Magreb.

Confieso que la única medicina que encuentro para tal enfermedad es la de obligarlas a vivir un par de años en un país musulmán. Si tal dosis de realidad no surgiese efecto, es que ya su cura no tendría remedio.

PRESENTACIÓN DEL LIBRO

El libro que presento, “Ideología y Revolución” nos explica los rasgos característicos de las principales ideologías, con particular interés en la que algunos denominan Socialismo del siglo XXI. Es ésta una ideología que ha hecho suyas muchas de las propuestas del feminismo y del ecologismo.

Asimismo, el libro contiene un estudio histórico de las aportaciones con que algunos grandes pensadores han contribuido a dar contenido, forma y evolución a dicha ideología:  Rousseau, Marx, Engels, Gramsci, Marcuse, Adorno, Foucault y varios filósofos del posmodernismo francés. Tampoco faltan las críticas al posmodernismo, la del físico Alan Sokal (el affaire Sokal) o las del filósofo norteamericano Stephen Hicks.

La segunda parte del libro hace hincapié en la revolución llevada a cabo en Occidente en nombre de la ideología dicha. Las estrategias de difusión e impregnación social empleadas para conseguir lo que Gramsci denominó Hegemonía Cultural. Y da cuenta, también, de los fenómenos sociales de candente actualidad, tales como el feminismo de género, la diversidad identitaria, la victimización y otros. El autor agrupa todos los movimientos referidos en una formación que denomina “Iglesia Unificada de los Agraviados”, debido a las similitudes que presenta con algunas organizaciones de tipo religioso.

La última parte del libro, que el autor titula “El tránsito hacia un mundo feliz”, nos habla de la estrecha alianza que se ha establecido entre la “Iglesia” nombrada, las élites de la Tecnocracia y el Capitalismo Globalista, tratando de llevar a término la imposición de las Agendas 2030 y 2050 de la ONU. Alianza cuyo propósito es el de implantar un control moral, social y económico sobre la población. El libro explica cómo se producido dicha alianza, los motivos que la han propiciado y los efectos sociales que está teniendo y tendrá en el futuro más o menos cercano.

Se puede encontrar el libro en numerosas librerías de Madrid, Barcelona y Zaragoza, así como en el Fnac y en Amazon (también en Kindle)

IDEOLOGÍA Y REVOLUCIÓN

Tras seis años de gestación y dos más de espera para ser publicado, aquí está mi libro, IDEOLOGÍA Y REVOLUCIÓN, de Editorial Adarve. Podríamos hablar de dos partes. En la primera se analiza a toda una pléyade de intelectuales (Marx, Marcuse, Gramsci, Foucault, Derrida…) abducidos por la idea del ‘todos iguales’, tratando de crear un nuevo ‘proletariado’ con el que llevar a cabo una nueva revolución igualitaria. En la segunda parte, una vez reunido el rebaño, se describe el proceso de implantación de los nuevos dogmas culturales y morales. Ecologismo, ideología de género, animalismo, neocomunismo…, envueltos en sus banderas  y en sus sensibilidades, se alían con el propósito de destruir los valores del sistema liberal-democrático, así como el sistema económico capitalista. Finalmente, se amplía la alianza a tecnócratas y multimillonarios representados en Davos y en otros foros como la ONU y el Club Bilderberg, empeñados todos ellos en crear un control mundial de la población, sin naciones ni fronteras.

https://editorial-adarve.com/entrevista-a-f-j-zamorano-autor-del-libro-ideologia-y-revolucion/

¡Cuánto agradecería que lo promocionaseis a vuestros contactos!

EL GRAN CAMBIO DE RUMBO DE EUROPA: 2030

¿Por qué llegan tantos inmigrantes a Europa? ¿Por qué se quiere imponer a la sociedad de Occidente una denominada Agenda 2030 a espaldas de la gente y de la democracia?¿Cuál es la razón de que se estén destruyendo paulatinamente los valores que regían en nuestras sociedades? ¿Por qué se implementan políticas sociales que parecen esbozadas por dementes? Miremos, desde sus orígenes, cómo se ha ido gestando todo este cambio.

El enorme flujo migratorio hacia Europa, singularmente hacia España, solo limitado por el temor de los gobernantes a que la población autóctona reaccione en su contra sin estar del todo maniatada, no tiene como principal objetivo el disponer de una mano de obra barata. Tampoco se debe a una supuesta mentalidad compasiva de las gentes hacia quienes, debido a sus míseras condiciones de vida, aparecen en nuestras fronteras en busca de mejores condiciones de vida. Tal compasión —tal clamor de la conciencia occidental, cual gimoteo que pretende justificar, sin visión de futuro alguna, el acoger a todo necesitado que llegue a nuestras puertas—ha sido grabada a fuego en la conciencia de las gentes mediante un despliegue de propaganda infinito. Pero no es la compasión quien trae la inmigración, sino que es tan solo un medio de ayuda para otro fin. Y tal fin se empezó a diseñar hace ya casi cien años.

En las últimas páginas de uno de sus libros más célebres, Marcuse señala quiénes serán las nuevas vanguardias revolucionarias: “Los proscritos y los extraños, los explotados y los perseguidos de otras razas y otros colores, los parados y los que no pueden ser empleados”. Estos nuevos ‘Bienaventurados’ nombrados en el Sermón de la Montaña, son para Marcuse y serán para el Socialismo del siglo XXI los nuevos proletarios a rescatar de las garras de la bestia del Capitalismo.

Pero, bien, antes de seguir por esta vereda, echaremos un vistazo a lo voluble, volátil e insustancial que son muchas de las ideas que han triunfado a lo largo de la historia y que adquirieron enorme potencia en los corazones de las gentes.

Bien es cierto que las ideas acerca de la relación social ni son buenas ni son malas per se, sino por el efecto social que producen. La mayoría de las que adquirieron un gran relieve social y las que con mayor pasión arrastraron a las masas, concluyeron en desastres inmensos. Basta con nombrar al Comunismo y al Fascismo para percatarse de lo que digo. La historia nos muestra que algunos hombres de talento se amarraron a una idea como se amarra el náufrago a una tabla de salvación en su afán por sobrevivir, sin que les importe el material o las características de la tabla (siempre que una idea o creencia echa raíces profundas en la conciencia, pasa a dominar ésta).

Dos personas del talento de Karl Marx y de Herbert Marcuse se agarraron a la tabla de salvación del socialismo. Su ‘supervivencia’, el deseo de ser conductor de masas, de pregonar su visión redentora, de ser el mesías del pueblo elegido y de ser venerado, se cifraba en ello, en la idea del socialismo, sentida como una revelación (el linaje de ambos es judío, y todas sus ideas están imbuidas de judaísmo religioso). Poco importaba el material de construcción de la tabla, poco importaba a quién liberaría el socialismo, poco importaba el Pueblo Elegido. Para Marx, el proletariado, para Marcuse, los proscritos, los sin patria…Lo importante era la idea del socialismo, esa idea que les engrandecería a ellos, que les colocaría en un altar. Tampoco les importó mucho la falta de concordancia entre su prédica redentora y sus hechos, ni tampoco la falta de claridad y coherencia que se desprende de sus escritos. Marx dilapidó la fortuna de su mujer, exprimió la cartera de Engels, tres de sus hijas murieron de miseria y…siempre se negó a tener un trabajo remunerado para mantener a su familia (de haberlo hecho, hubiera experimentado ese cacofónico canto de cisne llamado alienación que, como goma de mascar sin sabor alguno, estirándolo convenientemente, se ha tratado de explicar el sufrimiento del pueblo sometido). Marcuse predicaba el socialismo, pero vivía a cuerpo de rey en la soleada California, adorado por la juventud estudiantil, al tiempo que no paraba de lanzar diatribas contra el capitalismo.

La tabla de salvación socialista ha sido también el vehículo que han tomado innumerables intelectuales deshonestos. Su falta de razones y de argumentos hace pensar que hubiesen defendido una idea antagónica con el mismo descaro con que defendieron ésta. Bueno, en fin, para no alargarme, el caso es que arrastraron hacia esas ideas a otros aprendices de mesías hasta lograr que, cuando el comunismo era dado por muerto, fuese resucitado por los nuevos aspirantes mesiánicos. Solo hubo que cambiar las tribus a redimir de este valle de lágrimas, cambiar el material de las tablas de salvación, cambiar de Pueblo Elegido. Cambiar el Proletariado por ecologistas, feministas, animalistas, proscritos, emigrantes…

Cierto es que el futuro de ese nuevo socialismo no parecía muy halagüeño. Cuba, Venezuela, Corea del Norte, no parecían buenos ejemplos a seguir. Sin embargo, a principios del siglo XXI surgieron nuevas élites y nuevas alianzas se constituyeron. Por un lado, las grandes fortunas globalistas y las nuevas fortunas tecnológicas nacidas con las empresas Google, Apple, Microsoft, Amazon, Pay Pal, Facebook… pactaron entre ellos y pactaron con el ecologismo, el feminismo, el nuevo socialismo…¿Para qué enfrentarnos contra otros? Resulta más ventajoso repartir el pastel del dinero y del poder sobre las masas. Los mesías rojos mantendrían los rebaños callados y sumisos, y, a cambio de concesiones, tendrían a las huestes del ultra feminismo y del ultra ecologismo como sans-culottes a su servicio. Tales concesiones consistieron en cientos de miles de cargos bien remunerados, sin apenas otra función o responsabilidad que acogotar a la población con prohibiciones de todo tipo, así como y linchar socialmente al discrepante.

De todo ello se desprende que, junto a estos nuevos socios, el inmigrante sea la gran arma —de las élites y del socialismo del siglo XXI— para destruir las democracias y el capitalismo tal como lo conocemos. Una gran obra de ingeniería social. Ahora se explica uno porque a los inmigrantes, sobre todo los musulmanes, se les dicta “crecer y multiplicaros”, con subvenciones especiales para ellos, mientras que a los de origen europeo se les conmina a no tener hijos. Se trata de aportar una población pobre y poco amante de la democracia, a la par que más manejable. No en vano se nos promete que “no tendremos nada y seremos felices”, es decir, seremos pobres y esclavos de unos poderes que prescinden de la representatividad democrática.

Pero para que la alianza señalada pueda crear instituciones que acaben con las libertades y derechos, resulta del todo necesario transformar de arriba abajo los fundamentos sociales: hacer desaparecer la moral establecida, aniquilar los héroes del pasado, cambiar los valores, establecer socialmente lo que es verdad y lo que es mentira, destruir la familia, el matrimonio…Y para ello se implementa la Agenda 2030 y se prepara la 2030-2050. Así se logrará la transformación dicha. Por ejemplo, en España, PSOE y PP pasan a ser lo mismo, dos bandas cuyos dirigentes buscan su trozo de pastel a toda prisa.

¿Qué tendremos en el 2030? Los tecnócratas manejarán todos los asuntos de Occidente bajo la supervisión de las élites. A semejanza de la Edad Media, un nuevo feudalismo tendrá lugar en todos los ámbitos de la sociedad. En palabras de Varoufakis, el antiguo ministro de economía griego, se produce ya un tecnofeudalismo: los grandes fondos tecnológicos se han convertido en rentistas; reciben un porcentaje de las ganancias de las empresas que hacen de desarrolladoras externas de Apple, Google etc. Pero tal feudalismo tendrá muchas más semejanzas con el de la Edad Media europea. La nueva nobleza está formada por las élites de poder; su alto clero son los nuevos mesías rojos; el bajo clero se forma con los propagandistas de los medios y demás cortesanos; aparece un nuevo dios, el Planeta; y, como en aquella época los heterodoxos son quemados en la hoguera del ostracismo y de la cancelación; una nueva Apocalipsis, la climática; y una censura total a toda blasfemia contra la nueva religión.

Devaluación Cultural en el Siglo XXI

La cultura fue siempre una manifestación de las élites para las élites. Tenía la virtud de que enganchaba a ella el interés de la población por el conocimiento y por participar del aprecio cultural. Había hambre de conocimiento y hambre de saber identificar el arte y gozar de él. Así que la cultura se hizo objeto de veneración.

Sin embargo, durante el último tercio del siglo pasado, las doctrinas igualitarias lanzaron desde el arte y la filosofía un feroz rechazo contra el elitismo en la cultura. Se dejó de requerir que las obras culturales gozasen de excelsitud. A las nuevas obras no se les exigía poseer mucha calidad artística para ingresar con todos los honores en el panteón cultural. Así que, la cultura, que anteriormente iba dirigida a las dichas élites para consumo propio y admiración ajena, fue dirigida ahora a las clases medias. Pero en el siglo XXI la desvalorización cultural ha ido en aumento y agradar a las masas se ha convertido en requisito indispensable para que una manifestación pueda ser tildada de cultural. Pero esto, que desde mi punto de vista puede resultar un acierto, da pie a que cualquier locura, cualquier absurdo, cualquier extravío se pone hoy de moda y se eleva a altar del arte o la cultura. Esa misma vulgarización ha hecho que el mundo juvenil, liberado de los corsés de la belleza, del buen gusto, de la inteligencia, del sentido común, se abrace a cualquier esperpento. Para darse cuenta de ello solo hay que echar un vistazo al festival de Eurovisión.

Ahora se llama teatro a cuatro payasadas sin tino sobre un escenario; se llama danza a cuatro jóvenes en bragas contorneándose ante un público erotizado. De modo parecido, el pensamiento ha sufrido también su devaluación. Hoy las simplezas y las estupideces que salen de la boca de ‘los apóstoles ideológicos’ se consideran mensajes profundos.

Todo el carrusel de lo que se determina hoy en día como cultural, se lanza hacia las masas hambrientas de morbo. Así que esas masas elevan cualquier memez — sobre todo si viene arropado por una ideología— a la categoría de arte. De modo semejante, se rechaza la evidencia y la necesidad de prueba para establecer una verdad. Solo el ‘sí ideológico’ la determina. Hoy en día solo se acepta como verdad lo que ha sido proclamado dogma ideológico.  La masa demanda y la ideología la contenta.

Con tales devaluaciones —como cuando Prometeo entregó el fuego a los hombres o cuando Pandora abrió la caja de las desgracias que desde entonces asolan el mundo—, la locura ha hecho presa de las masas: cientos de supuestos idiomas ‘reviven’ de su prematura muerte o, incluso, de su inexistencia; se desata la locura climática, una nueva Inquisición pugna por linchar a todo discrepante o heterodoxo… y, en resumen, lo burdo y lo simple se tachan de excelso y el dogma de ‘verdad’.

PROYECTO GLOBALISTA

PROYECTO PARA EL DESARRAIGO SOCIAL

  • Despréndete de la familia
  • Despréndete de la religión
  • Reniega de tu nación y de tu patria
  • No te cases y no tengas hijos
  • Adopta una mascota
  • Pierde tus orígenes
  • No tengas propiedades
  • La Memoria Histórica es la verdadera historia
  • El dinero y las propiedades son superfluas
  • Tú eliges tu género
  • Solo tu verdad (la nuestra) existe
  • Sé pobre

PROYECTO SENTIMENTALIDAD

  • Inculcar temor por
    • El cambio climático, la falta de agua, el exceso de población, los pesticidas, la contaminación, los conspiranoicos, el colapso del planeta, el fascismo, el cáncer
  • Hacer a la gente compasiva en extremo hacia
    • Los animales, los niños pobres, las plantas, los indígenas, los musulmanes, los africanos, las mujeres, el planeta Tierra, los inmigrantes
  • Propalar el sentimiento de injusticia por causa de
  • Ser mujer, la desigualdad social, los derechos de los animales, la opresión del empresario, la diferencia salarial

PREYECTO ACOSO Y PROHIBICIÓN

  • Palabras martillo a emplear
    • Fascista, facha Ultraderecha, franquista, Norteamérica opresora, conquistadores racistas, Israel genocida, Pinochet, Nazi, Capitalismo, Cristianismo, derecha, machista …
  • Palabras- bandera
    • Justicia social, Derechos. Libertad, Socialismo, Alienación, Utopía, Islam, Segunda República, Frente Popular, Izquierda
    • Marxismo
  • Lo que se ha de prohibir
    • La caza, las corridas de toros, las granjas de animales, los espectáculos con animales, los medios liberales, la prensa no adepta, cualquier información que ponga en cuestión el Cambio Climático o las ‘verdades’ oficiales sobre inmigrantes, violencia, violencia de género, denuncias falsas etc La verdad que comprometa, comer carne, cualquier versión de la historia que no sea la oficial, cualquier halago a la economía del periodo franquista.
    • Cualquier halago a Franco o a su régimen

PROYECTO ADOCTRINAMIENTO

  • Neolenguaje
    • Heteropatriarcado, Techo de cristal, Suelo pegajoso, Cultura de la violación, Progenitor gestante, No binario, Transfogo, Niñe, Inclusividad, Empoderamiento, Persona menstruante, Manespreading, Violencia política, Cancelación
  • Doble interpretación
    • Nosotros
      • Verdad, Bondad, Justicia, Libertad, Derechos, Demócratas…
    • Ellos
      • Bulos, Falsedad, Fascistas, Violentos,Opresores
  • Adoctrinamiento: nuevas verdades y nuevos valores
    • Adoctrinamiento en las escuelas. Borrado de la historia.Contra la religión. Cuestiones de género. Contra el matrimonio. Contra la civilización occidental. A favor del islam. No hay verdad. Desigualdad = injusticia. Hombre opresor

EL GRAN PODER

  • Nuevos poderes
    • El Estado. Mesías y apóstoles de la izquierda. Los grandes multimillonarios. Los tecnócratas
    • Las diversas Inquisiciones
  • Nuevas clases
    • Los representantes políticos. Los tecnócratas de las instituciones globalistas. Los clubes: Bilderberg, de Roma, FMI. Los globalistas de las finanzas, la tecnología y las comunicaciones. Los tecnócratas de las ONG. Los directivos de las grandes corporaciones. Los intelectuales
    de izquierdas
    • el rebaño
  • El GRAN CONTROL
    • Mediante la Inteligencia Artificial. Imponiendo el transhumanismo (chips de control).Moneda digital
      • Seguir la huella del carbonoControl sobre el consumoControl de la propiedad
      Sin privacidad. Propiedad reducida al mínimo.El Estado poseyendo todo. La corrección política pone los límites de la libertad. Prensa al servicio del Poder. Control de las redes sociales. Sexualidad, drogas y espectáculos como anestesia. Ostracismo y cancelación al disidente. El bien común como excusa y pantalla. Los bulos, las fake news, las falsedades repetidas, como método

De las Creencias

Sean religiosas, ideológicas, tengan formas de costumbres, de valores, de mitos, de moral…, son las creencias quienes cincelan los rasgos más firmes y definitorios de una civilización; son, podríamos decir, sus vigas maestras, y son, también, su decoración. Las creencias acerca de la patria, el territorio, la nación, la lengua, acerca de los dioses a los que temer y rogar, las creencias acerca del más allá, acerca de la justicia, del poder, de la igualdad social, acerca de derechos, libertades y obligaciones que chinos, persas, romanos, atenienses, escandinavos, aztecas, sumerios, asirios, nazis…, tuvieron a lo largo de diferentes periodos históricos, determinan en extensa medida su civilización. De resultas, cambia ésta cuando cambian aquellas. Cambió la civilización nórdica cuando la mayor parte de escandinavos fueron convertidos al cristianismo; y cambió la civilización visigoda en el momento en que el islam puso sus reales en la península ibérica; o, digamos también, cambió la civilización rusa cuando la ideología comunista se marcó a sangre y fuego en la conciencia de sus gentes. Son las creencias quienes disponen al temor y al deseo en orden de combate y frente al enemigo proclamado por las ideas que de ellas surgen. Pensemos en cómo modeló a Europa el cristianismo. La historia es también el combate entre unas creencias y otras, y no siempre los conquistadores impusieron a los conquistados las suyas.

La fuerza de las creencias se ha manifestado frecuentemente gigantesca. Cientos de años de represión del judaísmo en Asia y en Europa no fue capaz de quebrar la fe judaica. Muchos mozárabes, cristianos en las tierras de Al-Ándalus, se mantuvieron en su fe durante todo el periodo de la Reconquista a pesar de las desventajas y sufrimientos que tal actitud les causaba. Esa fuerza se muestra gigantesca en los musulmanes que se negaron a cambiar de religión cuando cayó definitivamente el islam en la península ibérica, sufriendo persecuciones y expulsiones por ello. Esa misma fuerza es la responsable del rebote de la religión en Rusia y Polonia tras la caída del comunismo en esos países. Pero tenemos, sobre todo, la fuerza que proporcionaron las creencias islámicas a los beduinos de Arabia, por cuya fe y siguiendo el dictado del profeta, la yihad, creó la fulminante expansión musulmana en Asia, África e Hispania.

Hay una predisposición en el hombre a creer en una entidad superior, perfecta y justa, a la que someterse y a la que entregar la vida en sacrificio. La entidad puede reconocerse como un dios o como una idea, como una religión o como una ideología, como Yahvé, Alá o el comunismo. En esas entidades se busca protección y justicia, y se mantienen enraizadas en el marco de las creencias populares desde hace miles de años, aunque el mundo sea ahora completamente distinto a como fue cuando cobraron plenitud. No hace muchos años que aún se practicaba en ciertas zonas rurales de Francia y España ceremonias de fertilidad al lado de megalitos prehistóricos; y la actual expresión religiosa hacia vírgenes y santos apenas tiene diferencias de matiz con la que se daba miles de años atrás para con dioses y diosas de la fertilidad.

Creencias en supersticiones, en la astrología, en todo tipo de –mancias, en el destino, en magias y poderes místicos, siguen teniendo su vigencia en la actualidad, como si nosotros, los seres humanos, sin importar los adelantos científicos ni las condiciones de vida, sin importar la sabiduría de uno o su inteligencia, estuviésemos predispuestos desde la cuna a creer en una justicia universal, en un dios benevolente y justiciero, y en un más allá donde se recibe el premio por una vida de virtud. Existe todo un universo de creencias en duendes y duendecillos a los que el temor y el deseo abren la puerta.